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Billy the Kid vs. Dracula (1966)

Billy the Kid vs. Dracula
73 min.
3,8
75
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Disponible en:
Suscripción
free
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Drácula llega a la ciudad para trabajar en el bar de un rancho y se enamora de Betty la cual a su vez tiene como novio a Billy de Kid. Cuando la hija de Lisa es asesinada por Drácula, el Sr. Osters juro por luchar contra esta amenaza. La única forma de saber quien es el vámpiro es que este no se refleje en el espejo. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Western Terror Serie B Vampiros
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Billy the Kid vs. Dracula
Duración
73 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Drácula
Links
4
Mejor el de Frankenstein contra Jesse James
Segundo filme del díptico bizarro que mezcla monstruos clásicos -Drácula, Frankenstein- con personajes reales del oeste americano - Billy el niño, Jesse James - con desigual suerte. Este que tenemos entre manos, es el peor de ambos. Con textura de mediocre telefilme cincuentero del oeste, no lo salva ni John Carradine, que compone un penoso vampiro que luce chistera y que pone ojos de drogado con champiñones alucinógenos cada vez que quiere hipnotizar a alguien. Una dirección horrorosa, sin personalidad, triste, alimenticia.

Aquí emplean lo que más les conviene de la leyenda del vampiro: Se olvidan que duerme en un ataúd con tierra de su castillo, o que no come, o, simplemente, que no sale de paseo de día. Y luego parece que tiene cuatro colmillos. Todo muy cutre. Más que un noble transilvano parece un proxeneta secuestrador, preparando en una mina, para yacer con su víctima, una cama mullida y con sábanas de seda. De puti-club de "Airbag". Le faltan los espejos en el techo y la piel de oso frente a la chimenea. Y Billy el niño es un pobre pringado, que hasta la da para el pelo un masilla del montón.

En fin, un bodriete. Nada que haga de este filme algo del culto.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Ni John Carradine salva lo rijoso de este Dracula, y/o, interesante rareza que merece ser vista con suma indulgencia.
Arranca mostrándonos un campamento de caravanas, sobre el que vemos sobrevolar un murciélago que se convierte en un siniestro tipo elegante (John Carradine) que mientras muerde a una joven que dormía junto a sus padres al raso interrumpe el banquete ante la visión de un crucifijo que esta tiene en la mano, para a continuación saltar la escena al interior de una diligencia, ver a ese mismo tipo como un pasajero que han recogido en medio de ninguna parte, y observar su mirada de gula y lascivia ante el retrato de una guapa rubia (Melinda Plowman) que le ha mostrado una parlanchina pasajera que viaja junto a su hermano (un maduro banquero que ha dejado el Este para ayudar a su hermana enferma del corazón en la administración de la finca) presumiendo de lo guapa que esta su niña y de una cueva sita en una mina abandonada que tiene en sus tierras (otra atenta mirada de Dracula – a estas alturas y por el título de la película no puede tratarse de otro que del famoso Conde – ante la mención de esa cueva).

Dracula muerde a una india durante una de las paradas de la diligencia y se esfuma, los indios que allí acampaban salen indignados detrás de la diligencia y matan a todos sus ocupantes, Dracula aparece después de la escabechina y se hace con la foto de la muchacha del cadáver de la madre, muchacha que en la escena siguiente vemos como novia, nada y nada menos, que de Billy el Niño (Chuck Courtney).


Sigue en spoiler por falta de espacio:
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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