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Hazme bailar mi canción (1998)

Hazme bailar mi canción
102 min.
5,6
75
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Sinopsis
Una mujer atrapada en su propio cuerpo a causa de una parálisis cerebral que le impide moverse o hablar, se comunica con el mundo a través de un ordenador que también reproduce su voz. Cuando un hombre entra en su vida ella fantasea sobre la relación sexual que le gustaría mantener con éste, pero la vida no hará realidad ninguno de sus sueños. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Enfermedad Discapacidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Australia Australia
Título original:
Dance Me to My Song
Duración
102 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1998: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
1998: Seminci - Festival de Valladolid: Premio especial del jurado (Heather Rose)
6
«A film for Heather Rose... by Heather Rose... with Heather Rose.» (6.3)
Estamos ante un trabajo que no pasaría de mediocre si no fuera porque Rolf de Heer, sin duda uno de los cineastas independientes más bizarros del momento, tiene los santísimos cojones de mostrarnos con crudeza el día a día de una espástica severa sin eufemismos tales como una actriz sana interpretándola o la elusión de su desnudez íntegra; y esto último, en una vida en la que te tienen que vestir, bañar, alimentar y limpiar el culo otras personas, no se puede soslayar.

Aunque, en realidad, la autoría de la idea hay que atribuírsela enteramente a Heather Rose (1966-2002), enferma aquejada de parálisis cerebral congénita responsable del guión y protagonista en su papel de Julia; toda una institución en Australia. Su infancia fue dura: su madre era soltera y algunos de los novios que tuvo la maltrataron. Fueron los abuelos los que la tomaron bajo su tutela y la ayudaron a superar su discapacidad. De natural optimista y decidido, pronto decidió hacerse con las riendas de su vida e independizarse. En su juventud acudía a todo evento social y fiesta que podía, e incluso intentaba flirtear con los hombres más atractivos, a los que solía atraer con la excusa de necesitar ayuda para beber sus copas y luego les metía mano. Llegó a cursar estudios superiores y a dar conferencias internacionales sobre su discapacidad. En el 93 tuvo la oportunidad de aparecer como extra en 'Bad Boy Bubby', también de Rolf de Heer, donde hizo muchas amistades y quedó fascinada por todo el proceso de creación cinematográfica. Se convirtió en actriz y, según desvela su diario, decidió hacer «la película más sexy —ella solía decir que la sensualidad es un estado de la mente— y honesta sobre discapacidad jamás hecha». No dejaba de ser una meta pretenciosa, pero con Heather no cabían medias tintas.
Así pues, con la ayuda del técnico de sonido Frederick Stahl, escribió una primera versión del guión de "Dance Me to My Song", y ambos le propusieron la dirección y reescritura a de Heer, que ya era amigo común.

Es necesario advertir al espectador que, a pesar de lo que pueda parecer por todas las críticas que pululan por Internet, está a años luz de ser un documental. Las experiencias reales en que se basa aparecen diluidas en una ficción en la que el conflicto principal enfrenta a Julia, además de con una invalidez severa que la postra en una silla de ruedas motorizada y la obliga a comunicarse mediante un teclado, con una cuidadora desequilibrada a la que le dan ataques de ira. Hay rasgos de este segundo personaje que caen en el tópico y detalles en el guión que le hacen faltar a la coherencia. Luego está lo de la historia de amor, poco menos que disparatada, pero, no obstante, presentada y manipulada de forma que no lo aparenta.
Los momentos más angustiosos surgen de situaciones cotidianas que para personas en plenas facultades físicas no supondrían un problema, pero que Julia tiene que afrontar en soledad, con resignación, sin poder moverse durante horas, incluso temiendo por su vida. La actitud desvergonzada y desafiante con que afronta la vida arranca alguna que otra sonrisa, y sus desnudos mostrando la rigidez y deformidades propias de la enfermedad sin tapujos ni autocompasión son de un atrevimiento y valentía admirables. La película recibió numerosos galardones que premiaban más esto último que la propia calidad de la cinta. Y yo los apoyo, que conste.

= = =

El título procede de un poema de Frederick Stahl con el que merece la pena terminar:

«Whatever fate may thrust at me.
I'll never be the same.
I've had less fear of times to be.
Since first I heard your name
I need to feel secure from harm.
I will not keep you long.
Please hold me tight within your arm
and dance me to my song.»
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16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
película valiente que acaba enganchando
Al principio se antoja algo rara, desgradable, puede parecer de mal gusto y hasta un poco insultante con la protagonista y sus limitaciones.
Pero conforme avanza la película, te das cuenta de que lo que estás viendo, es un alegato valiente que cualquiera no se atrevería a hacer a favor de la identidad de las personas minusválidas como personas que sienten igual que las que no lo son.

El hecho de tener discapacidad significa que no quieras a nadie?. Que no desees a nadie?. Que no quieras que toquen tu cuerpo?. Y a santo de qué pensamos esto?. Alguna vez les hemos preguntado a las personas con discapacidad si están enamoradas de alguien o si tienen deseos sexuales?.

Me parece una película realista, esperanzadora a la vez, cruda y que no cae en la visión paternalista y mongil que muchas veces se les da a estas personas en el cine.

la protagonista ( esa gran actriz) lo resume muy bien en una frase que dice a mitad de la película: "No hables de mí como si fuera un animal o no estuviera delante2
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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