Esta primera línea resume el calvario que empezamos a presenciar todos los que alguna vez disfrutamos leyendo El Amor en Tiempos del Cólera. No hay otro idioma para contar esta historia, eso ya lo sabíamos de antemano, lo siento por todos los angloparlantes pero no se puede traducir a Gabo completamente, así como no se puede entender esta ensalada de actores y acentos, y ese pésimo terrible nauseabundo envejecimiento de todos los personajes, principalmente Fermina, que nunca sabemos que edad tienen.

La palabra amor llena las páginas del libro de Gabo, pero no por eso es un libro sobrecargado de irritantes cursilerías como si lo es esta película. Se entiende que no todo quepa en la película, pero cambiar algunas escenas o sobreponer voces en off donde no debería ir eso es repugnante (como en el final de la película), no hay edición de ningún tipo es un revoltijo de pedacitos de historia sin mucha conexión. Sin duda quien no ha leído el libro y ve esta película no lo leerá jamás, parece que toda la magia literaria se le oculta al espectador de esta bazofia premeditamente.

Que mal esa Fermina sin personalidad, ese Lorenzo Daza que parece su hermano, que mal todos esos personajes que no se aprovechan como se debería como Sara Noriega, que mal todas las escenas de cama de Florentino que no metieron, en fin, que mala película. Ojala que con esos 3 millones de dólares Gabo tenga para no tener que soltar Cien Años de Soledad.

Lo poquito bueno: la ambientación, los buques, el río, Cartagena.

Tenía expectativas bajas con esta, la tercera película de Hernán Jiménez, porque soy de los que pienso que el mae se había venido “quemando” con lo rápido que va y lo mucho que se expone.

Encima ir a ver una comedia romántica requiere un esfuerzo adicional. Cómo voluntariamente uno accede a desperdiciar unas horas y algunos billetes de su vida así? todo el tiempo es la misma película con actores diferentes.

…pero, salí completamente satisfecho del cine, lo de comedia romántica es un disfraz o un gancho para atraer gente. Esta película, que sí hace reír genuinamente, es en realidad como esos buenos chistes que algún valiente saca en un velorio para espantar la tristeza y todos los presentes lo agradecemos de corazón.

Parece Stand-up comedy en otro formato, es un poco Woody Allen tropicalizado; con estos o más adornos se trata sencillamente del retrato de un desamor. En mi caso, Entonces Nosotros tuvo un poder de identificación muy grande (de ahí que esta crítica no sea muy parcial) y ver en la oscuridad de mi butaca esas escenas de “incomodidad sentimental” por decirlo de alguna manera, se sintió muy terapéutico porque la pena cuando es ajena no deja secuelas.

Dejando la historia aparte, el resto todo bien, me encantó la actuación y el personaje de Sofía, la música de Mark Orton que fue una lástima que no sonara más rato, la fotografía muy bonito todo, es acorde a la historia que narra.



Fin. Si pueden verla véanla.