A través del huracán (1966)

Ésta película sigue la línea de Two Lane Blackstop. Lo que allí era una realidad anodina y de sentimientos lejanos, aquí es un paisaje vacío que envuelve y aisla a los personajes. Y ésta soledad inherente al Far West y a sus colonizadores, incrementa la implacabilidad de las situaciones, que se viven como algo inexorable, de lo que es muy dificil escapar. Aquí la libertad reside en el sentimiento de camaradería, de afecto, cada uno inmerso en sus soledad. Y todo el tiempo me vienen a la memoria los tres personajes, la familia que vive aislada en la montaña. Un ejemplo de lo que debió ser la colonización de los grandes espacios americanos, y esa soledad implica una dureza de vida, de actos justicieros, consigo mismo y con los escasos grupos sociales que se instalaban en el territorio.
El final define toda la historia y el sonido llena nuestros oidos adormilados de tanto silencio, de esa nada y vacio que impregna la historia y, como en Two Lane..., queda impreso en nuestros sentidos como una imagen sonora crepuscular y cargada de melancolía.

Película conocida también con el título de “a Través del Huracán”, nos encontramos ante uno de los western que Monte Hellman (la Bestia de la Cueva Maldita; Back Door to Hell) rodó con un desconocido Jack Nicholson, y que el actor aún en una temprana edad profesional, también colaboró enteramente como guionista. En el reparto también se contó con estrellas de segunda fila como Millie Perkins (conocida por su participación en “El Diario de Ana Frank” (The Diary of Anne Frank, 1959)de George Stevens), Cameron Mitchell y Harry Dean Stanton.

Un simple argumento como el de un grupo de vaqueros que son recibidos de modo hospitalario por una banda de cuatreros con el fin de no levantar sospechas, son interceptados por un sheriff y sus hombres creyendo que son miembros de la misma. Los tres vaqueros intentarán encontrar refugio en una granja.

Jack Nicholson en esa época estaba muy emparetnado con el genero de serie B, del que Monte Hellman también era uno de los apadrinados por Roger Corman entre otros, y pese a ser un western de baja factura tiene su toque particular: pocos medios, actores desconocidos, sin exceso de despliegues, sin exigencia alguna. Un divertimento “sui generis”.

Hellman y Nicholson volverían a participar juntos en “El Tiroteo” (The Shooting, 1967) otro western en plan metafísico y en que el actor desempeñó un papel más o menos de villano.