Average rating
5.6
Ratings
8,664
Reviews
495
Lists
4
Movie recommendations
- Ratings by category
- Contact
- Social Networks
-
Share his/her profile
LennyNero rating:
8
7.4
6,647
Drama
French playwright Paul Javal (Michel Piccoli) is hired by the arrogant American producer Jeremy Prokosch (Jack Palance) to rewrite the screenplay of a commercial version of Ulysses and his Odyssey, to be directed by famous german director Fritz Lang (Fritz Lang) who wants to make an art film. Paul intends to use the money to quit the payments of the modern apartment where he lives with his gorgeous wife and former typist Camille (Brigitte Bardot). [+]
Language of the review:
- es
February 15, 2009
98 of 114 users found this review helpful
Habitación. La cámara se desliza suavemente por el cuerpo de Camille, recorriendo con tacto su belleza, como un escultor de la Grecia clásica moldeando delicadamente con sus manos. La enumeración de sus partes es intrascendente, lo importante es el conjunto; la perfección en el arte viene por su análisis global, no por su fragmentación.
Cinecittá. Fritz Lang se aleja en solitario de la escena, en la pared posters de películas de Hawks y Hitchcock, de fondo la música de George Delerue, un homenaje sentido, único, reivindicativo del amor de Godard por una serie de autores antaño menospreciados y ahora elevados al puesto que se merecen. Ligero travelling y una pequeña anécdota, casi imperceptible en los gestos, se convierte en el motor dramático de la trama. Un estallido de emociones que se desencadena sin más ruido que el del motor de un coche que aleja para siempre el amor entre los protagonistas. Paul se pierde entre las ruinas de los estudios, una panorámica que refleja un mundo cinematográfico del pasado y a la vez el interior del protagonista. La confusión de la pérdida, la sordidez de la soledad y sin embargo, sus ojos muestran su vano intento de racionalizar estos sentimientos, de intelectualizar el fracaso.
Interludio (casa de campo). La cámara muestra una gran extensión de terreno, sin embargo los personajes se agolpan en un espacio reducido, la composición nos indica que está pasando, no se miran se dan la espalda y divagan en su propia lengua. Se hace patente la incomunicación. Progresivamente todo se focaliza en Paul y Camilla y aunque el plano se acerca la distancia entre ellos aumenta. Finalmente Camilla abandona, sólo su espalda se acerca a nosotros, su gesto no es revelado pero un montaje de insertos dinámico lo aclara; sus dudas sus recuerdos, el proceso mental del pensamiento conectado con el arte cinematográfico. (sigue en spoiler)
Cinecittá. Fritz Lang se aleja en solitario de la escena, en la pared posters de películas de Hawks y Hitchcock, de fondo la música de George Delerue, un homenaje sentido, único, reivindicativo del amor de Godard por una serie de autores antaño menospreciados y ahora elevados al puesto que se merecen. Ligero travelling y una pequeña anécdota, casi imperceptible en los gestos, se convierte en el motor dramático de la trama. Un estallido de emociones que se desencadena sin más ruido que el del motor de un coche que aleja para siempre el amor entre los protagonistas. Paul se pierde entre las ruinas de los estudios, una panorámica que refleja un mundo cinematográfico del pasado y a la vez el interior del protagonista. La confusión de la pérdida, la sordidez de la soledad y sin embargo, sus ojos muestran su vano intento de racionalizar estos sentimientos, de intelectualizar el fracaso.
Interludio (casa de campo). La cámara muestra una gran extensión de terreno, sin embargo los personajes se agolpan en un espacio reducido, la composición nos indica que está pasando, no se miran se dan la espalda y divagan en su propia lengua. Se hace patente la incomunicación. Progresivamente todo se focaliza en Paul y Camilla y aunque el plano se acerca la distancia entre ellos aumenta. Finalmente Camilla abandona, sólo su espalda se acerca a nosotros, su gesto no es revelado pero un montaje de insertos dinámico lo aclara; sus dudas sus recuerdos, el proceso mental del pensamiento conectado con el arte cinematográfico. (sigue en spoiler)
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
View all
Spoiler:
Domicilio. Un micro cosmos cerrado, opresivo, a medio construir, o quizás a medio derribar. La cámara lo recorre con naturalidad, casi sin que percibamos cómo lo está haciendo. En su recorrido obsesivo, detallado, está más pendiente de los objetos, de los símbolos, su encuentro con los intérpretes parece más un accidente que una intención. Los diálogos un murmullo de fondo que habla del hastío y de la monotonía. Una máquina de escribir no deja de tabletear de forma monocorde. Un golpe seco y primer plano de Camille. Todo es silencio, y sin embargo se puede escuchar como el último hilo del amor se rompe. Son sus ojos los que hablan contradiciendo sus palabras. Los personajes se miran, conversan en un sinsentido emocional, frente a frente, pero no plano contraplano. El desplazamiento de la cámara es lateral, pero no sigue el sonido sino a quién lo escucha, mostrando el vacío de la incomprensión. Como un partido de tenis interminable en que ninguno de los dos jugadores arriesga para no perder pero tampoco hace nada para ganar. Toda una vida, toda una relación de pareja condensada en pocos minutos, en pocas escenas.
Interludio (El cine). Sombras chinescas en la pantalla. Godard articula un discurso cinematográfico en dos sentidos. Físicamente indica que el cine es un espacio sin normas, donde hay una representación objetiva, pero cuyas sombras no son más que las interpretaciones que cada uno, libremente quiera darles. Espiritualmente despliega toda una batería de recursos simplemente destinados a un objetivo, demostrar que los domina, que sabe, quiere y puede jugar con ellos dónde y cuándo le apetezca. El es el maestro, el demiurgo tras la cámara, nosotros sus rendidos admiradores.
Capri. Ulises se dispone a recuperar a Penélope, pero, realmente lo desea? Las palabras así lo indican, los gestos no. Los personajes se mueven por los mismos ámbitos, se buscan pero no se encuentran, se cruzan pero no se ven. Se reúnen pero no se miran. Finalmente, en un descenso metafórico por unas escaleras comprendemos que todo ha sido un error, una mala interpretación, y sin embargo cada excusa, cada disculpa conduce a un escalón inferior, a una pérdida definitiva.
Itaca. Camille se va con uno de los pretendientes, en una suerte de viaje inverso al de Ulises. Un viaje que nunca llegará a completar, porque la fatalidad, los dioses o el propio Godard así lo quieren. ¿Fatalidad o capricho? No es de nuestra incumbencia, los mortales no pueden cuestionar a sus dioses. Paul se va también a completar su viaje, a volver a su origen, desaparece del plano y nos queda la mirada del Ulises cinematográfico mirando por fin su tierra prometida en una celebración que refleja el patetismo de la derrota de Paul……y del propio Ulises. Más allá de la mirada no hay tierra, sólo mar, vacío.
Interludio (El cine). Sombras chinescas en la pantalla. Godard articula un discurso cinematográfico en dos sentidos. Físicamente indica que el cine es un espacio sin normas, donde hay una representación objetiva, pero cuyas sombras no son más que las interpretaciones que cada uno, libremente quiera darles. Espiritualmente despliega toda una batería de recursos simplemente destinados a un objetivo, demostrar que los domina, que sabe, quiere y puede jugar con ellos dónde y cuándo le apetezca. El es el maestro, el demiurgo tras la cámara, nosotros sus rendidos admiradores.
Capri. Ulises se dispone a recuperar a Penélope, pero, realmente lo desea? Las palabras así lo indican, los gestos no. Los personajes se mueven por los mismos ámbitos, se buscan pero no se encuentran, se cruzan pero no se ven. Se reúnen pero no se miran. Finalmente, en un descenso metafórico por unas escaleras comprendemos que todo ha sido un error, una mala interpretación, y sin embargo cada excusa, cada disculpa conduce a un escalón inferior, a una pérdida definitiva.
Itaca. Camille se va con uno de los pretendientes, en una suerte de viaje inverso al de Ulises. Un viaje que nunca llegará a completar, porque la fatalidad, los dioses o el propio Godard así lo quieren. ¿Fatalidad o capricho? No es de nuestra incumbencia, los mortales no pueden cuestionar a sus dioses. Paul se va también a completar su viaje, a volver a su origen, desaparece del plano y nos queda la mirada del Ulises cinematográfico mirando por fin su tierra prometida en una celebración que refleja el patetismo de la derrota de Paul……y del propio Ulises. Más allá de la mirada no hay tierra, sólo mar, vacío.