"La cortina de humo" podría haber metido en la llaga si hubiera enfocado el tema desde una perspectiva dramática, pero al tratarse de una comedia no acaba siendo otra cosa que una película entretenida con la que pasar un buen rato. La manipulación de la información por parte del poder es una cuestión cuya realidad ningún mortal de a pie llegará nunca a conocer ni aproximadamente. La trama que tenemos en cuenta aquí no creo que sea ningún despropósito, taparle las vergüenzas al más alto cargo de poder del país más poderoso, por una cuestión sexual o por lo que sea. En el momento en el que deciden inventarse una guerra con un país elegido al azar ya conocemos el rumbo de la película, de manera que sus consecuentes desvaríos nacen ligados con la misma esencia, la de la creación de una falsa realidad que sirva para despistar.

Me quedo con el inmenso Dustin Hoffman, pedazo de actor que vuelve a demostrar su versatilidad y que dice algo que no va a ser fácil olvidar -"...es lo mas honesto que he hecho en mi vida"- en relación a su trabajo con los montajes. Un maestro en la producción, alguien que acapara premios y reconocimiento pero jamás le han dado el óscar porque claro, a los productores jamás se le ha dado ese premio. Sus quejas me parecen brillantes y su búsqueda de satisfacción personal me ha parecido de lo más sugerente, por encima del dinero, lo primero es el trabajo bien hecho.

Lo cierto es que la película arranca de forma espectacular, pero también es una realidad que las exageraciones de la segunda parte lastran el conjunto. La aparición del "botas viejas" Harrelson y otras situaciones más allá de lo inverosímil, rayanas a la parodia, no me han acabado de convencer. No creo que el objetivo de esta película fuera el de extraer conclusiones profundas, su tono cómico la convierten en un buen entretenimiento, pero poco más.