Estamos ante lo que es quizá la peor película de espías de la década, decepcionante producción británica, totalmente predecible y muy inverosimil, las actuaciones ni siquiera son mencionables y engañan al público al decir que se trata de una cinta protagonizada por Ewan Mcgregor, el cual no es que sea un gran actor pero al menos sabe sostener una película, en este caso ni Spy Kids que me parece por demás innecesaria cae en tantos clichés del género, tanta mediocridad y falta de lógica, una pérdida de tiempo y dinero.

Aunque el Señor Carnevale sea un admirador muy profundo de las cintas del genio Federico Fellini, y desafortunadamente, aún cuando las buenas intenciones están por demás explicitadas en esta película, se huele un aire de desconcierto y algo de ñoñez argumental, que aun cuando esté llena de música que trata de emular a las cintas de Fellini y Tornatore no llega a desgarrar las fibras sensibles del público.
La historia de tocar el cielo, segunda película de Carnevale que anteriormente nos había sorprendido con la exitosisima Elsa y Fred, es sosa, y llena de momentos agridulces que caen en la mediocridad del estereotipo, de la pretención y sobretodo de ese golpe bajo que pretende sacar las lagrimas del público y lo único que consigue es generar un bostezo en la sala.
Personajes inconexos, historias de melodrama telenovelesco que caen en esos lugares comunes que el cine se canso por tanto tiempo de mostrar.
Facundo Arana un personaje netamente televisivo muestra sus dotes de galancete incorregible, la siempre eterna China Zorrilla robandose los pequeños fragmentos donde aparece y un elenco que sonrie al horizonte falsamente intentando salvar del olvido esos momentos tan obvios e inutiles de la trama floja e inconsistente y con tintes de una lógica informal.
Si bien los aciertos no son muchos, tampoco es una película detestable, del todo, hay momentos muy pocos pero los hay, igualmente al público televisivo seguramente conquistará. pero a quien entre pensando que verá una cinta inteligente, es mejor rentarse una de Fellini y recordar al genio que nunca morirá, por eso es mejor no copiar o al menos, como decia Van sant cuando se copio Psycho, copiar con estilo(sin duda una respuesta sin verguenza)

Aquí en Buenos Aires, tuve el agrado de estar en la premiere de Harry Potter y la Orden del Fénix entre gritos de fanáticas y expectativas por parte de los asiduos lectores de las novelas, que se han mantenido firmes llenando los cines, cada año religiosamente, para saber si la película hizo justicia o dejó de lado las palabras de su autora.

Al apagarse las luces la sala lucía llena de ilusión y ansiedad, de pronto la pantalla se llenó de la música compuesta por Nicolas Hooper (sustituyendo a John Williams), mientras que yo trataba de dejar de contar las veces que he pensado en que Potter se trata de un fenómeno de mercadeo, bien logrado, por cierto, por J.K Rowlings, su autora, y que sin duda ha conseguido transpasar las expectativas de una literatura hecha para los consumidores jóvenes, que ahora vagan por el mundo sin una identidad precisa.
Sin embargo el director David Yates (Desconocido hasta ahora en el mundo del cine, famoso por su participacion en miniseries y películas televisivas), y David Goldemberg (Guionista de Contacto aquella película de Robert Zemeckis), han logrado transpasar la sombra de la adaptación y tienen guardadas varias sorpresas para los lectores, ya que se han suprimido capítulos enteros de la novela y han creado secuencias nuevas inéditas para mantener el interés en la película.

Esto por supuesto, ha molestado a algunos que salen de ver la cinta decepcionados con ganas de correr a su cuarto y leerse nuevamente la novela. Otros gratamente sorprendidos, han optado por decir que aunque todo sea distinto, la película es un éxito total.

Así pues Harry Potter y la Orden del Fénix, es sin duda una cinta muy apreciable, con espectaculares efectos especiales, un guión bastante sólido que se sostiene por el simple de hecho de ser contado a la manera clásica, sin cabos sueltos, sin sobrantes, con el tiempo justo para que el público asimile a los personajes, tanto a los conocidos como Emma Watson (Hermione) y Rupert Grint (Ron), que sin duda no tienen más que guiñar un ojo o hacer un comentario chistoso, para lograr que el público se conmueva o ría a carcajadas.

Gary Oldman (Sirius Black), Alan Rickman (Severus), y Ralp Fiennes (Voldemort) lucen sin ser protagonistas y le dan un toque de distinción a la historia con personajes queribles y detestables a la vez.

Al final una de las mejores secuencias de la cinta, con el enfrentamiento que adelanta un poco el inevitable duelo entre Potter y Voldemort, ahora con sus amigos peleando en contra de los magos obscuros, hacen que la historia se vuelva emocionante y que logre que por un momento que el espectador sufra y vibre con Harry, y que los fans arañen el asiento pidiendo que muestren más de la historia.

Sin duda La Orden del Fénix, es entretenimiento puro, disfrutable y dejando de lado la polémica, por mucho la más simple película del mago y por cierto cinematográficamente una de las mas logradas.

Sin duda alguna la animación por computadora actualmente ha dejado de ser una innovación para el espectador promedio y se ha convertido en una de las opciones más usadas en el cine de los últimos 5 años, desde aquella Toy Story que emocionó a muchos y marcó generaciones de personas que ahora siguen sin cesar cualquier producto de la compañía Pixar.

El director de Los Increíbles, Brad Bird, es un realizador de películas animadas de muy buena factura y logró convertirse en un excepcional contador de historias desde la olvidada pero extraordinaria, El Gigante de Hierro, y varios episodios de Los Simpsons.

Ratatouille es un placer puro, es la película mejor lograda de Pixar y quizá la más inteligente.

La historia de una rata que quiere ser chef en París, nos lleva a desenmarañar lo que la mente humana ha dejado de visualizar y nos aporta un dejo de humanidad impensada en estos personajes que conmueven al espectador más delicado y exigente.

La animación llevada a un nivel excepcional, con persecuciones implacables, un vertiginosos trabajo de cámara, y sobretodo la utilización de una estética totalmente cinematográfica que la eleva a un nivel superior, comparada con las últimas películas animadas que han llegado a inundar la pantalla.

Si bien Rataouille no es una película aburrida, sus planteamientos existenciales no la convierten en una película del montón para reír a carcajadas, los personajes humanos son mucho más insensibles que los animales, y éstos nos dicen que cuando el sueño es así de grande, siempre es posible.

Definitivamente uno disfruta enteramente la película, que logra verse como algo maduro, diálogos estratégicamente puestos para llevar al expectador a un nivel de convencimiento tal que por un momento, se olvida que sea animada.

Los chicos la disfrutan y la gente grande se emociona, las voces de Patton Oswald (Remi), Peter O’Toole (Anton Ego) y Ian Hola (Skinner), dotan de un carácter actoral a los personajes de una manera inusual.

La critica al mundo snob de Paris y del arte culinario, los comentarios ácidos y directos ala insensibilidad humana y sobretodo el compromiso de un gran director y guionista que alguna vez soñó con hacer una película y que ahora hizo algo mas que eso, logró lo que por mucho es una de las mejores películas del año.

¡Totalmente imperdible!

Si bien el fenómeno de las películas con tortura se ha extendido(quien le hubiera dicho a Tobe Hopper que esto iba a funcionar algún día), con cintas que han excedido por mucho la temática y que han estrenado causando más pena ajena que nada, a excepción de algunos ejemplos, Hostel la original se planteaba como una nueva visión a cargo de un director bastante interesante y que había que seguirle la pista, sin embargo para decepción de muchos el primer Hostel fué una más de aquellas películas que quieren ser pero que no se atreven. Ahora Hostel 2 pareciera indicar que no podía llegar a ser mucho más propositiva que la anterior, pero para mi sorpresa es bastante interesante, plantea por un lado la crítica a la desensibilización humana ante la violencia, los torturados y su ingenuidad y también por otro se mete en la piel del torturador, logrando ese balance adecuado para que la película funcione. Aunque como era de esperarse el guión se siente manipulado desde el inicio y demasiado predecible, algunas cosas en el, son verdaderamente sorprendentes, así pues Hostel 2 es un ejercicio sádico y serio sobre el género, que llega a superar la primera parte con creces, es una cinta adecuada al nuevo espectador de cine de horror. esperemos que Eli roth vuelva a ser lo que en algun momento se penso, "el futuro del cine gore americano".