Maclovia (1948)

Drama rural desarrollado en el México profundo donde el lago de Pátzcuaro dibuja un mundo que todavía hoy sigue siendo singular y casi olvidado.

Hay que resaltar la magnífica actuación de los protagonistas y la película habría alcanzado cotas mayores de excelencia si no mostrara una tendencia demasiado proclive a caer en el doctrinarismo fácil y en una suerte de sensiblería excesivamente forzada.
Se trata de una cinta tierna, voluntarista, por momentos desgarrada y no se le puede negar, junto a la validez de su argumento de ficción, un valor notable como documento costumbrista y su acierto como reportaje histórico.

Reúne los peores elementos de las películas clásicas de Emilio Fernández, es: cursi, aburrida, lenta, maniquea, hace un retrato pintoresquista de los indígenas y hasta un poco grotesco poniendo a los actores a fingir el acento.
El villano es de opereta y la historia de amor básica y plana.
Encima algunas escenas del maestro donde se pone a discursear sobre Morelos como 5 minutos.
Lo mejor o mejor dicho lo único bueno es la fotografía maravillosa de Gabriel Figuerosa y la plástica, siempre Fernández fue mejor para narrar con imágenes que con palabras.