El mundo salvaje de Batwoman (1966)

Cuando hablamos de las producciones televisivas de "The Asylum" , que tratan de aprovecharse de títulos famosos y confundir con ello al espectador, olvidamos que es una práctica que siempre ha existido. Desde el espabilado distribuidor español que tituló a la italiana "L'ultimo squalo" como "Tiburón 3", a las mencionadas imitaciones de "The Asylum" como "Transmorphers" o "War of the worlds". Jerry Warren, allá en los 60, quiso aprovecharse de la fama que adquirió la serie de televisión "Batman", que se emitió entre 1966 y 1969, una serie ingenua y muy camp, con una estética delirantemente pop. Así que se adueñó del nombre "batwoman" para presentarnos este espanto, para adolescentes salidos, donde una tal "Batwoman", con un involuntario aspecto de madame, emplea a sus chicas denominadas "batgirls" para enfrentarse a un villano de nombre "Rat Fink", que parece escapado de los seriales de la Republic de los años 40 y que pretende apoderarse de un aparato que funciona con cobalto.

Es de esas películas que te arrancarías los ojos. Es horrible. Con una estética pretendidamente pop, nos ofrecerá repetidamente planos y secuencias de chicas bailando con pantalones ceñidos o en bañador, centrándose en ocasiones en las imágenes de sus traseros. De hecho, alguna de las chicas se acomoda el borde del bañador mientras baila. Festival de culos. Espeluznante. Supongo que en aquellos años, en plena decadencia del Código Hays, que se abolió en 1968, estas películas ofrecían al adolescente los cambios que su sociedad estaba viviendo. Además, Warren canibaliza partes del filme "The mole people" a la hora de enseñarnos unos monstruos y una base subterránea que no tiene ningún sentido. Otra tontería más.

Como parodia es film es infumable. Podemos ver la filipina "James Batman", rodada por los mismos años y que tiene algo más de gracia. Ni siquiera se acerca al espíritu de la serie de Tv "Batman". Me sorprende que califiquen a este engendro como "filme de culto". Ni es original, ni tiene calidad. Tampoco tiene vergüenza.