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España España · Sildavia
Críticas de krusellas
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Críticas 35
Críticas ordenadas por utilidad
10
30 de septiembre de 2011
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película sólo tiene un fallo: la traducción del título. En la versión original es "Planes, Trains and Automobiles" (creo que es evidente su significado), en español ese patético encabezamiento de "Mejor solo..." sugiere una comedieta estúpida sin más finalidad que pasar el rato. Gravísimo error.
Esta vez, John Hughes fabrica una pelicula redonda. La química entre John Candy y Steve Martin es perfecta. Y añadiré que Martin jamás ha estado entre mis actores favoritos, pero aquí está magistral; de hecho, creo que es su mejor película.
John Candy es uno de mis actores fetiche. Un genio malogrado, un actor como la copa de un pino. Que nadie se engañe, bajo esos papeles de gordo bonachón se escondía un monstruo de la interpretación.
La odisea de dos tipo tan dispares como los personajes que interpretan Martin y Candy en su desesperado intento por llegar a sus hogares en el día de Acción de Gracias es la excusa para hacer un maravilloso estudio de valores tan hermosos y eternos como la amistad, la familia y el amor.
Película que hace reír, que conmueve, que tiene guiños, que encandila, que posee sketches sublimes, que hace pensar, que nos deja pegados al asiento.
Por favor, disipen de su cerebro cualquier prejuicio o estereotipo y prepárense a disfrutar de dos horas de cine con mayúsculas.
krusellas
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1
23 de marzo de 2024
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas redondas no deben ser tocadas, porque el resultado es vergonzoso. Una de esas es Ghostbusters (1984), una obra fresca, con sentido del humor, donde los efectos especiales acompañaban al guión (y no al revés), con unos magníficos actores, y un guión delirante pero perfecto. El resultado fue la pequeña obra maestra que ha quedado en nuestro recuerdo.
Cuarenta años más tarde los timadores profesionales de Hollywood deciden tomar el pelo y la pasta a los sufridos cinéfilos y pergeñar un remaque de aquella lejana peli de culto.
Y pusieron a cocinar, en el infernal caldero, muchos efectos especiales usando la tecnología punta de la que gozamos hoy en día, la aparición breve y sin sentido de parte de los actores de la peli original para el efecto llamada, muchos efectos especiales aterradores y sin sentido, y muchos muchos efectos especiales; muy muy aterradores ¡Ah, se me olvidaba, y una miríada de efectos especiales! Un momento... Hará falta un guión ¿no? El guión no importa, hilaremos todos los efectos especiales con un argumento simplón y con poco sentido,
¿Y los actores, aparte de las viejas glorias? No pasa nada, cualquier monigote valdrá.
El resultado es un truño, aburrido, infumable, absurdo y que da dolor de cabeza.
Los efectos especiales son como las especias (ambas comparte etimología) sirven para realzar el sabor, y han de usarse con moderación. En exceso son indigestas y acabas vomitando.
Y así es la película: un vómito indigno.
Y no se puede hacer spoiler, porque la película es previsible y vulgar, repitiendo esquemas cien mil veces vistos.
¿Pero qué está pasando con el cine? ¿Dónde quedó la magia de antaño?
Y para colmo, veinte minutos de publicidad inicial.
Esto se va al carajo, amigos.
krusellas
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1
8 de agosto de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando que "Operación Dragón" se había convertido en película de culto, y que Bruce lee había muerto antes de que se estrenara la película, llegó Raymond Chow, se supone que amigo del malogrado Lee, y decide completar un proyecto que había comenzado Bruce Lee y del que apenas había veinte minutos grabados. Para ello contrata al director de Operación Dragón, a un doble que se parece bastante al difunto, inventan un guión delirante para que el doble aparezca con barba y bigote postizo y así se note menos el cambiazo, meten a martillazos las escenas grabadas con Lee, añaden otras de antiguas películas, añaden escenas ¡¡¡del auténtico entierro de Bruce Lee!!! y lo que sale es un monstruo de Frankestein, lleno de costurones y ñapas, descerebrado, que se mueve a trompicones, y que sólo produce vergüenza ajena.
Por cierto, no se pierdan el combate con Karim Abdul Jabar, la apoteosis del frikismo.
krusellas
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1
27 de julio de 2015
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un señor de aspecto gris, voz engolada y temblorosa, objeto de chanza y parodia por parte de todos los aspirantes a humoristas, y pope de la crítica cinematográfica de la década de los setenta. Me refiero, cómo no, a D. Alfonso Sánchez. Y fue él quien encumbró esta película a la categoría de obra maestra, y este humilde servidor, devoto admirador de D. Alfonso, fue a verla sobrecogido en su estreno. Ciertamente quedé impactado, y compartí al cien por cien la opinión del divino Sánchez (Dios lo tenga en su Gloria).
Pero, como dice el tango, "los años han pasado, terribles, malvados" y micer Bigas Luna, nos ha ido obsequiando con multitud de pelis, cortadas todas con el mismo patrón: tetas, culos, pubis y sexo cutre a troche y moche. Revisada "Bilbao" -el revisionismo ha sido el peor pecado desde el punto de vista marxixta- libre uno de prejuicios progres y absurdas servidumbres a los ídolos de barro de la crítica peliculera, se nos muestra la dizque "obra maestra" en lo que de verdad es: una absurda historia sin pies ni cabeza cuyo único objetivo es sacar en pelotas a la hermosísima Isabel Pisano y a Dª María Martín (un respeto, hombre, con la tercera edad) y polarizar en ellas todas las repugnantes fantasías del afamado Bigas. Eso sí, jamás le negaré al encumbrado artista su excepcional dominio de este complicadísimo oficio que es dirigir cine. Sabe mover la cámara, dirigir actores, crear ambientes, dominar la fotografía, encontrar los temas sonoros adecuados a cada situación, ilusionar al espectador prometiéndole lo que nunca le va a dar, haciéndole creer que asistirá a una historia tremebunda y coherente, a una tragedia griega, a un orgasmo psicoanalítico... Y todo queda en luctuoso coitus interruptus cinematográfico, en aburrida bacanal, en "árbitro la hora". Y, con cara de tontos, vemos que simplemente nos han colado un asfixiante remedo de peli porno con ínfulas de transcendencia bergmaniana. Y lo que en el 78 nos dejó con una notable erección y la boca de par en par, a día de hoy la única erección que nos aporta son una cejas enarcadas, asombrados por tanta sandez, y la boca se abre, cual león de la Metro, para emitir un grandioso e interminable bostezo.
krusellas
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3
2 de agosto de 2012
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lamento ser el cenizo de la fiesta, pero esta es otra película sobrevalorada, catalogada como película de culto y... ¡cría fama y échate a dormir!. El guión es tópico, absurdo y aburrido. Los personajes nada creíbles y sus reacciones torpes y forzadas.
A destacar un magnífico Gregory Peck (¿alguien puede mencionar una película donde este caballero no brille de modo espectacular?) y una guapísima Eva Marie Saint, que además es una grandísima actriz injustamente relegada a actriz de segunda fila. Robert Forster interpreta a un mestizo imposible, caracterizado de macarra guaperas con pocas luces. Insufrible el tipo.
Todo aquí es previsible, y más parece un telefilm del Oeste de los años sesenta estilo El Virginiano, Gunsmoke, El Gran Chaparral o Cimarron que una película en pantalla grande.
Y lo que debería haber sido un telefilm de sobremesa de media hora se convierte en un aburrimiento soberano de dos horas, en un enfermo terminal al que no dejan morir en paz a puro de cables y goteros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
krusellas
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