Esta película es precisamente lo opuesto al cine comercial promedio. Y demuestra lo inútil de las producciones costosas cuando un film contiene lo elemental: actuación, dirección, fotografía.

Me pregunto qué público verá este tipo de películas en las que ni música hay, ¿serán intelectuales? ¿amantes del cine?, ¿será la pareja promedio de la suburbia? Probablemene sean los primeros quienes tienen la competencia para disfrutar una especie de destilado cinematográfico en el que se ha deshechado todo lo que podría sobrar; quizás este tipo de cine sea el del futuro.

Esta clase de comparaciones son muy desafortunadas. Cualquier valoración estética tiene que considerar el contexto social, la época. Stevens dirige Shane cuarenta años antes que Leone su espagueti. El primero cree en las convenciones que activa, el segundo solamente en el efecto en la taquilla. El western es mucho más que pistolas rápidas...por lo menos para espectadores con un mínimo de sensibilidad. En este género se expresa toda una visión del mundo. Shane nos habla del amor, de la familia, de la ambición y de la maldad, el duelo entre Ladd y Palance posee un texto y un subtexto mucho mas amplio y bello que las tonterías de Sergio Leone. Cuidado con comparar a Bergman con Woody Allen, o a Berlanga o Bardem con Bigas Luna... o ¡Almodovar!.

Porque si nó, no entiende maldita la cosa. Ese es el problema de los films que tratan asuntos locales... +su público es local. No ocurría así con El Caso Mattei, Salvatore Guiliano, o Las Manos sobre la Ciudad, todas de Francesco Rossi. Y es que al desconocer quién es quién, lo único que se ve es un grupo de políticos haciendo política... una piara en el fango, parlando el italiano.

Los diálogos son de una gran belleza e inteligencia y (Lo mas raro) no son intelectuales o del guionista, sino directos de los personajes. Acaso uno de los atractivos del cine de hoy esté en en la demolición de las convenciones tradicionales: en Dedication vemos niños en situaciones poco frecuentes en el género, a una niñita se le matan sus fantasías y lo hace ¡nada menos que el protagonista y autor de libros para niños!
El actor Billy Crudup es magnífico; en un personaje que oscila entre la ternura y la calidad de puercoespín, no nos permite dar un fallo. Finalmente, la dirección me parece excepcional. Habrá que estar atentos a lo que haga JUSTIN THEROUX.

Lo mejor de Swing es la música, en seguida la actricita y sus ojos maravillosos. Película sin pretenciones ni sociológicas, ni musicales, simplemente se complace en el misterio del amor y en esos seres extraños que son los gitanos. Se agradece la honestidad del director que nunca trata de impresionarnos sino solamente comparte una historia mínima con nosotros.