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El director Travis Zariwny se ha especializado en su carrera en películas de terror sin haber logrado sobresalir todavía, ni con su versión de ‘Cabin Fever’, ni en esta oportunidad, otro remake que desaprovecha con un par de figuras icónicas en el género y una premisa que prometía.

Anna (Lin Shaye) es una mujer mayor que vive sola y que recibe la visita de su nieta Alex (Gabrielle Haugh), quien decide quedarse a cuidarla, ante la solicitud de la abuela de buscar un viejo espejo, Alex sube al ático donde se encuentra con una vieja caja que guarda algunos objetos que no parecen tener alguna relación.

Ante la llegada de su amigo Miles (Grayson Gabriel), ambos descubren que se trata de un viejo juego que sirve para invocar a un demonio siguiendo unas simples instrucciones un poco antes de la medianoche, y que tales instrucciones les servirán para sobrevivir siempre y cuando las respeten hasta las 3:33 am, cuando deciden jugarlo, ambos irán descubriendo el poder del demonio invocado, además de algún secreto que involucra a la vieja Anna.

Si bien la premisa es prometedora, la ejecución de ella es un tanto torpe a cargo de Travis Zariwny por diferentes decisiones mal tomadas, a saber, personajes con nulo desarrollo, una historia absurda, un demonio que no causa miedo y la presencia de dos figuras de enorme peso en el género que están muy mal aprovechadas, todo enmarcado en un relato que se le va de las manos al director hasta llegar a convertirse involuntariamente en una especie de comedia de terror sin serlo.

Los mejores momentos, y los pocos sustos, están a cargos de Lin Shaye, pero no todas sus apariciones son afortunadas, teniendo un par de momentos en que gesticula de tal manera que lo único que genera es risa, por otro lado, el legendario Robert Englund aparece como un médico que de pronto se apersona sin más en el lugar para intentar ayudar a los jóvenes, en uno de tantos momentos absurdos de una película que, sin embargo, entrega misteriosamente otros momentos que van de lo pesadillesco a lo onírico con la figura de un conejo vengativo, en un momento que parece rendir tributo a David Lynch, aunque es difícil asegurarlo.

A la película medio la salva del tedio esos momentos en que consigue volverse involuntariamente cómica y un par de escenas con una atmósfera bien lograda consiguiendo ser medianamente entretenida, aunque el objetivo inicial de los realizadores haya sido bastante diferente en un principio, en una película redundante y muy elemental.

http://tantocine.com/demonio-de-medianoche-de-travis-zariwny/

No sabía que ésta película también había sido dirigida por Travis Zariwny, de saberlo la hubiera evitado, ya que con Intruso descubrí su ritmo soporífero, pretencioso, insulso, en fin es todo lo malo que puede ser un director, que encima en su caso se encapricha en ser guionista, cuando no tiene el más mínimo talento para ello, sus diálogos son mediocres, suenan falsos, y las reacciones de los personajes se pasan de inverosímiles.
Aquí lo que se cuenta se hace de forma lenta, aburrida, molesta, el personaje de Lin Shane que podría ser el más interesante de todos, queda solo como una vieja fastidiosa y loca.
En cuanto a las interpretaciones, exceptuando Robert Englunt, el cuál da lástima verlo en estos proyectos de ínfima categoría e incluso haciendo papeles secundarios sin brillo alguno, es el único que está en su línea, él tiene su propio estilo, algunos les encanta, a otros les molestara por lo atildado y teatral, a mí depende a veces me gusta más que otras, acá creo que es lo único rescatable, lo que es la pobre Lin Shane, está insoportable, sobreactuada a más no poder, pero todo por pedido del guión y del director, que no saben matizar a su personaje, de los jóvenes mejor ni hablar, son inexpresivos a morir.
Lo peor es que además no tiene un estilo conciso, no sabe si ser una película gótica, una gore, y mezcla ambas con muy malos resultados.

En esta película, la historia trata sobre Alex (Gabrielle Haugh), donde va a una antigua mansión para cuidar a su abuela, Anna, quien padece una enfermedad mental. Mientras busca un espejo de su abuela, Alex y su amigo Miles encuentran una caja en el ático, que al abrirla se darán cuenta que se trata de la invocación del demonio de medianoche. Comenzará un juego por la supervivencia antes de que el demonio se apodere de sus miedos y acabe con ellos.

Con tan solo leer la sinopsis nos podemos dar cuenta la lamentablemente mala película que nos estamos a punto de encontrar. “Demonio de Medianoche” fracasa en casi todo: guión, personajes, duración y hasta escasez de lógica dentro de la misma.

La trama presenta contradicciones de principio a fin, durante sus 95 minutos que si bien son entretenidos y mejor dicho, ligeros, en los primeros 20 minutos podemos ver una lentitud extrema en donde no sucede absolutamente nada. A medida que va avanzando la historia, se vuelve sorprendentemente mala y va subiendo de nivel con la poca coherencia que hay presente.

Lo único que podemos destacar de los personajes son las actuaciones, porque luego su desarrollo, su profundización e incluso la personalidad misma que tiene cada uno es muy aburrida y simplemente dan ganas de que se mueran y punto. En cuanto al demonio, la idea básica que se notaba desde el inicio era aceptable, luego se convirtió en “el de siempre haciendo lo de siempre” en cuanto a los entes demoníacos de películas de terror.

Lo poco que se puede destacar son algunos efectos especiales que quedan bien logrados en el demonio y su personificación también es bastante interesante. Lo demás, es el mismo cliché una y otra vez visto en muchas series y películas de esta índole: mansión con aspecto tétrico y oscura, dia de noche en donde o nieva o llueve, maniquies o muñecas tenebrosas, etc.

En resumen, “Demonio de Medianoche” no es de las peores películas del 2018 simplemente porque se estrenó dos años antes.

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