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Críticas ordenadas por:
Notas sobre un verano
Notas sobre un verano (2023)
  • 5,6
    392
  • España Diego Llorente
  • Katia Borlado, Antonio Araque, Álvaro Quintana ...
8
¿Atreverse o conformarse con la vida que tenemos?
Notas Sobre un Verano profundiza en la pasión, el amor y la culpa, siendo un melodrama romántico con trasfondo social y un enfoque muy realista, humano y natural, puesto que ahonda en la difícil situación económica y laboral que actualmente sufren los jóvenes en España desde un prisma crudo, cercano y profundo; pero también desgrana las costumbres sociales y los deseos particulares que nunca nos atrevemos a cumplir, por miedo a destinos inciertos o por aspirar a metas que nunca podrán alcanzarse. Una cinta directa y sencilla, que sabe transmitir mucho con muy poco, en gran medida gracias a una ágil dirección y a su gran puesta en escena, pero también debido a una pareja protagonista en estado de gracia; confiando para ello el director en la gran química existente entre Katia Borlado y Álvaro Quintana, que vuelven a coincidir en escena después de compartir tablas en La Joven Compañía.

Eduardo Quintana
Cinemascomics
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cruella
Cruella (2021)
  • 6,4
    18.620
  • Estados Unidos Craig Gillespie
  • Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry ...
6
Crítica de Cruella: La Baronesa Emma Thompson se adueña de la película
Ya hemos podido ver la última película de Craig Gillespie (director de la multipremiada Yo, Tonya), a partir de un guion de Dana Fox y Tony McNamara, con historia de Aline Brosh McKenna, Kelly Marcel y Steve Zissis.

Después de triunfar con Yo, Tonya, el listón estaba muy alto, pero se repiten ciertos patrones respecto a su anterior película. Y no solo nos referimos a la voz en off y a los flashbacks, sino también a la coincidencia de que una actriz secundaria (Allison Janney en Yo, Tonya y Emma Thompson en ‘Cruella’, consigan eclipsar a la protagonista) y que un actor de reparto (Paul Walter Hauser en ambas cintas) logre robar escenas a intérpretes de más popularidad y prestigio.

Nos encontramos con una nueva versión, en clave de comedia y funcionando como spin-off precuela de la cinta de animación 101 Dálmatas, del clásico de Disney, narrado en esta ocasión desde el punto de vista de la malvada Cruella de Vil, como una joven estafadora, una chica inteligente y creativa decidida a hacerse un nombre con sus diseños, que los emplea en sus robos y estafas, en el Londres de los años 70, en plena revolución punk rock.

A pesar de que los focos estaban centrados en Emma Stone, y ver su evolución desde la dulce Estella hasta la vengativa Cruella, sin embargo la veterana actriz Emma Thompson es lo mejor de la película, que se cree la reina de la película y luce más y mejor que nadie. Cada aparición de la Baronesa es un regalo para el espectador, que nos puede recordar a Meryl Streep como Miranda Priestly en ‘El diablo viste de Prada’. Sin desmerecer a la actriz protagonista, que también ofrece una buena actuación (aunque no sea la mejor de su carrera), es la propia Thompson y Paul Walter Hauser quienes más quieren los focos para sí, protagonizando las mejores secuencias de la película (sin contar las escenas fruto de trampantojos y conveniencias de un guion muy mejorable, y más teniendo en cuenta que ha pasado por cinco personas).

Mientras tanto, destaca la actuación revelación de John McCrea (‘Giri/Haji: Deber/Deshonor’), construyendo el personaje de Artie como si fuera la viva imagen de David Bowie, y que promete que sus actuaciones en futuras producciones darán mucho de qué hablar. Por otro lado, las planas actuaciones de Joel Fry y Mark Strong desmerecen el resultado final, donde especialmente este último parece que simplemente acudió a por el cheque (aunque también puede ser que los tijeretazos de un montaje al que se le ven las costuras hayan provocado que haya visto suprimidas sus mejores escenas).

Pero si hay algo que también merece una digna mención es el vestuario, la diseñadora Jenny Beavan demuestra poseer muchísimo talento, llevando al espectador a un mundo único de colores y formas, con vestidos y peinados imposibles y muy originales, mostrando una gran variedad de diseños, desde los sobrios y elegantes de la colección de la Baronesa, hasta las piezas desenfadadas y rompedoras que propone Cruella en sus apariciones públicas.

En cuanto a la película en sí, la historia entretiene, siendo más gamberra que la versión animada de Disney, aunque tampoco arriesga tanto como se hubiera esperado. Tiene escenas interesantes, pero también adolece de un metraje excesivamente largo (2 horas y 14 minutos de duración) y de un montaje y trama que no arriesgan nada; donde un desarrollo de la historia que va de menos a más empieza realmente a despegar cuando Cruella hace su aparición, especialmente cuando ésta comienza a retar públicamente a la Baronesa. Hasta entonces, la película introduce al espectador en un letargo del que solo momentos esporádicos le consiguen espabilar; sin olvidarnos de un par de secuencias que a pesar de las triquiñuelas, conveniencias de guion y licencias artísticas, permiten que se luzca la protagonista del cuento. Visto en perspectiva con el producto final, las escenas de Cruella de niña aportan poco a la película, especialmente las del colegio; donde solo sirve para alargar el metraje.

El resultado es un producto aceptable y entretenido, mejor que otras producciones como la versión de acción real de la Cenicienta, pero lejos de otras recreaciones como El Libro de la Selva o la propia Maléfica, que fue la cinta que abrió la veda en cuanto a adaptaciones de cuentos de Disney desde el punto de vista de la antagonista. Eso sí, encontraremos multitud de referencias y chistes en relación a la cinta animada ‘101 Dálmatas’ de 1961 y a la adaptación en carne y hueso protagonizada por Glenn Close en 1996; así como una escena a mitad de los créditos finales que conecta directamente con la cinta original (no esperéis segunda escena postcréditos, al estilo Marvel, ni tampoco que aparezca Nick Fury para darle la bienvenida al equipo Vengadores).

Curiosamente, uno de los mejores aspectos de la película es su cuidada banda sonora, repletos de temas punk y rock de los años 70, destacando en concreto la acertada elección de ‘Sympathy for the Devil’ de los Rolling Stone cuando Cruella hace su gran escena final.

Nota: 6 sobre 10.

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9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sección Zero (Serie de TV)
Sección Zero (2016)
Serie
  • 5,2
    209
  • Francia Ivan Fegyveres
  • Ola Rapace, Hilde De Baerdemaeker, Patrick Descamps ...
6
Relato distópico y futurista que falla en su ambientación histórica
La serie de Olivier Marchal es un relato distópico y futurista que presenta un mundo rebosante de violencia, miseria y una sociedad decadente y autodestructiva. Sin un futuro claro, salvo para los más ricos y poderosos, el mundo diseñado por Sección Zero es crudo, salvaje y sin un ápice de compasión. Con un argumento que recoge detalles de sagas cinematográficas y literarias como Los Juegos del Hambre o Divergente, la historia nos representa un cambio social y estructural demasiado avanzado como para poder ambientarse tan sólo 8 años en el futuro; habiendo sido más acertado situarlo más allá del año 2040, para que diese tiempo no sólo a terminar la supuesta Tercera Guerra Mundial, sino para reubicar la sociedad y construir estas megaciudades divididas en tres secciones diferenciadas, separando a la clase alta, media y baja.

Pero más allá de este error en el contexto histórico, así como de otros detalles sin tanta importancia, la serie se sitúa como un producto interesante, de gran factura técnica y artística, y más teniendo en cuenta de que se trata de una serie francesa, sin el presupuesto de las películas de Hollywood, otorgando mayor mérito al trabajo realizado por Olivier Marchal (Braquo).

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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Star Wars: El despertar de la Fuerza
Star Wars: El despertar de la Fuerza (2015)
  • 6,7
    65.017
  • Estados Unidos J.J. Abrams
  • Daisy Ridley, John Boyega, Harrison Ford ...
8
Puro espectáculo que no decepcionará a los fans de la trilogía original
Nos encontramos ante la película más esperada del año, la que espera batir todos los récords y en la que las expectativas de los fans no pueden estar más altas. ¿Está a la altura? Por supuesto que sí, porque no hay duda que a pesar del férreo control que pone Disney a sus proyectos, ha dejado trabajar a J.J. Abrams, con más o menor libertad, pero el sello del creador de Perdidos y encargado de resucitar la franquicia Star Trek está presente durante todo el metraje, y se agradece enormemente.

Una vez aclarado este aspecto, es inevitable asegurar que El Despertar de la Fuerza está claramente a la altura de la trilogía original, y no sólo por recuperar el reparto original, sino también porque bebe de la estructura básica de Star Wars IV: Una Nueva Esperanza, siguiendo tan al pie de la letra los pasos seguidos por aquélla que casi parece un remake impuro y adaptado de ésta (explicar todas las coincidencias obligaría a revelar grandes spoilers). Otro gran pego de la cinta es la ausencia del casi siempre poderoso y onmipresente compositor John Williams, más preocupado en esta ocasión de recuperar o reinterpretar los temas clásicos de la saga que en aportar nuevas y pegadizas melodías. Esto no quiere decir que desentone, pero sí es cierto que se echa en falta más frescura en la banda sonora instrumental.

Y hasta aquí los "puntos negros" de esta obra que funciona como un reloj, con una dirección brillante y vibrante que consigue mantener en tensión al espectador durante sus más de dos horas. Además, aunque te hayas dejado empapar por sus cientos de rumores y spoilers, hay muchos que no eran acertados y otros que no evitan que aún la película mantenga sorpresas y momentos épicos para todos los fans de la saga y neófitos de la obra creada hace cuarenta años por George Lucas.

De esta forma, Star Wars ha vuelto, y lo hace con fuerza, nunca mejor dicho, porque esta entrega es el primer episodio de una nueva trilogía que promete horas de diversión y que con pildoras nos irá reubicando en esta galaxia 30 años más vieja, pero que en las manos adecuadas ha sabido resurgir para crecer más, con un reparto lleno de talentos y con continuas referencias a las anteriores entregas, pero también infinidad de oportunidades de nuevas aventuras, personajes poderosos y atractivos que consiguen hacernos olvidar anteriores errores patosos o innecesarios, como Jar Jar Binks.

Así las cosas, J.J. Abrams nos regala una película adulta, seria, sin esos momentos ridículos con los que George Lucas intentaba ganarse el afecto de los pequeños de la casa, carburando todo gracias a un guión repleto de sorpresas, referencias y promesas y de un reparto en el que todos conocen su papel, aunque la mayoría simplemente han sido presentados para las siguientes entregas.

En resumen, Star Wars VII: El Despertar de la Fuerza es puro espectáculo y no decepcionará a los fans de la trilogía original, porque recupera lo mejor de ésta y explora nuevos horizontes, más espectaculares y adultos, que nos prometen acción, aventura y muchas sorpresas; porque esto acaba de empezar, otra vez, siendo ésta tan sólo una piedra que asienta las bases de este rico universo.
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106 de 173 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vengadores: La era de Ultrón
Vengadores: La era de Ultrón (2015)
  • 6,3
    47.347
  • Estados Unidos Joss Whedon
  • Robert Downey Jr., Chris Evans, Chris Hemsworth ...
8
Crítica Vengadores: La Era de Ultrón
Si bien Los Vengadores sirvió para juntar todas las piezas de la Fase 1 y darle sentido y coherencia a este universo cinematográfico compartido, Vengadores: La era de Ultrón es sólo una parte más del engranaje, que ni siquiera cierra la Fase 2 (lo hará Ant-Man en agosto). Así pues, la gran reunión de los héroes más poderosos de la Tierra consigue quitarse sobrepeso y ser menos trascendente, ayudándole a ser más una pieza clave en el devenir del universo Marvel que un verdadero punto de inflexión, como ocurrió con la primera entrega.

De esta forma, Joss Whedon nos presenta una historia más oscura y madura, en la que no necesita presentar a cada uno de sus personajes como ocurrió en la primera parte, por lo que la acción transcurre desde el primer minuto. Sin embargo, esta ventaja de ahorrar la reubicación de los superhéroes también tiene sus inconvenientes, puesto que los Vengadores funcionan como un grupo sólido y que ya han afrontado muchas misiones juntos, con nuevos trajes diseñados por Tony Stark y con sus propias reglas y mecanismos de actuación, pero, ¿cuándo ha ocurrido esto?

Así pues, Joss Whedon, quizás, da demasiadas cosas por sentado (a lo mejor debido a que tuvo que reducir el metraje, contándose mejor en las escenas suprimidas del montaje final), dejando muchas incógnitas en el espectador que no se explican en el desarrollo de la trama. Como es el caso de Tony Stark, que vuelve a ser Iron Man tras destruir todos sus trajes en el final de Iron Man 3, no se habla de su situación en el resto de la Fase 2 y reaparece como Iron Man sin mediar la mínima explicación.

Dicho esto, Whedon consigue imprimirle un aire diferente a esta aventura, con muchas lecturas posibles, puesto que si se analizan con detalle muchos gestos, diálogos y situaciones, se pueden llegar a adivinar el futuro de este universo, puesto que Vengadores: La era de Ultrón es una película clave, pero es también un hilo conductor al futuro de los superhéores y la primera piedra de lo que ocurrirá en Capitán América: Civil War.

Junto a esto, la cinta también sabe presentar de forma coherente y realista las motivaciones de los personajes, especialmente los nuevos, así como la evolución de los miembros del equipo Vengadores. Respecto a los villanos, nos encontramos ante un Ultrón con objetivos perversos, pero también es irónico y juguetón, con una voz maquiavélica que sólo James Spader habría sabido impregnarle. Así pues, tenemos un villano sólido, divertido y carismático, con más profundidad que los supervillanos del género. Además, tenemos la presentación de los gemelos Maximoff, llamados también Mejorados, sujetos de los experimentos de Hydra, que aportarán más de una sorpresa, y no sólo por sus fantásticos poderes.

Respecto a los superhéroes, cabe destacar especialmente la evolución de Bruce Banner y Viuda Negra, aunque realmente todos bordan sus papeles, siendo todavía más conscientes de sus propios roles en el súpergrupo. Por tanto, tampoco podemos olvidarnos de la inconmensurable labor de Robert Downey Jr. y Chris Evans en sus papeles que empiezan a enfrentarse, por no hablar de un Thor que sigue desentonando con las costumbres terrícolas. Por tanto, se siembra una base sólida para la guerra civil que está por llegar.

Por otro lado, la cinta consigue dosificar la acción con grandes dosis de humor y drama, por lo que los espectadores no se sentirán abrumados por tanta explosión. Así, hay escenas divertidas, piques entre superhéroes y mucha acción espectacular, aunque poco queda que no se haya mostrado ya en sus innumerables trailers.

En resumen, nos encontramos con otra gran película de Marvel Studios, que sigue sin dejar de apretar el acelerador en sus producciones, siempre aspirando a más, con más aventuras, mucho humor y cientos de referencias para los fans acérrimos y los neófitos.

Sin embargo, esta cinta, sin quitarle ningún mérito a la gran ejecución realizada por Joss Whedon, no deja el mismo poso que el conseguido por Los Vengadores hace 3 años, y tampoco despierta gran interés su escena a mitad de los créditos (que resultaba evidente, sin grandes sorpresas de cara a la Fase 3 del estudio).

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10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 1
Los juegos del hambre: Sinsajo. Parte 1 (2014)
  • 5,6
    41.680
  • Estados Unidos Francis Lawrence
  • Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Liam Hemsworth ...
5
El sinsajo aún no vuela alto
Ya queda poco para que finalice el año, y en estos últimos meses del año tendremos dos estrenos que prometen arrasar en las taquillas de todo el mundo, al igual que hicieron en las librerías. Evidentemente, nos referimos a Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1 y a El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos, dos claros ejemplos que se unen a la innecesaria costumbre que están tomando los estudios de dividir las adaptaciones literarias en varias partes, bajo el argumento de querer ser más fieles al libro, pero con un evidente elemento económico. Esta tendencia la inició Warner Bros. con Harry Potter y las reliquias de la muerte, partes 1 y 2, que encuentra muchas similitudes con la nueva aventura de Katniss.

Así pues, nos encontramos ante la tercera entrega protagonizada por Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), que tras sobrevivir al Vasallaje de los 25 y finalizar forzosamente Los juegos del hambre, deberá unirse a los rebeldes en su lucha contra el Capitolio, con el objetivo de liberar a todos los distritos de Panem. Pero antes, Katniss deberá convertirse en el sinsajo, el símbolo por el que la rebelión logre convencer al resto de distritos que se unan en su guerra contra el capitolio. Sin embargo, la campaña no será fácil, donde Katniss tendrá más de un obstáculo por el camino, y algunos difíciles de superar.

Su director, Francis Lawrence (Soy leyenda) dedica dos horas a plantear una introducción demasiado pausada, que sólo augura una batalla final espectacular en noviembre de 2015, pero que de momento nos deja con un sabor de boca agridulce, puesto que nos encontramos ante la entrega más floja en su conjunto de todas las estrenadas hasta ahora basadas en los libros de Suzanne Collins, pero que logra emocionar más que las dos anteriores. Esto es debido a que se nos presenta una trama aletargada que se ve afectada por una primera parte de un libro donde prima la espesura, y en la que destacan aspectos emocionales por encima de la acción. Así pues, la primera parte del sinsajo sabe extraer un gran nivel emocional, pero a costa de arrastrar un metraje excesivo y una historia demasiado preocupada por afianzar la segunda parte.

Así las cosas, la película comienza con un letargo del que no se desprende en casi ningún momento, pero que consigue ofrecer algunas escenas verdaderamente emocionantes, ya sea por la forma que tiene de desnudar emocionalmente a sus personajes, como cuando decide quitarse los grilletes y dejar volar la acción, aunque lamentablemente sólo sea en momento demasiado puntuales. De esta forma, en la primera parte del sinsajo nos encontramos ante la entrega más pausada y emocional, que afianza de forma demasiado segura el camino para la traca final que nos espera el año que viene, tal y como ocurriera con la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte. Por ello, la película del mago y la del sinsajo comparten los mismos defectos y sufren los mismos errores. Así pues, esta primera parte del sinsajo debe ser valorada como la primera pieza de una película que puede ser muy grande y espectacular cuando se complete, pero que de momento se lo toma con demasiada calma y muestra demasiado sus cartas.

A pesar de que al sinsajo no le dejen volar, sino que lo tengan encerrado bajo tierra en el Distrito 13 ó sólo le permitan salir esporádicamente, la cinta consigue nutrir sus escenas con altas dosis de emotividad, de forma que inunda al espectador con momentos donde priman la desnudez emocional tanto de los intérpretes como de los personajes, y ofrece las mejores actuaciones de la saga. Y prueba de esto último es la interpretación de Jennifer Lawrence, que vuelve a afianzarse como un valor futuro del cine de acción y las superproducciones, pero también vuelve a demostrar que es una actriz con un gran talento y un enorme futuro por delante.

Por supuesto, en esta cinta donde Katniss es la llama de la esperanza de la rebelión y el presidente Snow (Donald Sutherland) es la fría y despiadada oscuridad que ejemplifica la actitud y acciones del Capitolio, se sitúan una serie de personajes secundarios que consiguen dar forma a una historia falta de chispa, pero con excelentes personajes. Así pues, por un lado tenemos la vis cómica innata que aportan intérpretes como Woody Harrelson y Elizabeth Banks, que como los mentores Haymitch y Effie, respectivamente, logran rebajar el dramatismo y aletargamiento que rodea a la cinta y aportan algo de luz con sus diálogos y chistes. Junto a ellos, personajes como la presidenta Coin (Julianne Moore) y Plutarch (Philip Seymour Hoffman) mantienen el pulso y nos regalan grandes actuaciones repletas de rigor y templanza.

En resumen, nos encontramos ante la entrega más floja de la saga, pero que promete ser el germen que active la chispa de la rebelión, y que de paso nos prometa una segunda parte donde prime la acción, por lo que sus excesivas dos horas de duración la harían suspender si hubiera que valorarla como una cinta en solitario. Finalmente, esperemos que esta parte sirva de trampolín para una saga que se ha acostumbrado a prometer más de lo que ofrece al espectador finalmente, y que siempre cierra sus películas cuando el espectador piensa que de verdad va a empezar lo verdaderamente bueno.
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8 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuerpos especiales
Cuerpos especiales (2013)
  • 5,2
    5.535
  • Estados Unidos Paul Feig
  • Sandra Bullock, Melissa McCarthy, Michael Rapaport ...
4
Nuevo (y fallido) intento de comedia de Bullock.
Se ha estrenado en la cartelera española el último intento de comedia de Sandra Bullock (“Gravity”). Al principio parecía que sería algo novedoso, teniendo en cuenta que se dejaba de comedias románticas y que tenía a su lado a Melissa McCarthy (“Por la cara”), que demostró mucha vis cómica en su primer gran trabajo en pantalla, “La boda de mi mejor amiga”. Donde justo el director de aquélla cinta es el mismo que en ésta, Paul Feig.

Pero nada más lejos de lo previsible, la cinta vuelve a ser un fallido intento de lucimiento de una Bullock a la que se le da muy mal la comedia, no cuajando en ella ni en compañía de la excesiva McCarthy y su verborrea y mal lenguaje infinitos. Esta última está perdiendo rápidamente su prestigio cómico, puesto que allá donde actué hace siempre el mismo papel, resultando ya muy cansina.

Lejos de innovar y dar un nuevo aspecto a la típica comedia de acción y buddy movie, siendo dos mujeres protagonistas en vez de los típicos hombres rudos de la vieja escuela, este intento de comedia se alimenta a base de clichés y fallidos intentos de hacer gracia, pinchando en hueso en la mayoría de las ocasiones.

Resulta cuando menos curioso contemplar a la vez en taquilla dos versiones tan diferentes de una misma actriz, donde por un lado tenemos a Sandra Bullock que funciona muy bien en el drama espacial de Cuarón en “Gravity”; y por otro, vemos cómo vuelve a intentar triunfar en un género que se le da muy mal, como es la comedia. ¿No se cansa de hacer siempre el mismo papel de mujer estirada?

En esta ocasión, tiene al lado a Melissa McCarthy, una mujer que sorprendió enormemente hace dos años y que ya se ve que se ha estancado en el mismo papel de mujer soez y malhablada. Si terminaba resultando cargante en “Por la cara”, aquí es más de lo mismo, por no hablar de su innecesaria intervención en “R3sacón”.

A pesar de todo, la cinta posee un único momento de auténtica carcajada (más si cabe viendo el despropósito en el que se estaba convirtiendo el argumento), y es cuando el personaje interpretado por Bullock se cree que puede con todo, incluso con una traqueotomía. Esta escena no sólo es divertida, sino que encima consigue mostrarle que no puede con todo, tal y como ella cree.

En contraposición, la escena más patética y de auténtica vergüenza ajena es cuando se emborrachan en el bar, no sólo porque todos los chistes y gags son patéticos, sino por las consecuencias previsibles de dicha juerga.

En resumen, nos encontramos ante un film muy irregular, que falla en su intento de ser descarada y divertida; resultando, en cambio, previsible y fallida en la mayoría de sus momentos cómicos.

Debes ir a verla si: Te gustan las comedia de Sandra Bullock y te hace gracia las excentricidades y lenguaje soez de Melissa McCarthy.

Puedes evitarla si: Buscas un argumento interesante y novedoso; y, de paso, si pretendes reírte con una comedia de verdad, no viendo un cúmulo de tópicos y palabrotas.

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12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El camino de vuelta
El camino de vuelta (2013)
  • 6,3
    5.452
  • Estados Unidos Nat Faxon, Jim Rash
  • Liam James, Steve Carell, Toni Collette ...
8
Excelente comedia dramática
Esta excelente película está dirigida y escrita por los debutantes Jim Rash (actor que interpreta al alocado y travesti Decano en “Community” y que aquí se reserva un pequeño papel) y Nat Faxon (actor visto en “Zooloco” y que también se reserva un pequeño papel como empleado del parque acuático).

La película, aunque parezca que tiene un previsible argumento, sabe distinguirse del resto, centrándose en cómo un adolescente llamado Duncan (Liam James) deberá ir con su madre (Toni Collette) y con el nuevo novio de ella y la hija de éste (Steve Carell y Zoe Levin) de vacaciones a una casa a pie de playa. Pero ante el poco caso que le hacen todos, se dedica a dar vueltas por la zona, conociendo al regente de un parque acuático (Sam Rockwell) que le dará trabajo y se convertirá en su mejor amigo.

“El camino de vuelta” contiene todos los ingredientes necesarios para gustar a todo el mundo, sabiendo dosificar de forma perfecta las dosis de drama familiar y dudas existenciales, los momentos cómicos (enfocados prácticamente todos en el personaje interpretado por Rockwell); así como ese primer amor de juventud entre el protagonista y la hija de la vecina (Annasophia Robb).

La cinta sabe plasmar ese espíritu indie y rompedor que tanto gustó en la película de culto “Pequeña Miss Sunshine” (teniendo en su reparto a dos de sus protagonistas, Collette y Carell), continuando ese equilibrio perfecto entre comedia y drama que tan bien funcionó en la reciente “Ventajas de ser un marginado”, así como una historia veraniega (incluso con parque acuático incluido) que se asemeja mucho al capítulo de “Los Simpson” que cerraba la séptima temporada de la serie, titulado “Verano de metro y medio”.

En cuanto al reparto de “El camino de vuelta”, sobresalen varios nombres, el que más es un Sam Rockwell en estado de gracia, con una verborrea cómica infinita que descarga de tanto ambiente dramático la historia, y que regala los mejores momentos de la cinta. También destacan el chico protagonista, que parece en algunos momentos la “opción barata” de Logan Lerman (“Percy Jackson”), que soporta a la perfección la carga de protagonista de la cinta, consiguiendo que el espectador se identifique con él. El único personaje desdibujado es el del padrastro Carell, totalmente alejado de su actuación habitual, no consigue encajar en la historia, resultando poco convincente su intento de personaje dramático y arrogante.

En definitiva, es una lástima que esta película vaya a pasar desapercibida en la taquilla española, porque es de esas cintas diferentes que tanto se echan de menos últimamente, que sabe aportar el dramatismo justo y lo acompaña de un humor fresco con numerosos momentos inolvidables. Totalmente recomendable.

Lo mejor: Un inspirado Sam Rockwell, divertidísimo y encantador, que sabe conquistar al público a base de carcajadas.

Lo peor: Que el poco atractivo título le hará perder espectadores.

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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Somos los Miller
Somos los Miller (2013)
  • 5,6
    20.282
  • Estados Unidos Rawson Marshall Thurber
  • Jason Sudeikis, Jennifer Aniston, Will Poulter ...
6
Jennifer Aniston sigue valiendo para la comedia
Con “Somos los Miller” Aniston sigue con su empeño de hacer olvidar su figura de chica buena creada en “Friends” y en la serie de fotocopias de comedias románticas que rodó tras su lanzamiento al estrellato.

Por ello, y salvo alguna comedia sosa romántica como “Sácame del paraíso” con Paul Rudd o “Sígueme el rollo” con el cada vez más aburrido Adam Sandler (una pena, porque rodó algunas de las mejores comedias de los 90), ahora vuelve a asociarse con Jason Sudeikis tras la divertidísima “Cómo acabar con tu jefe”, para volver a mostrar una imagen diferente y gamberra de ella.

El director, en esta ocasión, es Rawson Marshall Thurber, el mismo que en 2004 dirigiera a Ben Stiller y Vince Vaughn en “Cuestión de pelotas” y que ahora nos cuenta la historia de un camello de poca monta (Jason Sudeikis), que deberá traer de Méjico un cargamento de marihuana para pagar su deuda con su jefe (Ed Helms). Para conseguirlo se le ocurre un plan: crear una familia falsa, porque a las familias no las registran; así que reclutará al rarito de su vecino (Will Poulter), a una stripper (Jennifer Aniston) y a una fugitiva (Emma Roberts).

“Somos los Miller” empieza bien, mostrando una imagen diferente de la comedia clásica americana; con un camello y una stripper haciendo su trabajo y presentándonos al resto de protagonistas de forma realista y divertida, con un lenguaje cotidiano y sin edulcorar. El problema reside cuando empieza el viaje por carretera, una vez que los desconocidos empiezan a interactuar e intimar; siendo entonces cuando los clichés del género empiezan a aflorar descontroladamente, donde el director evita salirse un ápice del esquema establecido en toda comedia de Hollywood, siendo una auténtica lástima, puesto que la historia ofrecía mucho potencial.

En cuanto al reparto, casi todos sobresalen positivamente, demostrando no sólo tener gracia (aunque Sudeikis no acaba de convencerme como protagonista absoluto), sino también mucha conexión y química entre ellos. Aniston sigue mostrando tener cualidades para la comedia, aunque ya se le van notando los años, por mucho que quiera evitarlo. El único que destaca negativamente en Ed Helms, encarnando a un villano histriónico que resulta patético y nada convincente; todas sus escenas son exageradas y sus diálogos cargantes.

En definitiva, en “Somos los Miller” nos encontramos ante una película irregular, marcada por momentos muy divertidos pero que acaban convergiendo en un desenlace previsible que desfigura la propuesta gamberra anunciada.

Lo mejor: La química de los cuatro protagonistas y algunos momentos divertidos muy conseguidos.

Lo peor: Ed Helms (“R3sacón”) y su actuación desmesurada y carente de gracia o sentido.

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20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thor: El mundo oscuro
Thor: El mundo oscuro (2013)
  • 5,6
    40.828
  • Estados Unidos Alan Taylor
  • Chris Hemsworth, Natalie Portman, Tom Hiddleston ...
7
Más humor y acción que la primera parte
Ya está aquí, ya ha vuelto a los cines Mjolnir, el martillo de Thor, para seguir derribando enemigos y pudiendo sólo ser empuñado y manejado por su legítimo dueño, un Thor (Chris Hemsworth) más maduro y consecuente con sus actos tras los hechos acaecidos en la batalla de Nueva York mostrada de forma magistral en Los Vengadores.

De esta forma, Thor: El mundo oscuro, secuela de Thor, avanza más allá de Los Vengadores y nos muestra las consecuencias de dicha batalla, con Loki (Tom Hiddleston) encerrado y Jane (Natalie Portman) desesperada por saber algo de su amado. Pero devolver la paz en los Nueve Reinos tras la destrucción del Puente y el sueño de Odín (Anthony Hopkins) no serán los únicos problemas, sino que un antiguo mal (convertido ya en leyenda) volverá para despertar a los Elfos Oscuros, que junto a su líder Malekith (Christopher Eccleston) querrán cubrir de oscuridad perpetua el universo.

Tras ciertos rumores (confirmados por el propio director Alan Taylor, Juego de tronos) de reescrituras de guión a cargo del propio Joss Whedon, y junto a las críticas recibidas por el trato que se le dio a “El Mandarín” en Iron Man 3, muchas dudas había acerca de esta secuela que tenía al frente a un director acostumbrado a rodar capítulos y con ninguna película importante en su haber. Gracias a dichas dudas, el resultado final ha resultado ser mucho más gratificante y estimulante.

Así es, esta secuela supera en todos los ámbitos a su predecesora, aunque sin llegar a los niveles de la magnífica reunión de superhéroes, demostrando administrar con tino y un aire muy comiquero una continuación que es más grande, con más humor y mejor acción, donde de oscuro sólo tiene el nombre del título, que hace referencia a un planeta clave en el desarrollo de la trama.

Pero más allá de contener una ambientación y escenas de lucha que recuerdan muy positivamente a las vistas en Juego de tronos, la cinta consigue desarrollar con acierto a sus personajes protagonistas, dando más peso en la trama no sólo a actores veteranos de la talla de Odín (Hopkins) y su mujer Frigga (René Russo), sino que contenta a las hordas de fans y da más peso y consistencia a las apariciones de Loki, más inspirado, irónico e inolvidable que nunca.

Por tanto, más allá de los chistes, gags y humor blanco que tan bien se le da a Marvel, consigue recrear excelente batallas y continuar la historia de amor/odio de Thor con su hermanastro, sin necesidad de enmascarar y dramatizar a los superhéroes en esa tendencia que ha puesto de moda Nolan con su saga de El caballero oscuro, pero que sólo él ha conseguido definir correctamente. Mientras que los superhéroes de DC cómics brillan por su oscuridad y sus traumas, en la Casa de las Ideas se decantan por hacer productos frescos, con su propio espíritu y aptos para el entretenimiento y disfrute continuo.

En definitiva, Thor: El mundo oscuro se presenta como un producto casi redondo (salvo personajes tontos como la ayudante de Portman, una Kat Dennings bastante desubicada), que supera con creces a la primera parte y que disfrutarán de ella pequeños y mayores.

Y por último, como bien dijimos en twitter, quedaros todos los créditos; puesto que hay dos escenas que bien merecen la pena ser vistas, sobre todo una que conecta directamente con el producto más arriesgado de Marvel, Los guardianes de la galaxia, que se estrenará el año que viene.

Lo mejor: Más allá de un conjunto excelente, sobresale por encima de todos un Loki del que deseas ver más, porque todos sus diálogos y gestos son pura delicia.

Lo peor: El personaje de Kat Dennings y su torpe becario, demasiado ridículos, que le quitan demasiada tensión a la trama.

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35 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grand Piano
Grand Piano (2013)
  • 5,1
    8.519
  • España Eugenio Mira
  • Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter ...
7
Fallar la “última nota” y esperar que el público no se dé cuenta.
Se estrena el próximo viernes 25 de octubre en los cines españoles la última película de Elijah Wood (Frodo en la trilogía de “El Señor de los anillos”), teniendo en la dirección al alicantino Eugenio Mira (“Agnosia”) y en la producción al director internacional español Rodrigo Cortés (“Enterrado”). La cinta también cuenta con las actuaciones de John Cusack (“El mayordomo”) y Kerry Bishé (“Argo”).

El argumento se centra en un pianista de fama mundial, Tom Selznick (Wood), que lleva cinco años sin actuar; después de que se bloqueara en su última actuación y no pudiera terminar de tocar “La cinquette”, creación de su maestro y catalogada como la “obra imposible de tocar”.

Prácticamente obligado por su mujer, la actriz más famosa del momento (Bishé), volverá a los escenarios, en un concierto que espera tranquilo y con el fin de recuperar confianza. Pero todo se empieza a torcer cuando entre sus partituras alguien (Cusack) ha escrito que morirá él y su mujer si falla una sola nota, obligándole a completar con éxito la partitura imposible.

“Grand Piano” arranca con unos angustiosos créditos que se centran en describir cada palmo de quien será el protagonista absoluto de la cinta: el piano. Una vez iniciada en sí la película, conocemos a Tom y sus temores. Lo que puede parecer en principio un argumento sencillo, es decir, un pianista que se ve obligado a no fallar una nota o sino morirá, se transforma secuencia a secuencia en un endiablado thriller que rezuma suspense en cada plano o diálogo. Dicho suspense irá aumentando de forma exponencial hasta conseguir perder de vista su objetivo inicial, y transformando la película y perdiendo así toda coherencia el argumento.

Pero esto no pasa hasta su desdibujado final, el cual destroza el puzzle bien orquestado durante toda la cinta. Resulta curioso que teniendo en la producción a Cortés, que no le tembló la mano a la hora de saber finalizar su film más aplaudido (“Enterrado”), se haya pervertido de tal forma lo que en el ecuador de la cinta se estaba convirtiendo en una obra con un excelente sello hitchcockiano (salvándose las distancias, por supuesto).

Dicho argumento recordará inevitablemente a esa película de Colin Farrel, “Última llamada”, en la que Joel Schumacher (sí, el mismo que le puso pezones al traje de Batman) le mete en una cabina en la mayor parte del metraje, siendo amenazado por la voz de Kiefer Sutherland (“24”). Pero si bien en aquélla, el fallido Alejandro Magno tenía que estarse quieto y la trama brillaba por su realismo; en ésta, el bueno de Elijah Wood tendrá no sólo que no fallar ni una nota, sino conseguir salvar a su mujer, intentar pedir ayuda y averiguar dónde se esconde el villano de la función. Todo ello mientras el público no se entera de nada.

Es ahí donde más cuesta digerir la trama; en el hecho de que el protagonista, nervioso ya de por sí por llevar cinco años sin tocar en público, deba sobreponerse a sus miedos y afrontar con entereza la situación, y más teniendo en cuenta que (tal y como dicen en la película) “el público no se da cuenta si fallas una nota”. Pero todo eso se podría haber salvado si no fuese por su autocomplaciente final, que echa por tierra toda la excelente puesta en escena, la gran ambientación y la formidable banda sonora y recreación del concierto.

En definitiva, lo ideal hubiera sido coger “Grand Piano” y fusionarlo con el final de “Enterrado”, transformando la cinta y dándole un final digno y consecuente con la propuesta y desarrollo ofrecidos. Así se habría ganado el sobresaliente.

Lo peor: el final del film, desde que se descubre “el pastel”.

Lo mejor: La excelente puesta en escena, la gran ambientación y la formidable banda sonora y recreación del concierto; así como un Elijah Wood que no deja de sorprender.

@EduQuintana16
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5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Runner, Runner
Runner, Runner (2013)
  • 4,6
    6.548
  • Estados Unidos Brad Furman
  • Ben Affleck, Justin Timberlake, Gemma Arterton ...
3
No apuesten por ella.
El director, es el mismo que sorprendió en 2011 con la excelente “El inocente”, la cual catapultó a Matthew McConaughey en papeles serios, alejándole del papel agenciado para él en Hollywood de “cachitas” en películas románticas de dudosa gracia.

Pues bien, una vez demostrada su valía, en “Runner runner” tocaba “lavar la imagen” de dos niños mimados de la industria del cine, intentando ofrecerles un vehículo de lucimiento serio, siendo nada menos que Ben Affleck y Justin Timberlake. La fórmula no podía volver a salir, no sólo porque la historia y desarrollo no están a la altura de la anterior, sino también porque el bueno de Matthew es muchísimo mejor actor que el nuevo (y denostado) Batman y el cantante que quiere ser actor.

La historia cuenta como un universitario de Princeton, Richie Furst (Timberlake), pierde todo su dinero (destinado para pagar su matrícula) jugando al póker online. Como está convencido de que le han timado, se va a Costa Rica a pedirle que le devuelvan su dinero, acudiendo al mismísimo dueño de la página web de apuestas online, Ivan Block (Affleck).

Una vez se lo demuestra, Block le reclutará para su negocio, descubriendo el mundo de lujo que ello conlleva. Pero todo empieza a torcerse cuando un agente del FBI (Anthony Mackie) empieza a investigarles.

El argumento de “Runner runner” parece interesante, pero no lo es, puesto que se sostiene a base de incoherencias y de aglutinar tópicos y reflejar escenas típicas del género. La primera incoherencia que desbarata todo el argumento no tarda en llegar, debido a que si pierde todo su dinero (literalmente), ¿cómo paga el avión y la estancia en Costa Rica?. Porque la propia historia demuestra que no lo saca ni de sus amigos (tan pobres como él) ni de su alcohólico, jugador empedernido y adeudado padre.

Pero más allá de este error (garrafal) de argumento, salvable si la historia lo merece (que no es el caso), no hay nada que atraiga de la propuesta. No lo hacen sus protagonistas, con este trío que no tiene química ni carisma; ni tampoco atrae su desarrollo, previsible y nada novedoso o interesante. Afirmar que lo más interesante de la cinta es oír a Affleck y Timberlake chapurreando español resultaría cruel si no fuese la más pura verdad.

Definitivamente, en “Runner runner” nos encontramos ante uno de los estrenos más flojos y evitables del año, con una historia que se hace larga aún a pesar de su corta duración, y un desenlace que se intuye al mostrarse la primera duda del protagonista respecto a la actitud e intenciones de su jefe, un Ben Affleck plano, tanto en su actuación como en los matices de sus gestos faciales (inexistentes).

La gracia del reparto era ver a dos de los actores que menos saben gesticular de la actualidad (sólo faltaba que acudiera también Keanu Reeves) jugando entre ellos a las cartas y ver su “cara de póker”, pero ni eso nos han querido regalar, ya que el tema del póker es bastante secundario, y cuando aparece es online, con lo cual pierde toda la gracia.

Lo mejor: Que sólo dura 90 minutos y Anthony Mackie, que le da un poco de “vidilla” a este soso thriller.

Lo peor: Que Ben “Bruce Wayne” Affleck sigue demostrando que debería limitarse a dirigir y dejarse de actuaciones planas.

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32 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jobs
Jobs (2013)
  • 5,2
    13.249
  • Estados Unidos Joshua Michael Stern
  • Ashton Kutcher, Dermot Mulroney, Josh Gad ...
5
Sólo apta para fans de Apple.
Este biopic comienza de forma arrolladora, con un excelente prólogo donde un viejo Jobs presenta el “ipod” con un gran discurso ante un público entregadísimo; pero que luego empieza a decaer constantemente, no transmitiendo durante la cinta apenas emociones, sólo un inmenso tedio. Así pues, este panfleto publicitario de ‘Apple’ (no tan descarado como el ofrecido en “Los becarios” con ‘Google’) arrastra un ritmo lento y poco atractivo; sólo interesante para grandes fans de la compañía y Jobs, o bien quienes sean expertos informáticos y comprendan la enorme verborrea técnica e informática que comentan.

El desconocido director es Joshua Michael Stern, sin trabajos anteriores conocidos o interesantes, el cual se enfrasca en un relato pesado y sin la chispa necesaria, resultando muchísimo más entretenida el telefilm “Piratas de Silicon Valley” (1999), también ambientado en los inicio de Apple, aunque con ciertas libertades en cuanto a la veracidad de algunos hechos.

En cuanto a Ashton Kutcher, resulta aplaudible su interpretación del veterano Steve Jobs, pero una vez lo empezamos a ver de joven pierde esa magia, quedándose en una imitación de su extraña forma de andar y poco más. Desaprovecha una fantástica oportunidad de haber dado el paso adelante que tanto necesita su carrera cinematográfica.

En resumen, nos encontramos ante un biopic innecesario, que aunque no duda en remarcar los defectos del gurú de la innovación y la tecnología y no sólo sus aciertos, no aporta suficiente como para conseguir que un espectador “virgen” en temas tecnológicos aguante más de dos horas, y menos ante esa falta de ritmo de la que adolece la cinta.

Lo mejor: El prólogo de Steve Jobs presentando el “ipod” en 2001.

Lo peor: Que no cuenta su mejor etapa, tras su vuelta a Apple, limitándose a contar sus inicios y se deja el otro gran salto revolucionario que provocó (¿esperaban contarlo en una secuela?).

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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rush
Rush (2013)
  • 7,2
    40.157
  • Reino Unido Ron Howard
  • Chris Hemsworth, Daniel Brühl, Alexandra Maria Lara ...
9
Pura adrenalina.
La cinta está dirigida por un sorprendente Ron Howard, que firma una trepidante cinta y se encuentra en muchísima mejor forma de la que se esperaba después de dirigir la aburridísima “¡Qué dilema!”; siendo, sin lugar a dudas, uno de sus mejores trabajos. Este hecho se confirma cuando se aprecia un film con muy pocos defectos y rebosante de virtudes, donde también resaltan unos protagonistas inspirados, que han sabido camaleonizarse en sus personajes más allá de lo estrictamente físico.

“Rush” es un trepidante espectáculo que gustará a la gran mayoría del público, incluso a aquéllos (como un servidor) que no les gusta la Fórmula 1. Eso sí, como te guste dicha competición, las sensaciones que transmite la película serán multiplicadas en grandísima medida, sintiendo el subidón de adrenalina de los pilotos y disfrutando de dos horas de acción y tensión magníficamente equilibrada.

Ron Howard sabe dosificar las escenas de carreras brillantemente filmadas con grandes secuencias íntimas de los protagonistas, mostrando fielmente el miedo que sienten los pilotos y como asumen que pueden morir en cada carrera y en cada curva.

Resulta imprescindible destacar la gran labor de todo el reparto, en especial de la pareja formada por Hemsworth (“Thor”) y Brühl (“The Pelayos”), que se mimetizan con sus personajes y parece estar viendo a cada uno bien diferenciado, donde el británico es alocado, impulsivo y muy agresivo, actuando antes de pensar en posibles consecuencias; mientras que el austriaco es taimado, controlador y no toma una decisión si no estima que sea la correcta, siendo un piloto completísimo, pero previsible en sus acciones. La rivalidad que cuenta la película se respira en cada secuencia, se siente en cada mirada; pero también se aprecia el respeto mutuo y las ganas no sólo de superar al rival, sino de mejorarse ellos mismos, puliendo sus respectivas técnicas.

Definitivamente, en “Rush”, nos encontramos ante la mejor interpretación de ambos en sus respectivas carreras; pero, aún así, Brühl se encuentra un peldaño por encima, donde el marido de Elsa Pataky se encuentra justo detrás cogiendo rebufo.

En resumen, nos encontramos ante un auténtico espectáculo, que sabe equilibrar a la perfección las escenas de acción con la interacción y evolución de los personajes, manteniendo siempre el pulso necesario para que no decaiga el interés del espectador. Todo ello la convierte en una de las películas imprescindibles del año.

Lo mejor: La película en general; pero, ante todo, sus protagonistas, en especial Daniel “Niki Lauda” Brühl.

Lo peor: Algunos dirán que la dureza en las escenas de la limpieza de los pulmones, pero estimo que esa secuencia es imprescindible para entender el sufrimiento interior y exterior de Lauda (puesto que mientras tanto, está viendo en la televisión como Hunt gana todas las carreras).

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62 de 71 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asalto al poder
Asalto al poder (2013)
  • 5,2
    12.432
  • Estados Unidos Roland Emmerich
  • Channing Tatum, Jamie Foxx, Maggie Gyllenhaal ...
5
Objetivo: Asalto a la Casa Blanca.
En Hollywood hay algo peor que su afán por exprimir lo que dio frutos, ya sea a través de remakes, secuelas, reboots o adaptaciones de series famosas en otras épocas; y es cuando dos estudios se empeñan en estrenar el mismo año dos películas con argumentos iguales. Ya ocurrió en 1998 con “Armageddon” y “Deep impact” y también el año pasado con el cuento de “Blancanieves” (en este caso, incluso hubo versión española). Y lo que acaba pasando es que el espectador las confunde, mezcla o simplemente evita una de ellas, creyendo ya haberla visto.

Y esto es lo que ocurre con “Asalto al poder” que comparte idea con la película de Gerard Butler y Antoine Fuqua estrenada el pasado mayo, “Objetivo: La Casa Blanca”. Es decir, qué ocurriría si se atacase el lugar más seguro y protegido del mundo: La Casa Blanca. Ambas películas demuestran que es más fácil de lo que parecía, puesto que el Servicio Secreto al que tanto quiere pertenecer John Cale (Channing Tatum), para impresionar a su hija (Lisa Simpson en carne y hueso), es derrotado en un fugaz ataque que pone en peligro al Presidente de los EE.UU (Jamie Foxx), que deberá confiar en el hombre declarado no apto para protegerle.

De esta forma, Tatum se erige como el héroe imbatible, la figura creada por John McClane de que un hombre suficientemente motivado puede con todo un ejército de anormales terroristas se repite en esta cinta, salpicada por ideas e iconos tomados de otros éxitos como “Independe Day” (del mismo director, y homenajeada en esta película) o la mismísima “Air Force One”, con un presidente que no va a esconderse, sino que es tan luchador como el encarnado por Harrison Ford, pero llevado unas ‘Air Jordan’. Pero si aquí hay un héroe, ése es el guionista, James Vanderbilt (“The amazing Spiderman 2”), que le vendió a Sony Pictures por 3 millones de dólares un guión que debió escribir en una servilleta mientras esperaba un taxi.

Y el elegido para firmar este despropósito no podía ser otro que el director alemán Roland Emmerich, el cual posee un título con matrícula de honor en explosiones y destrucciones gratuitas. Y como no podía ser menos, aquí hace gala de ello, regalando explosiones por doquier, que son innecesarias por muy bien filmadas que estén.

Mención aparte debe tener la motivación de los personajes, que van desde el bueno buenísimo que sólo intenta que su hija le haga caso (y se perdió su función, ¿de qué me suena eso? ¡Ah, sí! De otras cien películas americanas…), pasando por el presidente negro estereotipado (aunque tiene el mejor chiste de la película, muy ofensivo, pero el mejor) y llegando al villano egoísta que sólo vela por su venganza e interés, dándole igual que mueran miles de millones de personas.

A pesar de todo esto, y aún teniendo un protagonista que no da la talla, la película se presta a la autoparodia y a la acción desmadrada, encallando sólo en una duración excesiva y totalmente innecesaria que torpedea en exceso un producto que podía haber tenido mejor aspecto final.

En resumen, salvando sus múltiples errores, deficiencias y despropósitos, la cinta es un buen producto de acción, estando entretenida en la mayoría de su tramo. Son sus secundarios (Maggie Gyllenhaal, Richard Jenkins y un gran James Woods) los que consiguen mantener la atención del espectador, proporcionando los mejores diálogos, puesto que las mejores escenas son las de acción.

Lo mejor: Las escenas de acción, pero no son apoyadas por el resto de factores necesarios como para dignificar el resultado final.

Lo peor: Su excesiva duración y su primera y última escena, donde el Presidente quiere hacer “eso”. Totalmente innecesarias, no aportando nada interesante a la historia y alargando el metraje.

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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Percy Jackson y el mar de los monstruos
Percy Jackson y el mar de los monstruos (2013)
  • 4,6
    6.441
  • Estados Unidos Thor Freudenthal
  • Logan Lerman, Alexandra Daddario, Douglas Smith ...
5
Amena mitología griega para adolescentes.
Si en la primera aventura contábamos con Chris Columbus (director de las dos primeras entregas de “Harry Potter”) tras las cámaras, ahora le pasa el relevo a Thor Freudenthal (“El diario de Greg”, 2010). Es una lástima que como él, también hayan abandonado el barco la gran cantidad de secundarios de lujo con la que contaba la primera cinta. Si bien, no todo van a ser desgracias, puesto que los nuevos fichajes de Nathan Fillion (“Castle”) y Stanley Tucci (“Los juegos del hambre”, 2012) acumulan entre los dos los mejores momentos de la película, rindiendo a mejor nivel que todos los secundarios famosos de la primera parte juntos.

En cuanto al argumento, cuenta ómo Percy intenta sobrellevar su fama, intentando estar a la altura del respeto que se ha ganado. Sus dudas sobre si de verdad merece tanto respeto de sus compañeros o lo ocurrido en la primera entrega fue por casualidad le atormentan en exceso. Dichas dudas se acrecentarán cuando la vuelta de Luke (el ladrón del rayo) le revela la existencia de una profecía que le menciona, y que podría significar el fin del Olimpo.

Dicho encuentro con su antiguo amigo y ahora enemigo mortal, desencadenará una serie de graves acontecimientos, donde Percy y sus amigos deberán ir al Mar de los Monstruos a recuperar un valioso objeto para ambos bandos, el Destino del Mundo dependerá de si cae en buenas o malas manos.

Así arranca esta secuela, la cual estuvo en el aire el realizarse, debido al bajo rendimiento en taquilla de la primera entrega. Un cambio de director por aquí, unos secundarios de lujo nuevos y más interesantes por allá, y dar el protagonismo absoluto a los jóvenes protagonistas fue el lavado de cara que sufrió la saga, esperando triunfar en una cartelera huérfana de películas taquilleras de adolescentes.

Más allá de unos efectos decentes y las incoherencias en el desarrollo de su trama, la cinta se presta a ser digerida con bastante mejor sabor de boca del esperado, ofreciendo 106 minutos lo suficientemente entretenidos como para no arrepentirse de haberse dejado el dinero y haber entretenido a los niños, pero que adolece de la chispa necesaria para conseguir pasar a la historia del Cine; o, al menos, de ser recordada por el público sin ser confundida con otras sagas excesivamente similares.

Cabe destacar que lo mejor de la película reside en dos de sus secundarios, los cuales en pocos minutos consiguen dinamitar la somnolencia generalizada entre escenas de acción; regalándonos frases sublimes un Nathan Fillion (Hermes) en estado de gracia, y no sólo por su puya a la cancelación de “Firefly” encubierta. También sobresale Stanley Tucci en su papel de Dionisos, incapaz de asumir la maldición que le echó Zeus de que todo vino que vaya a beber se convertirá en agua.

En definitiva, nos encontramos ante una entretenida película, que de forma amena trasmite a las nuevas generaciones las grandes historias de la mitología griega, adaptándolas a los tiempos actuales. Está en el aire adaptar el tercer libro de la saga; y, sinceramente, dos intentos han sido suficientes. Hollywood rara vez da una segunda oportunidad, una tercera es prácticamente imposible.

Te gustará si: disfrutas de las aventuras de adolescentes en las que los adultos dejan hacer todo el trabajo peligroso a los menores de edad, mientras ellos se quedan en casa esperando el resultado (siempre positivo, nunca negativo).

No te gustará si: aspiras a ver una historia trascendental, sin tópicos ni errores imperdonables en el desarrollo de la trama, donde las sorpresas son previsibles y a los protagonistas adolescentes les falta carisma.

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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Riddick
Riddick (2013)
  • 5,2
    11.770
  • Estados Unidos David Twohy
  • Vin Diesel, Jordi Mollà, Matt Nable ...
5
Sólo Jordi Mollà sobresale en este refrito de “Pitch Black”.
Desde que debutara para el gran público de la mano de Steven Spielberg en “Salvar al soldado Ryan” en 1998, Vin Diesel ha conseguido inmortalizar su nombre en la historia del cine con tres personajes que por sí mismos garantizan una película y que acuda el público a verla. Dichos personajes son Dominic Toretto en la saga “Fast & Furious”, Xander Cage en “XXX” y Riddick en “Pitch black” y su secuela, “Las crónicas de Riddick”.

Nueve años después de esta última, vuelve a encarnar al furyano más famoso y buscado en una tercera parte más íntima, pequeña y que intenta volver a sus orígenes; alejándose, de esta forma, de las espectacularidad visual y la epopeya estelar en que se convirtió la injustamente maltratada “Las crónicas de Riddick”. Esta última, puede que no pase a la historia como una gran película, pero ofrecía el suficiente entretenimiento y distanciamiento respecto a la original como para ser valorada, lo cual no puede decirse lo mismo de esta nueva entrega que llega ahora a nuestras pantallas.

En esta ocasión, la historia se centra en contarnos cómo Riddick acaba siendo traicionado por los propios necróferos que le juraron lealtad, siendo abandonado en un inhóspito planeta para que muera. Pero, en vez de eso, Riddick sabrá adaptarse a este mundo donde todo en él intenta matarle, entrenándose para vengarse de aquéllos que le traicionaron y encontrar su desaparecido planeta, Furya, del que nadie conoce su paradero.

De esta forma arranca la película, teniendo en sus primeros 40 minutos toda su originalidad, mostrando todo un manual de supervivencia extrema de la mano de Riddick que haría llorar a “El último superviviente”. Pero en vez de guiarse por su buen inicio, el director decide reiterarse en lo ya reflejado en las anteriores, autocopiando lo ya mostrado en la excelente “Pitch black”.

Así, los siguientes 40 minutos (aproximadamente un tercio del metraje), se dedica a mostrarnos cómo Riddick interactúa de forma poco amigable con los mercenarios que quieren darle caza. El único atractivo es ver cómo los mercenarios tienen miedo a la oscuridad, puesto que nuestro antihéroe ve perfectamente en ella gracias a sus ojos especiales. Dicha secuencia de intento de caza y contraataque de Riddick se asimila en exceso al arranque de su primera secuela, con idénticos resultados.

Pero el plagio ahí no acaba, sino que resulta mucho más flagrante e insultante, puesto que la última parte del film se convierte en una copia literal de “Pitch black” [SPOILER] (cambiando la oscuridad por lluvia y los aliens voladores por una suerte de escorpiones) [FIN SPOILER]. Y aquí se acaba la gracia, quedándote con la ridícula sensación de que el director y Diesel se han quedado con los atónitos espectadores que esperaban ver algo nuevo e interesante de su antihéroe furyano favorito.

A pesar de todo esto, la película acaba siendo lo suficientemente entretenida como para aguantar el insulto, regalándonos con el papel de Jordi Mollà lo mejor de la cinta. Resulta fascinante ver cómo el actor español eclipsa en pantalla a Diesel y al resto de mercenarios, marcándose alguna frase en español y aportando los mejores momentos de la cinta (aunque no se encuentra su interpretación al nivel de sobreactuación e hilaridad de la que disfrutamos en “Dos policías rebeldes II”, se le acerca).

En resumen, nos encontramos ante una cinta muy bien nombrada, puesto que el personaje de Riddick eclipsa la pantalla en la mayoría del metraje (y cuando no está, se siente su presencia). Esta secuela ofrece el mínimo entretenimiento aceptable para soportar que sea un refrito de la fantástica y angustiosa “Pitch Black”.

Lo mejor: Jordi Mollà y un lenguaje adulto y soez, coherente con el adecuado para unos mercenarios en una situación así. También que no escatima en ser explícita en sus mejores secuencias.

Lo peor: Que peca de no querer innovar, no quiere alejarse de lo conocido, manteniéndose en la “orilla” con miedo a mostrar algo novedoso, reflejando sólo aspectos ya vistos en las anteriores entregas, pero sólo con un nuevo “disfraz”.

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14 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cazadores de sombras: Ciudad de hueso
Cazadores de sombras: Ciudad de hueso (2013)
  • 4,3
    6.558
  • Estados Unidos Harald Zwart
  • Lily Collins, Lena Headey, Jonathan Rhys Meyers ...
4
Mejor que Crepúsculo, pero insuficiente.
Tendremos en las carteleras españolas el viernes 30 de agosto la adaptación del primer libro de Cassandra Clare, “Cazadores de sombras: Ciudad de hueso”, teniendo en la dirección a Harald Zwart (“The Karate Kid”) y de protagonistas a Lilly Collins (“Blancanieves. Mirror, mirror”), Robert Sheehan (“Misfits”), Lena Headey (“Juego de tronos”), Jonathan Rhys Meyers (“Desde París con amor”) y Jamie Campbell Bowell (Cayo en la saga “Crepúsculo”).

Para los mundanos (según el libro, las personas corrientes alejadas de la magia, burda imitación de los “muggles” de la saga de “Harry Potter”), la historia tiene de protagonista a Clary Fray (Collins), una adolescente que vive en Nueva Cork con su madre (Headey). Pero, cada vez más frecuente, empieza a ver símbolos extraños e imágenes que nadie más ve y nadie le cree, ni siquiera su mejor amigo Simon (Sheehan).

Esta situación empeora cuando contempla un asesinato que nadie más ve y su madre es raptada, donde deberá unirse a los cazadores de sombras junto a Simon para rescatarla, siendo éstos una antigua orden de guerreros medio-ángeles y medio-humanos que protegen a la Humanidad de demonios, licántropos y vampiros.

La historia no deja de ser una aglomeración descarada de los elementos más destacables de multitud de películas y libros de género de aventuras para adolescentes, así como de otras características apropiadas de multitud de películas famosas. Sin olvidarnos de la utilización y enésimo rebautismo de personajes literarios tan famosos y manidos como los hombres-lobo y los vampiros.

La autora del libro y, por inercia, el director no dudan en fijarse en otras sagas taquilleras para crear este universo que no aporta casi nada original. De esta forma, descubrimos similitudes con “Harry Potter” (lo de mundanos en vez de muggles es el más descarado, pero no el único), “Crepúsculo”, “Soy el número cuatro”, o incluso de “Resident Evil” y “Star Wars”; entre las más evidentes.

Pero ya dejando de lado la originalidad o no de su argumento, cabe destacar que la acumulación de información resulta excesiva y caótica para todo aquel que no haya leído los libros, siendo (paradójicamente) insuficiente en otros tramos. Aún así, consigue establecer un buen ritmo en la narración, manteniendo la tensión durante sus dos horas de duración.

Destacar (negativamente) las libertades artísticas tomadas a la hora de adaptarla, como la anulación de todo sarcasmo o chispa del personaje encarnado por Robert Sheehan (algo imperdonable, teniendo en cuenta el carisma y gracia natural demostrados por el actor en la serie que le catapultó, “Misfits”), o la falta de “feeling” y la ausencia de vanidad y arrogancia del personaje de Jace (Campbell Bowell) que tanto detesta la protagonista, siendo aquí demasiado soso. Aquí los cambios son para peor, a diferencia de otras sagas que adaptan libros que sí consiguen que sus modificaciones resulten aceptables o coherentes respecto a la trama principal.

En cuanto a los actores, ninguno sale favorecido, donde todos se ven “enjaulados” por unos personajes mal dibujados y peor desarrollados que no consiguen exprimir las mejores facetas de sus intérpretes; donde algunos, como el Valentine de Rhys Meyers rozan el ridículo, con unas justificaciones pobres para sus intenciones y una falta total de miedo o respeto ante lo que representa, es decir, el gran villano de la función.

En definitiva, nos encontramos ante una cinta diseñada para gustarle a todo el mundo, pero que sólo satisfará a sus grandes seguidoras (algunas de las más acérrimas puede que la rechacen por sus modificaciones respecto con el libro original). Sin embargo, los que se atrevan a verla encontrarán una cinta entretenida en la más fiel línea de otras cintas de su género ya mencionadas, es decir, un producto ligero para disfrutar de los últimos estertores del verano.

Tienes que verla si: disfrutas con películas como “Harry Potter” o “Crepúsculo”, siendo mucho peor que la primera, pero mejor que la segunda.

No vayas a verla si: te cansan tanto rebautismo de mitologías y las historias de fantasía con argumento enrevesado pero final previsible.

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9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dolor y dinero
Dolor y dinero (2013)
  • 5,8
    19.532
  • Estados Unidos Michael Bay
  • Mark Wahlberg, Dwayne Johnson, Anthony Mackie ...
7
Lo mejor de Michael Bay de la última década.
Esta cinta está firmada por el escandaloso director Michael Bay, el cual deja de ponerse pesado con la saga “Transformers” y se reta a sí mismo en esta cinta de acción y comedia negra basada en unos inimaginables hechos reales.

“Dolor y Dinero” es todo un reto no sólo por el presupuesto (25 millones de dólares, en comparación con los 250 de “Transformes 3”), conseguido a base de recortar salarios a los protagonistas (a Mark Wahlberg se los devolverá en “Transformers 4”, que ya ruedan juntos) y conformarse con una única explosión en todo el film (y encima justificada, lo cual no suele ocurrir en sus películas). Sino que, a parte de lo ya mencionado, el gran reto de Bay era saber contenerse a sí mismo, ceñirse a contar una historia pequeña, sin situaciones estrafalarias y explosivas. De esta forma, el “sello Michael Bay” se diluye en favor de una historia basada en hechos reales, regalándonos el director californiano su mejor película desde “Dos policías rebeldes II” (2003).

La historia se centra en tres culturistas (Wahlberg, Dwayne Johnson y Antonhy Mackie) que cansados de ver cómo en el gimnasio donde trabajan acude gente con mucho dinero y que ellos nunca podrán aspirar a sus sueños, deciden robar a uno de sus clientes (Tony Shalhoub). Pero su improvisado plan no saldrá cómo habían previsto, y los problemas se escaparán de su control.

De esta forma arranca “Dolor y Dinero”, una cinta que se beneficia de su irreal argumento (al que Bay insiste en reiterar que está basado en hechos reales) y se potencia por la actuación de sus protagonistas, los cuales no se limitan a mostrar sus trabajados cuerpos para la ocasión, sino que saben plasmar las dudas, deseos y falta de inteligencia de este trío que ha visto demasiadas películas sobre robos perfectos.

Michael Bay consigue plasmar en un metraje acostumbrado al exceso, en esta ocasión sólo en la duración, las penurias del ciudadano medio americano; que sueña con hacerse rico con el mínimo esfuerzo y que se considera con derecho legítimo a lo que no le pertenece. El director realiza uno de sus mejores trabajos (pero sin llegar a la altura de la saga “Bad boys” y la formidable “La Roca”, de 1996), pero vuelve a reflejar algunas de sus manías, como son los planos excesivamente ralentizados. Lo que sí es muy loable por su parte es ofrecernos un guión más pulido y coherente, con unos chistes y gags menos pueriles que en su saga robótica, así como un montaje (aunque falla en esa secuencia de finales del film al contárnosla en la primera escena) y unos efectos visuales menos excesivos y agobiantes.

En cuanto a las interpretaciones, podemos disfrutar de unas actuaciones muy solventes, con un Wahlberg (“Ted”) muy cómodo en su papel protagonista, sabiendo construirlo y hacerlo creíble. También podemos gozar de un Dwayne Johnson (“G.I. Joe, la venganza”) que desde que se ha quitado el apodo “The Rock” del nombre, se nota que se ha tomado en serio su carrera en el cine, lo cual se agradece enormemente. También la cinta se apoya en unos secundarios conocidos y que aportan solidez y gracia a la historia, como son los casos de Ed Harris (“Al borde del abismo”), Rebel Wilson (“Dando la nota”) y Ken Jeong (saga “Resacón”).

En resumen, Bay nos regala un trabajo desconocido en él, siendo comedido y coherente en su trama y escenas en la mayor parte del metraje; el cual se beneficia de unas solventes interpretaciones y una historia basada en hechos reales, que se aprovecha adecuadamente de su locura para aportarnos altas dosis de comedia negra y crítica a la sociedad americana.

Lo mejor: Un trío protagonista en estado de gracia que consiguen apoyarse en unos secundarios excelentes que conforman una cinta excesiva salpicada de humor negro, siendo el trabajo más oscuro de un director muy simple.

Lo peor: Que Bay no consigue acertar nunca con los metrajes, siendo siempre excesivos. Ciertos errores la alejan de ser su mejor obra, pero es recomendable y muy entretenida.

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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Juerga hasta el fin
Juerga hasta el fin (2013)
  • 5,4
    18.042
  • Estados Unidos Evan Goldberg, Seth Rogen
  • Seth Rogen, Jay Baruchel, James Franco ...
7
La comedia más gamberra y divertida del verano.
Tendremos en las carteleras españolas el viernes 23 de agosto el debut en la dirección de Seth Rogen y Evan Goldberg (donde ambos también firman el guión), presentándonos una disparatada comedia donde todo es posible y que consigue alcanzar el único objetivo que se propone: hacer reír. Para lograrlo no se ponen límites en cuanto a gamberradas, imágenes desagradables o palabras malsonantes, puesto que todo sirve con tal de arrancar una sonrisa a un espectador deseoso de desconectar con la realidad actual.

De esta forma, Rogen protagoniza esta cinta rodeándose de la última hornada de cómicos estadounidenses, no faltando los cameos y las apariciones estelares. Como nota curiosa y novedad respecto a otras cintas de este género de comedia gamberra tan de moda gracias a Judd Appatow, indicar que todos los actores se interpretan a sí mismos, siendo aún más chocantes las reacciones y actuaciones de algunos de ellos.

La historia se centra en contarnos cómo Seth Rogen (“Superfumados”) recoge a Jay Baruchel (“El aprendiz de brujo”) en el aeropuerto de Los Angeles para pasar el fin de semana juntos, pero deciden pasarse por la fiesta que organiza James Franco (“127 horas”) en su nueva casa. Durante la fiesta, a la que acuden estrellas como Jonah Hill (“Moneyball”, “Supersalidos”), Emma Watson (Hermione en la saga de “Harry Potter”) o Rihanna; se produce el Apocalipsis, donde los buenos suben al Cielo y los que han sido malos se quedan en la destruida Tierra para enfrentarse a criaturas bíblicas.

Así arranca la historia, contándonos cómo deciden enfrentarse los propios actores a su destino (dado que ninguno ha sido lo suficientemente bueno como para subir al Cielo), narrándonos un sinfín de situaciones grotescas pero divertidas, incluso más de una que roza lo sumamente desagradable, pero que aún así consigue mantener al espectador pendiente de las aventuras y desventuras de estos actores acostumbrados a ser idolatrados.

En cuanto a las actuaciones, todos actúan en su línea habitual, sin ninguna sorpresa, puesto que se interpretan a sí mismos (algo que suelen hacer en la mayoría de sus películas), pero consiguen aportar un humor muy en la línea de la sorprendente y divertida “Superfumados” (“Pineapple Express”), continuando el buen rollo establecido entre Franco y Rogen, unido de nuevo al humor chabacano y pueril de Danny McBride (“De culo y cuesta abajo”, “30 minutos o menos”).

Pero a pesar de ser ellos mismos, no dudan en autoparodiarse o autohumillarse durante todo el metraje, siendo estos momentos los mejores del film, donde se ofrecen a aceptar con buen humor sus fracasos comerciales anteriores o sus limitaciones artísticas con un desparpajo tal que acabas por perdonarles cualquier “crimen” anterior y te acabas rindiendo ante esta locura.

En definitiva, Rogen y su banda de malhablados colegas nos regalan una comedia diferente, gamberra y pueril, ideal para desconectar y reírse con un humor zafio en una loca historia repleta de sorpresas. Sin duda, es la comedia del verano.

Tienes que verla si: Te gusta el humor de “Supersalidos”, “Superfumados” y “Virgen a los 40”. Si la respuesta es afirmativa, te divertirás.

No vayas a verla si: Ese tipo de humor te deja frío y con la sensación de haber perdido el tiempo. La película no engaña a nadie, da lo que promete, así que no hay que buscarle más sentido que el de entretener durante la mayor parte de sus 107 mins.

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