Ya saben lo que se dice por ahí: trabajar con animales y con niños es la pesadilla de todo director, ya sea de cine o de televisión.
Y es que en esta serie tenemos de los dos: Rex, el perro policía (con una interpretación y unos gestos geniales) y Tobias Moretti, peor que un niño (el director sin duda se dio por vencido con el).

Cada episodio es recurrente como él sólo, previsible y rematadamente estúpido. Pero a mi abuela le encanta, y eso es lo que importa. No sé si es por la demencia o por qué, pero ese perro tiene más autoridad en esa casa que mi abuelo.

Y el gag de la mortadela, a mí me flipaba sobremanera. Ya sabéis, cuando llegaba el policía gordaco con los bocadillos y los repartía, y a Rex no le daba ni media, y luego el chucho se las ingeniaba para robárselo...
Y todos se echaban unas risas mientras la chica seguía secuestrada, medio desnuda y llorando en aquel cobertizo cochambroso.

Rex: El Policía Valiente.

Me gustan mucho estos cortos de dibujos. Si pulieran un poco más la animación y le dieran algo de carisma a los personajes creo que podrían sacar una serie para televisión de al menos 2 ó 3 temporadas.

Por ahora le pongo un 6.

Cámara al hombro. Confuso. Javivi. La nada.

Rodar en 35mm no debe resultar barato pero, ¿acaso se les acabaron los rollos de película?
A primera vista es lo que parece, pues no entiendo cómo un argumento que da tantísimo, pero tantísimo juego no consiga pasar de los 75 minutos.


LOS PERSONAJES, INEXPLORADOS:

Y es que exceptuando a Gloria y a 'tío Jaime' , que desarrollan sus personajes de manera magistral en los pocos minutos que les dejan (y es que Kiti Manver y Oscar Ladoire son actores de verdad), los demás personajes están poco definidos, incluyendo a Chema y la relación con su anterior novia, que debería ser, en mi modesta opinión, el porqué de su comportamiento 'pagafantesco' o 'pagafantil'.
Y su amigo, Julián López... eso no es un amigo ni es "ná". ¿Qué situaciones han vivido juntos?, ¡dame algo! ¿es que me las tengo que inventar yo o qué?. De Ernesto Sevilla no digo nada porque supongo que habrá ido "de gratis" porque vamos, no tiene ni dos frases.


LOS GAGS, DESCAFEINADOS:

Hay que decir a todo que no y a todo que sí, para acabar cediendo dos segundos después. Hacer fácil lo complicado y difícil lo sencillo.
Coger el coche sabiendo que hay que llegar a destino obligatoriamente, pero elegir el camino más largo posible; acelerar, frenar, dar marcha atrás, cambiar una rueda, parar a repostar, comprar de paso un casete de Los Chichos, saltarse un stop, atracar un banco, insultar a un policía, atropellar a una vieja, robar otro coche, atracar el mismo banco por segunda vez, eludir una persecución, dar tres vueltas de campana, sacar el brazo por la ventanilla, perder una pierna en un descuido tonto (pero tonto, tonto) y aún así seguir conduciendo; pero nuestro Pagafantas pasa de complicaciones.


ALERTA SPOILER
EL RECURSO DEL DOCUMENTAL, MUY FRESCO. Y EL FINAL ES BUENO, POCO CONVENCIONAL:

La Cobra, el Koala y el Lemur. Muy innovador, el estilo rancio de documental ruso, mezclando animales con actores-marioneta. Falta, en mi opinión, la Gacela, aunque alteraría el final: "Cuando el Leó pega un salto y sale de entre la maleza, muestra sus verdaderas intenciones. La Gacela tarda tan solo una milésima de segundo en reaccionar y emprender la huida en sprint. Si consigue salir de allí, lo más probable es que el León no vuelva a verla nunca más." (Y lo alternamos con un bar abarrotado de gente, él se confiesa, ella huye y él la persigue).

Pero el desenlace deja claro que el Pagafantas no merece para nada un premio. A esto le unimos la letra de <i>Entre Dos Tierras: "Déjame, que yo no tengo la culpa de verte caer"</i>, y crea un precedente digno de estudiar en Jurisprudencia Cinematográfica Avanzada II.


Y LA NOTA FINAL ES UN SEIS. 6 - INTERESANTE
Porque sí, porque hay que fomentar la comedia española sin palabrotas, sin pueblerinos y sin tetas.

Puede que la culpa sea del calor asfixiante que nos toca sufrir hoy, día 8 de julio, a los resacosos seguidores de la Selección Española de Fútbol (¡ya estamos en la final, chavales!), quizá no debería haber visto hoy esta película que desde la carátula del DVD me tienta, melosa, con críticas recortadas de periódicos y revistas "*****: 5 estrellas".


Algo huele a podrido en Dinamarca. Porque la verdad es que casi me quedo sopa viéndola.
Completamente falta de ritmo en los primeros 60 minutos, la cosa mejora un poco según nos vamos acercando al final, cuando los mafiosos por fin dejan a un lado el insidioso parloteo, copia de Sexo en Nueva York, y empiezan a pegar tiros de una puñetera vez.


Tampoco encuentro por ninguna parte la estructura narrativa. Veo un nudo, que se va enrollando cada vez más y más, pero ni rastro de planteamiento ni desenlace. Aunque puedo llegar a comprenderlo, pocos recuerdan (o saben) cómo empezó la Camorra y nadie sabe si algún día la mafia dejará en paz a Italia. Atrevida la novela de Saviano, valiente, del 4 le subimos al 5.


Garrone sin embargo demuestra aquí que es un realizador de andar por casa. La vuelta del Neorrealismo lo llaman algunos, sobriedad otros, algunos lo llamamos simplemente chapuza. Si no habéis visto Ciudad de Dios, Gomorra os parecerá la hostia. Si no, os daréis cuenta que están a años luz de distancia la una de la otra.


Quizá debería verla otra vez después de la siesta, pero no soy de esos. Le pongo un seis por si acaso es culpa mía, que no estoy al 100% y a otra cosa. Adios.