Modesto western que trata de la eterna lucha entre los ganaderos y los colonos de Gunside en el condado de Clay.
Al frente de aquellos Brimstone (Brennan), un violento padre que no duda asaltar diligencias y bancos pensando expulsar así a los campesinos y amedrentar a las viejas cacatúas, "¿No van a robarnos a nosotras? -Las baratijas tocan los martes y hoy es miércoles".
Padre, además, de un hatajo de inútiles que recuerda bastante a aquel Rufus Hannassey de "Horizontes de grandeza". No es extraño que de nombre a la versión original de la cinta, pues es con diferencia el personaje más interesantes del reparto y autor de frases lapidarias, "¿Contamos el dinero? -Aquí el único que cuenta soy yo". Sobre todo contra la inutilidad de sus hijos, "No se dispara a un coyote hasta tenerlo encañonado".
Dentro de lo rutinario del argumento el guion es malo, a veces incomprensible. La realización tampoco es nada del otro jueves, escaso ritmo, personajes planos excepto Brimstone, carreras de un sitio a otro sin mucho sentido, robos súbitos, sucesivos, en serie, floja trama romántica ...
Pero tiene también cosas interesantes como la contundencia del fraseado, ver a Brennan de malvado protagonista, los especialistas con sus saltos desde los caballos a toda velocidad o el baile de Chiquita (Charlita) en la cantina castañuelas en mano.
Cinta modesta pero que permite pasar el rato a condición de prestar atención a la trama no siempre comprensible.