Enfermero a la fuerza (1963)

En América, en buena parte de Europa y en el resto del mundo, poquísima gente sabe quién fue Norman Wisdom. Solo en Inglaterra su país de origen, y curiosamente en Albania, donde sus películas fueron de las escasas cosas occidentales a las que, el primer ministro Enver Hoxha (1908-1985) abrió las puertas de par en par, la acogida de Wisdom era plena y fue siempre tenido en alta estima por los amantes del cine.

En Colombia, las películas de Norman Wisdom eran de las que encimaban las productoras hollywoodenses por comprarles “Boinas verdes”, “Estrella de fuego”, “Un rey para cuatro reinas” o cualesquiera otra ñoñada bastante rancia pero que había costado un jurgo (dineral en latino), y en los dobles de los domingos se anunciaban con la mayor austeridad, mientras que las “superproducciones” tenían un despliegue a todo dar. Sin embargo, cuando uno salía de la sala, en ocasiones terminaba hablando con los amigos de las estupendas bromas que había visto en el filme B de Wisdom y el apologizado filme A con Wayne, Presley o Gable, terminaba en el promontorio del olvido.

En Inglaterra, Norman Wisdom (1915 - 2010) fue tan querido como actor, cantante y escritor que, en el año 2000, fue nombrado caballero por la reina Isabel, y son muchos quienes todavía le recuerdan (yo entre ellos) como uno de los clowns más divertidos que haya tenido el arte cinematográfico.

Ante la escasísima difusión que -extrañamente- tienen hoy día las películas de Norman Wisdom por estos lados, encontrarse con un filme como “ENFERMERO A LA FUERZA” es un verdadero milagro. ¡Y vaya si he pasado un rato estupendo! He reído a las carcajadas como en los viejos tiempos; encuentro que el clown mantiene esa gracia irresistible que otrora nos encantaba; compruebo que sus filmes siguen siendo cálidos, creativos, y llenos de esa picardía que luego imitara (y vulgarizara) su compatriota Benny Hill; y de ñapa, descubro que en este filme hay momentos tan logrados, que están a la altura de las mejores comedias de La Edad de Oro norteamericana, por las que Wisdom sentía un profundo aprecio, y a las que hace algún guiño como cuando, en los momentos finales, camina exactamente como el genial Stan Laurel.

Veremos aquí a Wisdom -haciendo por tercera vez de Norman Pitkin-, primero como aprendiz de carnicero, después como temible practicante de odontología… y finalmente, como una “enfermera” dispuesto a devolver la alegría al corazón de una pequeña quien recién perdió a sus padres en un accidente de aviación.

“ENFERMERO A LA FUERZA” garantiza una jornada muy entretenida y es muy probable que tus ternillas se sientan complacidamente sacudidas. Si tienes en tu casa a un enfermo grave, esta película podría ser uno de los más eficaces remedios. ¡Te doy mi palabra!

Título para Latinoamérica: "UNA PUNTADA A TIEMPO"