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Una vida de mujer (1978)

Una vida de mujer
107 min.
6,4
365
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Sinopsis
Marie, una exitosa diseñadora, divorciada y madre de un adolescente, se encuentra en un momento crucial de su vida: tras romper con su amante y abortar el bebé que esperaba, decide volver con su ex marido, a pesar de que éste mantiene una relación con una mujer mucho más joven. Paralelamente su círculo de amistades también afronta sus propios problemas sentimentales que les conducen a inesperadas y dolorosas situaciones. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Une histoire simple
Duración
107 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Alemania;
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Premios
1979: Nominada al Oscar: Mejor película de habla no inglesa
1978: Premios César: Mejor actriz (Schneider). 11 nomin. incluyendo mejor película
1978: Premios David di Donatello: Premio Especial (ex aequo)
"Buenos diálogos (...) destaca la excelente actuación de Romy Schneider, en el mejor momento de su peculiar y trágica carrera"
[Diccionario Espasa]
6
Una mujer francesa a finales de los setenta
Sautet centra esta “historia simple” en un círculo de mujeres francesas de 1978, cuya portavoz es una Romy Schneider a la que los años apenas parecen haber rozado (la procesión iba por dentro). Entrando en los cuarenta, esa mujer era todavía capaz de detener el tráfico. Sus ojos desprendían una intensidad aguamarina en su sereno azul que no podía pasar desapercibida, y sus facciones perfectas en ese cutis de porcelana serían el ideal de belleza clásica para cualquier escultor. Y ese portento refleja la vida de una mujer corriente de su tiempo y de su situación geográfica. Nada proclive a malgastarse en una convivencia sin chispa con hombres a los que no ama para siempre, divorciada y con relaciones fallidas a sus espaldas, buscando la ilusión de sentirse enamorada de nuevo, liderando sus jornadas de urbanita independiente que trabaja, acoge a su hijo adolescente que alterna las estancias con su madre y con su padre como casi todo hijo de divorciados, se reúne con su grupo de amigas/os, mantiene relaciones esporádicas sin compromiso, y en suma es la dueña de sus días. Marie no pertenece al gremio de las que languidecen a perpetuidad en un matrimonio agotado, no es de las que se conforman. También se decanta por la libertad irresponsable de las que disfrutan del sexo sin precauciones habiendo ya en el mercado suficientes métodos anticonceptivos, porque lo del aborto no les crea un dilema moral de los de quitan el sueño. En plena era de la liberación femenina, se cometieron y se cometen tantas barbaridades como las que se cometen en todas las revoluciones, sean del tipo que sean.
Marie vuela libre, reencontrándose con su ex-marido desde fuera de la asfixia de la vida en común que dejaron atrás, y observando a la gente que está a su alrededor. Su hijo, su madre, su más reciente novio con el que acaba de romper, sus amigas y las parejas de éstas. Es una compañera leal, se involucra en los problemas de los que le importan y trata de comprenderlos y ayudarlos.
A punto de ser una cuarentona, no está ni mucho menos caduca. Un nuevo comienzo se anuncia esperanzador para una mujer que se niega a permanecer en la monotonía.
Sautet rodó un drama de sobria apariencia, diálogos naturales y fotografía reposada, que estudia con calma la psicología de sus personajes y de una época.
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16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Libertad y dolor cotidiano
No es una historia sencilla, como su título reza en francés (“Une histoire simple”). Marie (Romy Schneider), una mujer que roza los cuarenta años, decide abortar. Está divorciada, vive con su hijo de dieciséis años. Tiene un amante/pareja, Serge (Claude Brasseur) con quien quiere romper y de quien ya no quiere el hijo. Ella tiene su trabajo, sus amigos, su hijo, su vida. Es una mujer emancipada, libre de decidir sobre su destino. Se respira el aire post mayo del 68.
No es una historia sencilla,es tan enrevesada como la vida misma, con sus vaivenes, sus tristezas, alegrías, rupturas, (re)encuentros…

Hay que situar la historia en su contexto histórico. Hasta el voto de una ley en 1965 a la mujer se la consideraba como una “incapacitada jurídica”; no podía firmar contratos o documentos oficiales. En el momento de la película habían pasado diez años desde Mayo del 68. Fue solo en 1970 cuando la potencia paternal (el padre tenía todos los derechos sobre los hijos) pasa a ser autoridad parental. Es decir que la madre y el padre tienen los mismos derechos de cara a sus hijos. El aborto se despenalizó en Francia en 1975, gracias a la ley promulgada por la ministra de Sanidad Simone Veil. La mujer puede entonces decidir sobre embarazo, más allá de los motivos médicos. Todos estos cambios están de alguna manera presentes en la película. Marie, en la primera escena, así lo entiende. Toma además la iniciativa de dejar a Serge. Quiere tomar las riendas de su vida.

Romy Schneider, fenomenal, con esa dulzura, con esa sonrisa que desarma (a solo cuatro años de su muerte, en 1982). Claude Brasseur: tiene un papel parecido al que hace en Los senos de hielo (Georges Lautner, 1974), donde interpreta a un escritor enamorado de una misteriosa mujer a la que persigue incansablemente. Aquí también es un personaje sin complicaciones, algo ruidoso, algo fanfarrón, simpático, que no termina de entender por qué ella lo quiere dejar.

Bruno Cremer es Georges, el exmarido de Marie. Es el mismo actor que, año después, protagonizará (fugazmente) Bajo la arena (2000), de François Ozon.

Que te dejen es doloroso, pero dejar también es difícil. Y los viejos amores vuelven… porque en el fondo no son tan viejos… o sí… En fin, vivir siguiendo los sentimientos es asomarse continuamente a un abismo.

Y, en medio de todo esto, un tema actual: los despidos en una empresa, aquella donde trabajan Georges y Marie y un amigo de ambos a quien han echado, “porque ya no es rentable”, concluye con amargura Marie.

Al final, frente a los avatares sentimentales y laborales, lo que queda es la amistad cercana y sólida.

Una bonita película que cuenta lo que todos hemos vivido en momento dado (el amor, el desamor, la tristeza, las ganas de maternidad, la sed de libertad…), pero sin pretensiones, sin dar lecciones, sin juzgar. En el fondo es eso: vive y deja vivir.

FRASES
“Desde hace tiempo es justamente cuando estamos juntos cuando te echo más de menos”, dice Marie en su diálogo interno de despedida de Serge.
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9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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