Nace, estudia, trabaja, vive, muere. Nace, estudia, trabaja, vive, muere. Nace, estudia, trabaja, vive, muere.
Esta es la filosofía del sistema, no debería haber problemas, todo debería estar bajo control.
Sin embargo el sistema falla, el sitema genera putas, viejos, borrachos, indefensos, emigrantes, reprimidos, hijoputas, pobres, sin papeles, maricones, ladrones y otras cuantas series de seres inadaptados, quizá sin culpa, quizá por haber nacido en el momento justo y en el sitio adecuado para que tu vida sea una puta mierda.
La globalización permite el libre comercio de todos ellos a lo largo y ancho de todo el planeta.
Da igual donde vivas, una frontera es una frontera, pero ¿qiuén puede parar el viento?

El director propone en un lenguaje sencillo, y con magistral economía visual, un viaje al interior de nosotros mismos a través de las peripecias de dos personajes cualesquiera.
Puedes mirar hacia fuera, pero el verdadero viaje es interior. Todos somos perdedores en un mundo cruel y sin sentido.
Demoledora y sórdida a partes iguales,como la vida misma. o no?

Malos tiempos para la lírica...¿se imaginan que su trabajo fuera dejar a gente como usted sin trabajo?...bueno alguien tiene que hacerlo no?

Excelente película de un director en alza sin renunciar al más puro estilo Hollywood.
Con un magnífico reparto encabezado por el señor Clooney copilotado por la elegante Vera Farmiga, esta película narra con un lenguaje visual sosegado las incongruencias de nuestra vida moderna.Habla del miedo a estar solos, del miedo a afrontar responsabilidades y entre todas ellas, la responsabilidad mayor de todas, habla de como hacer felices a quienes queremos y para ello no queda otra que enfrentarnos a nosotros mismos.
Ni siquiera sabemos que queremos...o si?

Abróchense los cinturones y viajen con nosotros a mil y un lugar y disfruten de todo al pasar.
Cambian los lugares y cambian las personas pero finalmente el viaje más importante será siempre el que nos conduzca al interior de uno mismo.
Será allí donde encontremos las respuestas a nuestras preguntas.

No somos dueños de nuestro destino.
Dependemos los unos de los otros y el resultado de nuestras vidas es la suma de pequeñas detalles que hacen que tengamos mayor o menor estabilidad en la siempre delgada cuerda floja del camino directo a la felicidad.
No basta con ser un buen futbolista, o un buen cristiano, o currar de mensaka todo el puto día, o servir bien a tus jefes, o ir a la escuela...además debemos estar atentos a las necesidades de nuestro corazón y de los corazones de todos los seres a quien amamos.
Cuidado, el esfuerzo que empleemos, puede no estar correspondido con los frutos recibidos.
Pero que se le va a hacer, al fin y al cabo mi corazón no tiene libro de instrucciones...y el tuyo...tiene?.

Con gran maestría en un lenguaje visual pausado, sin estridencias el autor nos propone un viaje a la cotidianidad de nuestras vidas,mostrandonos los momentos súblimes y perversos de que constan las vidas de los personajes. Es una película tan bella como melancólica.

La vida no parece mucho más que una serie de idas y venidas a lo largo de un camino que no parece conducir a ningún sítio en concreto. Nos empeñamos en hacerlo rápido, evitando a poder ser las incomodidades que acarrea el tipo de vida moderna en que estamos involucrados. No queda mucho tiempo para ocuparnos ni siquiera de los más allegados, de los verdaderos compañeros de viaje.
Quizás es que no sabemos hacerlo, al fin y al cabo nadie nos dió al nacer un libro de instrucciones, ojalá fuera tan fácil.

La mayoría de nosotros nos enfrentamos a diario a desilusiones, desamores, desarraigos, trabajos estúpidos que no dignifican, enfermedades, etc. Lo mejor que puede pasarnos es al menos no perder la dignidad que se nos otorga como seres humanos.
Sólo quedarán los recuerdos de haber superado todas esa dificultades, espolvoreados junto a los buenos momentos de los sueños cumplidos y los momentos compartidos con aquellos con quienes decidimos compartir el camino.
Por si fuera poco nadie nos asegura que el fin será el deseado, en algunos casos nos enfretaremos también a una enfermedad implacable que atacará sin compasión, se presenterá poco a poco, sin ruidos estridentes, a robarnos lo que nos quede de memoria. Es el el Alzheimer el verdadero ladrón de la memoria.

Esta es una película dura, lenta, de esas que nos hacen recapacitar, no puedes quedarte indiferente, es molesta porque cuenta de la vida, lo que tratamos por todos los medios de evitar a diario.

La historia te acaba atrapando de un modo implacable. Con un lenguaje visual estricto y simplicista, que no simple y con un guión parco en palabras pero efectivo al máximo, este director nos propone reflexionar sobre lo verdaderamente importante de nuestras vidas.

Cabe destacar la interpretación principal, perfectamente sujeta en el resto de las demás interpretaciones, para dar forma a la verdadera premisa de la película que nos es otra que un canto a la vida y como parte de ella también a la muerte.

Entretener...esa es la cuestión, esa es según mi modo de pensar el principal argumento que debe guiarnos a rodar una película y esto amigos lo tiene muy claro el señor Jackson, que de una manera bella y sutil nos relata una historia entre dos mundos.

La película comienza muy bien y poco a poco y a través de la narración del personaje principal el argumento te atrapa irremediablemente, lentamente sin estridencias.
El problema viene cuando nos introducimos en el otro mundo; el mágico, a mi modo de ver es mucho más interesante el desarrollo de los personajes en el mundo real, apoyado con magníficas interpretaciones de los personajes secundarios.

No es que no me interese la magia, es que se abusa de los efectos especiales y no creo que sean necesarios en una historia que de por sí ya es bastante interesante en sí misma.

Disponganse a viajar a otro lado, déjense llevar por el poder mágico del amor, del amor a la vida y a la muerte como parte fundamental de nuestra existencia, prepárense para abrazar el mundo y no carguen mucho en su maleta, es mejor andar ligeros de equipaje.