En los últimos años he advertido una tendencia: películas basadas en un guión con una idea interesante ("Quieres ser John Malkovich", "Cold Souls", por nombrar algunas), pero que quedan sólo en eso, no logran un desarrollo convincente y uno acaba preguntándose cómo es que han echado a perder una idea tan buena. En este caso, descartando algunos momentos de humor bien logrados, no se logra escapar del lodazal que el mismo guionista, director y actor ha creado. Cuando llegaron los títulos tuve la sensación de haber perdido mi tiempo.

El film logra su propósito con creces, logra ubicarnos en una conciencia del devenir que constantemente damos por alto por la necesidad de seguir viviendo. La fortaleza de las imágenes no constituyen golpes bajos, son imprescindibles, aunque no dejan de ser chocantes. Emma Thompson no solo deslumbra con su actuación casi teatral, sino también en su colaboración en el guión. Un film perturbante, irónico y sobre todo muy profundo.

Creo que la enorme mayoría de los que concurrimos a ver Show Me a Hero del modo que fuera, hemos quedado impactados por ese enorme hito de la televisión que fue The Wire. El que busque revivir ese sentimiento encontrará sólo esa sensación que tenés cuando te levantás de un sueño y podés alcanzar con la mano una versión lánguida de lo que sentiste con tanta intensidad. SMAH cumple con muchos de los ingredientes, un ambiente segregado, marginal, con los problemas sociales que ello implica, personajes tridimensionales, reales.
Pero es como si David Simon hubiera querido mostrar la contracara positiva de The Wire, abordar la sociedad estadounidense desde un punto de vista más optimista, mostrando un caso en que la planificación, la moral y las instituciones lograron superar los obstáculos impuestos por décadas de prejuicios. En ese sentido esta serie cumple su objetivo ético, pero desde la óptica puramente cinematográfica deja que desear. Las historias satélites no logran generar empatía, son casi irrelevantes, sólo son un elemento más en la demostración de un argumento. Show Me a Hero es una serie para exhibir en un curso de Sociología pero, con dolor, tengo que decir que no evoca ese inigualable sentimiento de "The Wire".

Historia mínima que funciona justamente por no lanzarse a ser más ambiciosa. Sostenida únicamente por una creíble y despreocupada actuación (no creo que yo sea el único con la sensación de haber visto a Bad Blake en El Gran Lebowski), y por una música que nos habla más del personaje que el propio guión. ¡Jeff Bridges canta realmente bien!

Este film puede incluirse dentro de la creciente lista de películas de los últimos años, caracterizadas por una buena idea con un pobre desarrollo. En un principio entusiasma el vértigo con el que se descubren los cruces entre las vidas de los personajes; le siguen algunos acertados retazos acerca de la angustia del matrimonio, del sofocamiento de los sueños por el acostumbramiento y la rutina, pero no mucho más (sigue en spoiler).