Ésta ha sido una de las películas que más me ha influido como educadora. La verdad es que ya había visto muchas y pensé, como dice el título y todas las personas a las que le hablo de ella, que era otra peli más del tema. Pero no lo es. Al menos para mí no lo fue.

En primer lugar muestra muchísimos detalles sobre la metodología que la profesora va cambiando hasta adaptar a sus alumnos, para que no vengan luego los "listos" a decir que es una idea muy bonita pero que es imposible. Es posible y lo demuestra con hecho. En segundo lugar está la clave para cualquier docente que ejerza en la actualidad, ¿quieres que tus alumnos te respeten, escuchen y participen? Es muy simple: mira a la persona que hay en cada silla, a la historia que se esconde detrás... Entonces es posible comprender, motivar y luchar, porque entonces se estará "educando para la vida". Es la idea fundamental de la película y de la historia real.

Tiene un arranque flojo (¿y qué serie de comedia no lo tiene? Hasta que surge la complicidad en el equipo pasa algo de tiempo), sin embargo, mejora con el tiempo.

No estoy de acuerdo con las críticas que dicen que es todo Zoey, de hecho, lo que más me gusta de esta serie es que no pierdo el interés con las historias de los secundarios (unos críos de treinta, lo que realmente somos). Personajes que se siente orgullosos de estar dentro de los estereotipos marcados y que los explotan un paso más allá. Y Jess, esa chica rarita, que no tiene miedo de ser quien es. Que convence con sinceridad y ejemplos sencillos... Creo que esa es la clave de toda la serie: es sencilla. Objetivo que muy pocas producciones persiguen hoy en día y que se agradece enormemente.

Imperdibles: los capítulos en los que aparece Dermot Mulroney (La boda de mi mejor amigo), son los momentos más divertidos de la primera temporada.

Existen varias razones para no ver esta serie: el capítulo piloto es flojo, la idea al principio parece un poco absurda y carente de atractivo, y los capítulos suelen sucederse como en una telenovela... Es posible imaginarse la temporada 7 en la que los guionistas pueden enrevesar el guión hasta que Cenicienta sea la madre de la bruja malvada y Pepito Grillo tenga un rollo con Caperucita.

Pero aún así hay "algo" que hace que merezca la pena seguir viendo cada capítulo. Quizás sea la magia, que nos recuerda la belleza de la infancia, donde todo es creíble; o simplemente el hecho de preguntarte "a ver qué doble historia le encuentran hoy a otro personaje". Puede que me guste pensar que los cuentos siguen existiendo en nuestro mundo actual, y tal vez alguien los cuente dentro de cien años, sin largos vestidos ni zapatos de cristal. También está ése "Prince Charming", que te alegra la vista cada vez que aparece en pantalla; y la curiosidad perezosa de cómo llegarán al final los creadores de "Lost".

En resumen: cuarenta minutos con un encanto casi inocente que no sabes cómo acabarán. Y una buena moraleja sobre las veces en las que todos cogemos el camino fácil (o la magia, según el mundo en el que estemos).

Desde el principio he visto esta serie en versión original con subtítulos, pero hace poco, buscando una escena en concreto para enseñársela a una amiga me encontré con la versión en español... ¡¡qué destrozo!! A veces me resulta insultante la forma en que se arruina el trabajo original de los actores en España. Ponerle a Max una voz de niña dulce cuando habla como dice que está: "dead inside" (muerta por dentro), ¡le quita la mitad de la gracia a la serie!

Dicho esto paso a hablar de la serie.

La historia de Max y Caroline es la ya mítica tradición de juntar a dos personas de clases sociales diferentes y conseguir que se lleven bien. ¿Qué la diferencia de otras historias? La forma tan directa y clara de decirlo todo. Incluso en el tema sexual son extraordinariamente crudas, ¡y eso es liberador! Parece que han llegado a una parcela de la comedia que estaba sólo ocupada por hombres y en el que las chicas teníamos que sonreír con encanto y como mucho hacer alguna metáfora "encantadoramente" rebuscada para decir lo que pensábamos. Más allá de eso, he de decir que Max es la fuerza que mueve todo, capaz de soportar los sueños de Caroline e incluso dejarse llevar sin dejar de mostrar de donde viene: "¿Quieres una fiesta? ¡Genial! Podemos unirnos a la del patio de la cárcel el día del reality show".

Una serie de contrastes, humor oscuro y directo... ¡¡pero sólo en versión original!!

Esta película la he visto con mi madre, y al sugerir que la canción del final (esa que tanto han preparado) sólo la podía calificar como mediocre, mi madre dijo que estaba pensando exactamente la misma palabra y que además lo pensaba de toda la película... Pues eso. La gente dirá que peor es que la califiquen de mala, pero creo que para eso tendría que haber causado alguna impresión, y no es el caso.

Hillary Duff canta mejor en las clases que en el escenario.

Interesante el personaje de la pianista, que se mueve entre una imagen de vampiro y psicópata.

Lo peor de todo: que intenten hacerla pasar por una película "diferente" y acabe siendo más de lo mismo pero fingiendo ser otra cosa.

Lo mejor: el estilo de la violinista, ¡me encantó!