Es una de mis películas favoritas.
La amistad entre un sacerdote y un gangster duro pero de buen corazón en un barrio marginal es el punto clave de esta magnífica película de los años 30.
Bien rodada e interpretada por un brillante James Cagney. Es un estupendo reflejo de la marginalidad y de la violencia de los bajos fondos pero también un canto a la esperanza.
Recomendable para todos los amantes del cine clásico.
Lo mejor: Cagney. La historia en sí. La banda de golfillos.
Lo peor: Que hacía más de quince años que no la veía y me ha parecido una obra maestra.
Spoiler:
Los diálogos de la película son magníficos, como muestra:
Rocky Sullivan y su amigo sacerdote rememoran su niñez y Rocky se excusa por no haber escrito durante largo tiempo: "Cuando estaba encerrado no tenía nada interesante que contar y al salir, sabías de mí, por todo lo que escribían los periódicos".