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9 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
7
Un Dios para los niños
No recuerdo dónde, leí que, en el proceso en que la ingenuidad infantil va siendo sacrificada por la áspera realidad adulta, tiene especial significación el día en que el niño toma conciencia de que sus padres, algún día, van a morir.

Yo recuerdo ese momento, supongo que con siete u ocho años, no más. Al preguntar a mis compañeros de clase por la edad de sus padres y comprobar que los míos eran los más mayores de todos, comprendí que, muy probablemente, me quedaría sin padres antes que el resto. Ese día, al llegar a casa, lloré mucho pensando en ello. Han pasado casi veinte años y siguen vivos, y con salud, pero en ese momento sus muertes me parecían inminentes. En realidad, lo que entendí es que eran 'inevitables'.

...

Doillon confía muchísimo en la niña Victoire. En la dirección de casting se encontraron, inesperadamente, con un diamante en bruto, y no dudaron en cargar en él una parte importante del dramatismo de la película. Todo actor ha de tener algo de mentiroso, de farsante; nunca puede 'ser' su personaje, pero ha de imitarlo, de suplantarle en la medida de lo posible. Victoire Thivisol, tan pequeña, dudo que interpretase nada; al menos, no con el rigor y la técnica de una actriz. Uno siente que, cuando Victoire llora, llora de verdad, no para ganarse al espectador: paradójicamente, el efecto emocional se multiplica. Ella, su rostro, su voz titubeante, sus ojos tristes y auténticos, son el vértice sensible de 'Ponette'.

...

No hay en esta película ningún ingenio visual notable. Su planteamiento predispone a la empatía. Doillon juega una mano difícilmente perdedora. No obstante, el desarrollo me sorprende: no se limita a procurar que el espectador moje continuamente el pañuelo.

Hay algo evocador y elevado en esa inocencia con que los niños de 'Ponette' tantean la metafísica. A temprana edad, el niño obtiene ya un concepto de muerte, de Dios, de más allá, y se acercan a estos conceptos con sencillez de espíritu, con nobleza. Los manejan de formas inauditas, curiosas y puras. El adulto medio está atiborrado de prejuicios religiosos; ya sea vanidad atea o creencia ciega. Cuando se es niño, "Dios" no es nada más que un ser inexplicable, misterioso, intrigante y alentador que habita, y quizás gobierna, ese paisaje de figuras mágicas que, bajo la imaginación infantil, están del otro lado del mundo. Cuando se es mayor, ese imaginario se esfuma, del otro lado del mundo no hay gran cosa, ya sólo queda pelearse con la Filosofía y sentir la ausencia de esperanza, u obviarla. Hay algo profundamente enternecedor, y sabio a su manera, en la forma en que 'Ponette' intenta traer a su madre del más allá; lo hay porque ella lo intenta con convencimiento de que puede hacerse, y es un convencimiento real, no autoimpuesto.

No es una película sobre la religión, quizás tampoco sobre la muerte. Es una película sobre la humildad de espíritu que tuvimos todos alguna vez en nuestro intento por comprender la vida.

Gracias.
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14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Niños metafísicos
El planteamiento de la película es sin duda forzado y a muchos puede parecerles que lo que resta, quizá por este motivo, es absolutamente impropio de niños. Si es así deberíamos preguntarnos, ¿es una película sobre cómo los niños entienden la muerte o sobre cómo la entendemos todos? Sería necio pensar que la película es sólo para niños (aunque pueda serlo está pensada sobre todo para adultos) y siendo así, ¿qué hemos de reprochar a los diálogos y a las reflexiones de los infantes de la película? Sin duda no son sólo ellos, sino los adultos, los que hablan a su través y al mismo tiempo esos adultos tratan de ponerse en un lugar donde lo preconcebido y los prejuicios a cerca de la muerte todavía no han vencido una cierta inocencia. Todo esto podría parecer a la postre sumamente artificial y pretencioso y sin embargo, gracias a las imágenes, a la recuperación de la inocencia infantil a través de gestos y poses que paradójicamente imitan un tono marcadamente adulto, lo sentimos como verdadero.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Muy triste, pero menos de lo que debiera...
La pequeña Victoire Thivisol ganó la Copa Volpi en Venecia por su… no sé si llamarlo interpretación, porque es evidente que una niña tan pequeña no interpreta, sino que vive su papel.
La verdad es que es difícil no conmoverse al ver a la niña llorando de verdad y llamando a su madre.
Y si encima esa madre muerta se nos muestra con los rasgos de Marie Trintignant, que todos sabemos cómo acabó en la vida real… pues la emoción es doble.

Sin embargo, viéndola con frialdad y distanciamiento, a la película le falta un poco de veracidad para resultar redonda: en varias ocasiones me distanció de la película la típica sensación de “eso no lo diría un niño de esa edad”.

En cualquier caso me pareció interesante, porque no es un argumento habitual contar la pérdida desde el punto de vista de un niño tan pequeño, quizá por la dificultad que entraña abordar la psicología infantil, o por el riesgo de hacer daño al niño-actor...
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Torturar a una pequeña pa entretener a la peña
He visto esta película completamente indignada todo el tiempo. Indignada, anonadada, perpleja, incrédula, rabiosa, espantada...Torturar así a una niña de cuatro años solo para entretener a unos cuantos adultos!!

Estamos hartos de ver asociaciones en defensa de los animales que protestan por el uso y el abuso de estos en el cine (lo cual me parece muy bien, y yo soy la primera que suscribe esas protestas)... pero nadie ha dicho ni mu por lo de esta criatura?

Que la niña sufre de verdad está claro. No está interpretando, tiene cuatro años. No sabe fingir, no tiene recursos, es demasiado pequeña. En eso parece estar de acuerdo todo el que la ha visto. Y sin embargo no he leído que nadie se haya preguntado por los sentimientos de esa niña y por cómo ha conseguido el director ese dolor, esas lágrimas, esa desesperación, esa rabia.

Aunque se plantee como un juego, Jacques Doillon tuvo que hacer sufrir de verdad a la niña para que sintiera el dolor de Ponette. Dónde estaban los padres de esa cría? Y el jurado que le dio la copa Volpi en qué estaba pensando? En serio nadie se ha planteado antes esta cuestión?

Pero si hasta los actores adultos confiesan haberlo pasado fatal al meterse en la piel de algunos personajes! Cómo se le puede hacer eso a un chiquillo de cuatro años, con la connivencia de sus padres y de todo el equipo que rodó la película y de todos los que la han premiado?

Ver a la niña Victoire Thivisol sufrir durante casi dos horas y pensar que durante semanas esa chiquilla estuvo a las órdenes de un director que le pedía que sintiera y reflejara el dolor por la muerte de una madre fue demasiado. Joder, con tanta hipersensibilidad que hay por ahí en torno a la infancia, que parece que hay que cogérsela con papel de fumar para hablar de niños... y resulta que nadie dice nada sobre el uso que se ha hecho de esta cría para rodar esta película?

Sobreprotegemos constantemente a los niños; les tapamos las caras en las revistas; no les dejamos salir solos a la calle ni les perdemos de vista más de dos segundos, pensamos que el mundo es un hervidero de asquerosos pederastas que van a violar a nuestros hijos, pero en cambio... somos capaces de hacerlos sufrir durante semanas para rodar una película que luego los adultos alabarán y premiarán por mostrar lo que ellos entienden que es la visión inocente que puede tener un niño sobre la muerte.

Una niña de cuatro años que llora constantemente con una congoja apabullante, que dice que quiere morirse, que se tira a escarbar en la tierra buscando el cuerpo de su mamá muerta... alguien le haría eso a sus hijos?

Ni aunque se lo plantearan como un "juego". Menudo juego macabro!

Pido simplemente un par de minutos de reflexión sobre este asunto.
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14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
No basta con niña adorable
Todo un hallazgo la niñita que protagoniza esta historia, sin duda, pero confiar casi exclusivamente en este factor no permite desarrollar una idea -el enfrentamiento de la infancia con la muerte de un ser querido- que ha alcanzado altas cotas en la Historia del Cine. "Juegos prohibidos" (René Clément) o "A las nueve cada noche" (Jack Clayton), son infinitamente más tiernas, creíbles y, sobre todo, entretenidas.

El filón de la "loquita simpática", como la llama su primo, no da para más de veinte o treinta minutos curiosos, y hace de "Ponette" una película reservada para los que adoran a los pequeñuelos como Victoire Thivison, pero poco más.
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9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Cuando el cine tiene otro lenguaje
Una película que deberíamos ver en V.O. sin lugar a dudas. Es emotiva y diferente, sorprendente a la vez que interesante, sobre todo por la edad de la protagonista. Podría ser un documental, pero se trata de una película en la que el drama que la envuelve acaba siendo mucho más que creíble, e insisto en que lo que más sorprende es saber que una joven actriz es capaz de atraparte en la historia. La narración es lenta pero no escasa de tensión. Hubo bastantes críticas referentes a lo ético de hacer que una niña pequeña de 4 años interpretara un papel dramático, según su director no ve problema en ello, sobre todo porque durante el rodaje se lo pasó bomba, es más, ahora, Victoire Thivisol pasa ya de los 20 años y no recuerda ningún trauma de su experiencia como joven actriz.

Recomiendo ver esta cinta, porque además de emocionarte hará que veas el mundo a través de los ojos de una niña que acaba de perder a su madre, y todo desde el punto de vista de un director atrevido, Jacques Doillon, que osó hacerlo de manera magistral.

Es aún hoy en día que la cinta de Jacques Doillon sigue creando controversias y es por ello que hace poco se rodó un documental en blanco y negro de la película, “Jouer Ponette”, en la que se explica cómo se rodó y como se lo pasaron los niños en el rodaje, un documento mucho más que interesante en el que se ve a lo joven actriz divertirse durante el rodaje, lo que demuestra que de alguna manera los niños tienen capacidad interpretativa y diferencia lo que es realidad de ficción.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La travesía del duelo de una niña
Es una película impactante y que incita a la reflexión de cómo pueden afrontar la muerte los niños. Aunque es una película de mediados de los noventa y se ha avanzado mucho en cómo explicar la muerte a los más pequeños, sin duda, esta cinta marcó un hito en la cuestión.

Al ver este film uno podrá cuestionarse sobre: ¿cómo comunicar a una hija de cuatro años la muerte de su madre?, ¿cómo facilitarle el trabajo del duelo?, ¿cómo lidiar con la dureza que supone la muerte en edad temprana?.

La película intenta dar respuestas a estas cuestiones y también se adentra en el papel de un padre que se debe asumir la pérdida de su joven esposa y afrontar el futuro en solitario con la niña.

El argumento gira especialmente sobre el impacto de las creencias que nos ejercen los demás. Es un relato minucioso de la travesía por el duelo y de esa esperanza que nace al final del proceso. No es un relato de elipsis, sino de concreción.

Aunque algunas reflexiones puedan parecer poco creíbles en boca de una niña de cuatro años, está claro que se trata de un excepcional guión. Gracias a este se permite explorar el complejo mundo de los sentimientos infantiles sobre la muerte a causa de los mitos y los tópicos que elaboramos los adultos.

El principal valor de esta película es adentrarse en el significado de la muerte desde el mundo infantil, donde realidad y fantasía se mezclan y, por eso, en la película,los adultos se muestran más cómo el problema que la solución.

Muchas personas no creyeron que la impresionante interpretación de la protagonista, Victoire Thivisol, con sólo cuatro años, pudiera distinguir entre la realidad y la ficción y se acusó al director incluso de maltrato infantil. Sin embargo, un documental estrenado dos lustros más tarde, Jouer Ponnette (2008) sobre el making off de la película, pone en evidencia que fue un logro interpretativo y, por supuesto, producto del acierto de un meritorio equipo de coaching infantil de la producción.

Reseña de Funeral Natural
https://www.funeralnatural.net/peliculas/
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Refugios para el dolor
“De día estoy aquí, de noche hablo con mi mama, prefiero la noche”, estas son las palabras de Ponette, la protagonista del film que lleva su nombre, estrenado en 1996 y dirigida por el francés Jacques Doillon. Ponnete, con sus 4 años de edad, ha perdido a su madre en un accidente automovilístico. Ello la ha afectado profundamente. En su dolor, la niña no parece comprender demasiado bien que significa la muerte y por eso espera el milagro de resucitar a su querida mama en forma urgente.

En este film, el director se propone retratar el dolor y seguir cada movimiento de su pequeño personaje para revivir a su madre. No pretende para ello hacer un manejo sensiblero o nostálgico del asunto, apelando por ejemplo a imágenes de un pasado feliz. Por el contrario, todo se halla narrado en tiempo presente, sin usos de flashbacks, tomándose el tiempo necesario para dejar actuar y contemplar la alegría o desolación de su personaje. Le alcanza con algunas pinceladas sutiles para alcanzar esta idea. Localiza su escenario ficcional lejos de las grandes urbes, en regiones más bien apartadas fértiles para la introspección y las atmosferas apacibles. Por ejemplo, cuando en plano general toma de espaldas a Ponette en un comprensible llanto frente al inmenso paisaje natural del cielo, árboles y nubes que envuelven a la pequeña en su proceso de duelo.

Doillon también hace hincapié en registrar escenas de la vida infantil que se identifican con el mundo de Ponette, a través de imágenes filmadas en planos cortos, a la altura de los niños, en una proximidad física que reaviva cada gesto de sus rostros y en los mismos espacios que frecuentan los chicos (el comedor, el corral de juegos, las camas marineras, etc).

No obstante, el tono melancólico de este relato también posee momentos alegres con actores secundarios que enriquecen el film y mitigan la angustia del personaje principal. Seres adorables como Matías -su primo de la misma edad- es una de las recompensas que posee la niña frente al padecimiento de haber perdido a su madre. Él no la entiende mucho, pero la acompaña y la consuela regalándole a su prima una de las mejores frases: “estás loca, pero sos buena”.

Cine francés bello y melancólico en donde la actuación de los niños, especialmente de la protagonista Victoire Thivisol, es uno de los hallazgos de su particular belleza y encanto.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
REVELACIÓN SOBRENATURAL A REIVINDICAR
Es una revelación sobrenatural.
Nunca antes verás a un grupo de niños actuar con esta fuerza dramática y verismo, destacando a Ponette por encima de ellos/as (Victoire Thivisol).
Es una obra maestra que se recrea en el desamparo de una niña tras la muerte de su madre, su incomprensión religiosa y la necesidad de poder hablar con ella.
De una sensibilidad y belleza pocas veces logradas en el cine, supone un film a reivindicar que debió ganar en su día mayor protagonismo.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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