Comic-Con Episode IV: A Fan's Hope (2011)

Reportaje de hora y media que mete al espectador dentro de la Comic-Con de San Diego, LA convención anual sobre el mundo del cómic, los videojuegos y las películas más fantásticas, que reúne a frikis de todo el mundo para compartir aficiones durante cuatro días.

Morgan Spurlock (el director de Super Size Me) cuenta su documental a través de seis historias de gente que va a la Comic-Con con diferentes intenciones. Cada aventura personal identifica o sorprende al espectador, por lo que el metraje resulta entretenido y didáctico en el mundo 'nerd', con polémica incluida sobre si la Comic-Con ha perdido su esencia como expositorio de cómics (comenzó en los 70 con 500 personas) para convertirse en un espectáculo de ciencia ficción abierto a un público mayoritario, que busca más la imagen friki que la esencia del mismo. Y contando con los actores y directores del momento (desde Kevin Smith hasta Guillermo del Toro, pasando por Eli Roth o Seth Rogen.

Recomendable al que le gusten los universos de George Lucas, los zombies de Romero, ver a Stan Lee en su salsa (el Hugh Hefner del cómic) y todo lo relacionado con el mundo de los superhéroes, el anime y la ciencia ficción. Y los que, como servidor, nos gusta ver congregaciones sociales unidas apasionadamente por eso mismo, una pasión que sacrifica sin pensarlo tiempo y dinero por una fuerza mayor.

Este trabajo tiene dos virtudes. O por lo menos dos elementos que para mí resultan muy interesantes: narra algo y es muy divertido. A veces los documentales no cuentan una historia, o simplemente denuncian o sencillamente son una buena edición de imágenes. Comic-Con Episode IV: A Fan's Hope sí quiere contarnos varias historias a través del núcleo que es la convención más afamada de San Diego.
La cita tiene lugar cada año y, por ello, deben ser innumerables las historias que surgen entre todos sus asistentes. Morgan Spurlock diagrama aquí una especia de narración tipo río en la que confluyen diferentes personajes. En primer lugar está el más viejo, un hombre que se ha hecho a una gran colección de comics, tiene una inmensa bodega en la que los cuida y los protege como un tesoro medieval. De allí saca a la venta ediciones originales, viejos formatos muy bien tenidos, primeras ediciones de clásicos que, extrañamente, hasta grandes conocedores desconocen. Seguir la historia de este hombre es ver un poco cómo se ha transformado la Comic-Con desde 1970 en que se abrió por primera vez.
Tenemos también la historia de dos dibujantes. Tal cual como nuestros compañeros dibujantes de escuela, este par de sujetos quieren mostrar sus habilidades con el lápiz a los grandes editores de comics de la actualidad. De verdad que uno como espectador sí queda maravillado con sus trazos a pesar de que, como ocurre con todo en el mundo, nadie les va a regalar nada por su sonrisa.
Una tercera historia es la de una pareja de enamorados que se embarca en la nueva tradición de hacer de la Comic- Con la meca "geek". Se conocen en la convención, se enamoran a través de esta afinidad, se comprometen y hasta se matrimonian en esta nueva meca.
Y, para finalizar, una historia bella es la de la feria de disfraces que hay en la convención. Con Morgan Spurlock seguimos a un grupo de muchachos desempleados que deciden apostar sus talentos para ganar en la Comic-Con reconocimiento por su creatividad en la elaboración de grandes disfraces sacados, por supuesto, de todo lo que hoy involucra este gran mundo de la ciencia ficción, la fantasía, el horror, entre otros géneros mágicos de la literatura, el cine, la televisión, el arte pop.
Un documental que vale la pena ver y que, enhorabuena, nos inspira nuevas fuentes de trabajo.