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Ogros (2015)

Ogros
142 min.
6,3
62
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Trailer (FRANCÉS)
Sinopsis
La película muestra el día a día de una compañía de teatro itinerante. Van de ciudad en ciudad, y aportan sueños y desorden a nuestras vidas. Son ogros, gigantes, y tienen muchísimo teatro y kilómetros a sus espaldas. Pero la llegada inminente de un bebé y el regreso de una antigua amante van a hacer resurgir viejas heridas. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia dramática Teatro
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Les ogres
Duración
142 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
Les Ogres
La película de Léa Fehner es un espectáculo visual. Cuesta creer que sea este apenas el segundo largometraje de la francesa después de Qu'un seul tienne et les autres suivront (2009). Fehner tiene 35 años pero ha conseguido coreografiar a un elenco de actores sublimes en una cinta con toques autobiográficos. Les Ogres es un tiovivo al que se le aflojan las tuercas para girar desenfrenado. En esa troupe cabaretera viajan niños, bebés, mujeres embarazadas, amantes, abuelos, perros, ocas, algunas cuentas pendientes, escarceos amorosos, adulterios y sobre todo mucha devoción al teatro.

Léa Fehner asume el riesgo de trabajar en este proyecto junto a sus padres, François Fehner (François) y Marion Bouvarel (Marion). Él, es el director de la compañía itinerante. El que mayormente capea con los imponderables de una vida a la intemperie entre funciones aquí y allá, de pueblo en pueblo y sin más recursos que su virtud para la interpetación y para la improvisación.


Ella, en el rol de su esposa (tanto en la ficción como en la vida real), la mujer que lleva a cuestas una vida entera de sinsabores y sobresaltos mantiene en realidad, en orden, toda esa vorágine.

Por si no tuviera suficiente, la directora, regala el papel de Inés a su propia hermana (Inés Fehner), la hija que se ocupa de los problemas reales. De las nóminas, de los contratos. La que ejerce de adulta muy a su pesar.

Léa Fehner coloca a nuestra Lola Dueñas (Lola), en el rol de una acróbata ex amante del padre, dando otro de los papeles sobresalientes a Marc Barbé (Marc), en el perfecto contraputo a François; su espejo deformante, el que le devuelve a la tragedia de la vida fuera de bambalinas.

Chéjov también es protagonistas de la cinta. El dramaturgo ruso sobre el que se versionan libremente las obras de la troupe viaja en caravana, junto a todos ellos, _pero sin libretos_, allá a donde les lleve el día a día: en sus vidas a cuesta, en comuna, con los problemas reales y cotidianos de cualquier familia de puertas adentro. La diferencia es que aquí se viven en la carretera, en descampados o bajo una carpa. En Les Ogres, vivir es una montaña rusa de emociones y vaivenes, pero sus protagonistas tienen de alguna manera bien echado el freno consiguiendo derrapar justo antes de desbocarse precipicio abajo. El teatro les llena de vida. Y viendo a sus niños, sus propios hijos viajando como a la vieja usanza los feriantes, es difícil imaginar una vida más plena y feliz para ellos.

Hay mucho bullicio, mucho circo, también patetismo. Y egos enfrentados. Pero sobre todo una dinámica palpitante y una generosidad impagable por parte de su directora al regalar momentos de gloria a todos y cada uno de sus actores. Es un elenco coral, de personajes que se ganan el pan, en un escenario que hubiera diseñado el propio Kusturica y en una hermosa fábula, colorida y ágil sobre la solidaridad, la familia y el amor al arte sin contraprestación.

Los problemas siguen siendo problemas, en la vida rutinaria como en el caos despreocupado de estos comediantes. Pero esta troupe no desfallece, ni por precarias situaciones financieras, ni por dramas vitales insuperables que sí remontan. La cara B de la vida no puede con el espíritu de la comedia. Deliciosa.

www.cinemaldito.com
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cuando el fracaso se anquilosa en nuestros sentimientos...
A veces en los peores momentos de nuestras vidas no dejamos de cantar... una expresión de las relaciones personales y su declive, sin darnos cuenta de que lo que queremos es lo que peor tratamos... Una fotografía fija de los sentimientos humanos, del guardarse la expresión del interior y dejar que la bola de nieve se agrande hasta aplastarnos, para destruir más el respeto y vuelta a empezar. El logro de Fehner es recrear con una gran paleta de colores los tonos más oscuros, eses que guardan los secretos y los malos sentimientos. La aparente paradoja de felicidad y dolor no deja más que expresar la disfuncionalidad acarreada durante años. Un reparto coral que nos muestra como el lienzo tiene distintas gamas pero todas guardan ese tono, el mismo tono de la vehemencia, sin dejarnos ver las delicadas pinceladas con que está hecho. Los ogros que tenemos en nosotros y a veces los dejamos salir.
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