Tras la perfección absoluta que era Toy Story 3, con ese final apoteósico y redondo, realmente hacia falta hacer una película más basada en este universo y en estos personajes?

Antes de ver Toy Story 4, la respuesta es un obvio NO.

Tras ver Toy Story 4 me quedo con el SI.

No es tan redonda ni perfecta como Toy Story 3, pero la historia que cuenta esta nueva entrega profundiza aun más en el alma de estos juguetes y sobretodo en las nuestras, las de los espectadores.

El mazazo emocional que nos arrean en los primeros 10 minutos de película ya viene avisándonos de que este film no es ninguna broma, ni una secuela hecha para sacarnos la pasta como por ejemplo lo son la segunda de Rompe Ralph (que me encantó pero no hacia falta) y la de Monstruos University que sigo sin entender la necesidad de su existencia.

En cambio esta Toy Story 4 se justifica a si misma nada más empezar. El resto del filme se desarrolla y está al mismo nivel que las otras 3. Tenemos risas, aventuras, nuevos y carismáticos personajes, enredos, y sobretodo muchísimo entretenimiento. Hasta llegar a ese final no apto para personas con síndrome de Peter Pan, en el que la hostia emocional es considerable y que hará que más de uno o una de vosotros/as salga completamente planchado/a del cine.

Y es que esta cuarta entrega sigue con la estela de la tercera y profundiza en los sentimientos, en los de estos juguetes que ya son más nuestros que de Andy o Bonnie, y remueve nuestros propios sentimientos.

Toy Story 4 consigue lo que pretende, tocarnos la fibra, hacernos pensar, divertirnos como enanos y devolvernos otra vez (y ya van 4) a nuestra infancia.

Gracias Pixar.

¿Qué le pasa a Hollywood? así debería llamarse este film en su título original, porque madre mía que percal.

Al leer los nombres que formaban el elenco de He's Just Not That Into You, me quede bastante impresionado, me dije, vaya, esta peli tiene que estar por lo menos interesante.

Pero todo empieza a torcerse, justo desde el día antes de ver este bodrio, cuando me entero que los guionistas son los de sexo en nueva york. Mis expectativas caen en picado, pero me digo, bueno puede ser potable, aunque sea ñoña debe estar bien, sale Jennifer Connelly, sale la Johansson, sale Drew Barrymore, hasta Ben Affleck, no pueden ser todos tan tan tontos, algo tiene que tener esta peli.

Y ese algo son el par de tetas de Scarlett Johansson, que botan durante toda la película como si tuvieran vida propia y quisieran mostrarse ante todos nosotros, pero NO, maldita sea ni siquiera eso nos aporta este rollazo.

Dos horas de desastre llenas de topicazos que TODOS ya sabemos muy de sobra, el mensaje de "Chica si no te llama es que no le gustas" me ofende hasta a mí y siendo hombre. Vale que las mujeres sean unas rayadas mentales, que le den vueltas a todo etc. etc. etc., pero vamos no son subnormales, creo que pillan que si no las llamamos es que pasamos de ellas, no creo que haga falta una película de 2 horas que explique esto.

A parte de este tema central, el filme se difumina en otros temas topicazos, como los cuernos y engaños en el matrimonio, llevados a cabo gracias al zorrerio femenino encarnado por Scarlett Johansson y el masculino encarnado por Bradley Cooper.

Los actores están todos forzadísimos, desaprovechadísimos y desgastados, parece que cada mañana les daban cloroformo para empezar a rodar, en fin un cumulo de despropósitos en el que destacan dos cosas, la pareja formada por Jennifer Aniston y Ben Affleck y las tetas de la Johansson botando en todo momento y que son lo único que hace que la película sea algo más que un motivo inmediato de suicidio.

En fin NO VAYAIS AL CINE A VER ESTE TIMO, si queréis ver las tetas de la Johansson bajáosla y echadla a la papelera de reciclaje ipso facto, ya que pagar por esto me parece excesivo.

Esto es lo que debería ser la continuación real de Terminator 2, de hecho el director ignora toda entrega posterior a esta y continua muy acertadamente la historia desde el final del film de 1991.

El principio de la película es demoledor, a los/las que seáis fans de la mítica película de James Cameron, vais a flipar en colores con ese principio. En esta nueva película una Sarah Connor sesentona y un Chuache con carnet del Imserso, son los dos grandes pesos pesados que conducen toda la película, los que reparten tortas y balazos como panes, los que destacan en la historia y los que hacen que la cinta brille en todo su esplendor.

Película de acción tremenda y trepidante, me recuerda más a True Lies (Mentiras Arriesgadas) del propio Cameron que a Terminator 2, puesto que la acción no da tregua al espectador y es un no parar de golpes, persecuciones, explosiones y violencia en estado puro, entretenimiento máximo sin mas pretensiones. Grandes efectos visuales, buena banda sonora. Cada vez que suena el tema principal con esas percusiones MITICAS, que sonaba en Terminator 2, te va a dar más de un escalofrio. Además suena en momentos épicos y muy señalados de la película, lo que le da un toque aun más especial.

El némesis de esta entrega es clavado al de la segunda parte, pero con una vuelta de tuerca más de invencibilidad lo cual resulta en unas secuencias de peleas y de violencia bastante bestias, que dan manga ancha a la espectacularidad de choques, explosiones y destrozos varios, ya sea en los cuerpos de los protagonistas como en los escenarios.

Linda Hamilton esta ESPECTACULAR, las otras dos co-protagonistas del filme bailan al ritmo que ella marca, y no son ni por asomo ni un cuarto de BADASS de lo que es ella. Impresionante el trabajo que hace esta mujer, ensalza aun más el personaje de la ya mítica Sarah Connor.

El ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger, rezuma carisma por los cuatro costados y aunque es verdad que su personaje esta relegado a un segundo plano, puesto que el protagonismo recae en las tres féminas, cada vez que aparece en pantalla es una bendición, cada chiste que hace tiene muchísima gracia y tiene dos miradas directas a cámara que te desarmaran por completo.

Una continuación REDONDA, que si bien no llega al nivel ni la frescura de Terminator 2, la complementa perfectamente, dignifica el gran estropicio creado en la saga y hará las delicias de todos los fans de las dos primeras películas de este mítico robot que Skynet mando a nuestro mundo a finales de los 80. Da todo lo que promete.

El buen whisky se bebe "on the rocks" es decir solo acompañado por un par de hielos y relajadamente.

Lo mismo se puede decir de este gran film de Sofia Coppola, no hacen falta nada más que dos elementos clave en esta película, el buen whisky que vendría a ser el inmenso Bill Murray y los hielos que lo complementan y lo elevan a la delicia. Que vendría a ser la actuación de Rashida Jones. Ambos en conjunto construyen la película y hacen que funcione de una manera magistral.

Con un guion que podría haber estado escondido en alguno de los bolsillos de la chaqueta de pana de Woody Allen, Sofia Coppola nos brinda una hora y media de enredos, diversión, momentos cómicos y conversaciones que acaban siendo trascendentales, con las calles de Nueva York como escenario y que se disfrutan como el buen whisky que anunciaba Bill Murray en Lost In Translation. A sorbos pequeños que nos deleitaran el paladar.

Con esto no quiero decir que la cinta sea lenta o aburrida, simplemente que se disfruta escena a escena, poquito a poco, y cuando mas progresa la película, mas gusta. Coppola consigue tenerte enganchad@ hasta el ultimo minuto final. Su mejor filme desde Lost In Translation.

Y aunque esta claramente inspirada por el genio de Brooklyn, esta On The Rocks tiene ese sello propio con el que Sofia Coppola nos llevo por las calles de Tokio y nos hizo querer quedarnos en las calles de Shinjuku atrapados en la mirada melancólica de Bill Murray para siempre.

Señoras y señores están ustedes viendo a los Farrelly en toda su esencia, no esperen que sea la película del año, no esperen que sea la revolución 3D mas milagrosa y azul de la historia, simplemente limítense a reír.

Rían y disfruten como enanos, y reflexionen. Si no lo hacen ustedes, esta “Carta Blanca” sin duda conseguirá hacerles ver la realidad en clave de risa.

Y es que el film suelta verdades como puños, refleja la realidad sexual, sentimental, conyugal e incluso personal, entre hombres y mujeres y la lleva más allá hasta lo absurdo. Y es ahí, donde mejor se defienden los Farrelly. En ese lugar en el que piensas, esto no puede ir mas allá es imposible que se les ocurra algo más disparatado y que empeore la situación aun más y te lleve al completo desparrame. Pues si, a los Farrelly se les ocurre y tu sales del cine satisfecho y con dolor en la cara, porque no has podido parar de reírte en poco más de hora y media.

Y señores, esto sin duda también es la magia del cine.