Película malísima con un argumento incoherente, actores pésimos, filmada en primera persona, esperas que al menos el final sea original pero es todavía peor.

En vez de dar miedo da pena.

puesta en escena muy simple, actuaciones muy exageradas, rozando escenas del cine mudo, una banda sonora con un protagonismo exagerado y melodramático, un guion de ciencia ficción con muchas lagunas y poco sentido, en definitiva una joya por pertenecer a una serie de televisión mítica, por su antigüedad y por simplicidad que roza el infantilismo...

De verdad que del mucho cine que veo procuro ver alguna película española, intento que me guste y toda mi vena ácida la intento hacer desaparecer, pero te pones a ver este folletín y ya al minuto 10 estoy de los nervios.
Con respecto a la historia es una estupidez, voy a empezar por el final, que sobra, dejad volar la fantasía del espectador, si me llevas de la mano hasta el último rincón de tu historia es tal vez porque tengas miedo y necesites explicármelo todo para darle cierto sentido.
Con respecto a los sueños que es el hilo conductor de la película ojalá tuvieran esquemas tan lógicos, ojalá se pudieran tener sueños divididos y ojalá las pesadillas que alguna vez hemos tenido de terror fueran tan cutres como las de la película, así hubiésemos sufrido todos menos al despertar.
De los personajes mejor ni hablar, desequilibradas, sosos del tres al cuarto y papeles secundarios que no aportan nada a la historia.
Para finalizar los actores Laila Marull me ha tenido angustiado toda la película parece que le han dado un sartenazo y que ha perdido la expresividad (que mala actuación), Angie Cepeda a parte de un físico sensual debería continuar haciendo fotonovelas, porque creo realmente que se creía que estaba en un Remake de “Luz María”. Leonardo Sbaraglia en las escenas de tensión sexual es menos fogoso que el lenguado que tengo en mi congelador desde hace una semana.

realmente es una pequeña obra de teatro, con buenas actuaciones, muchos diálogos, ningún efecto especial, música que enfatiza cada momento, juegos de luces y sombras en una filmación a blanco y negro, con un buen argumento hace de este un buen capitulo para ver.
Me llama poderosamente la atención las introducciones de Chicho y como se mete en los capítulos con total naturalidad, un innovador de su época.

Tengo que decir que la película en cuestión mantiene cierta tensión dentro de un sinfín de incongruencias, partiendo de la base que toca un tema muy sensible y repugnante lo que hace que el malo sea malísimo y el bueno lo sea, haga lo que haga.
Esta adolescente versada y culta, de lengua locuaz y viperina, con conocimientos médicos, de fuerza descomunal, experta en nudos, experta en armas y psicóloga en sus ratos tensos la convierte en una Adolescenator de última generación.
Con respecto al malo, un tipo de perversión de tal calibre tendría la casa repleta de material pedófilo, tan solo hay que ver las redadas contra la pedofilia la policía saca un montón de pruebas que los inculpan, excepto en el caso que nos ocupa que lo tenía todo guardado en una cajita de zapatos con clave de tonto.
Y el final es absolutamente irrisorio y facilón, el malísimo no se arrepiente de nada en toda la película y nunca haría lo que hizo, salvo por exonerar a la víctima de mas brutalismo y evitar que acabe matando a alguien.
Por cierto lo de la vecina, las galletas, la brecha en la frente y el otro rebuznando dentro de la casa es antológico.