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Mexico Mexico · Ciudad de México
Iván Rincón Espríu rating:
7
Drama. Action The story of martial-arts and the soul of China civilization. Two kung fu masters —Ip Man (Tony Leung), the man who trained Bruce Lee, and Gong Er (Zhang Ziyi), who comes from the north, meet in Ip Man's hometown of Foshan on the eve of the Japanese invasion in 1936. Gong Er's grandfather, a renowned grandmaster, is also traveling to Foshan for his retirement ceremony, which is to take place at the legendary brothel The Golden Pavilion. ... [+]
Language of the review:
  • es
December 20, 2015
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Más que un gran maestro, dos grandes discípulos se disputan el escenario y la atención de un público adicto a la épica de las artes marciales y la poesía del cine oriental, que admiró a Bruce Lee en películas mediocres y refinó sus propios gustos hasta preferir el actual wuxia pian a las imitaciones y estupideces gringas por el estilo de Matrix.

Ip Man (Tony Leung) pierde un combate con Gong Er (Ziyi Zhang). Más allá del relato, él será maestro de Bruce Lee y ella morirá invicta, sin que la derrotara nunca ningún hombre, sino el opio.

Ip Man pierde también como protagonista, pues resulta más interesante la historia de Gong Er, hija y discípula de Chan Wah-shun, gran maestro que unificó primero dos estilos clásicos de kung fu y después a las escuelas de norte y sur de China. Tras la jubilación de éste, su sucesor Yixiantian, alias “El Navaja”, colaboró con los invasores japoneses y fue premiado con un puesto en el gobierno títere, traición que desató la ira de su antiguo maestro, muerto al expulsarlo en circunstancias algo confusas. Gong Er vengó la muerte de su padre con un costo muy alto, renunciando al amor, a la felicidad… Con ella, que nunca se casó ni tuvo hijos, murió también “el legado de las 64 manos”.

La obsesiva fascinación de Zhang Yimou ante el rostro de Ziyi es superada por la de Wong Kar-Wai y su director de cámaras Philippe Le Sourd, quienes crean exquisitas imágenes de belleza melancólica. Ella puede aparentar todavía 20 años de edad, pero con suficiente madurez para una sabia economía facial (inclusive sin maquillaje, al menos en apariencia) que lo mismo transmite odio que profunda tristeza, prácticamente sin gesticular. Con la misma sabiduría de las artes marciales y el recurso de la técnica, en su actuación, la precisión del movimiento logra fuerza expresiva y emotividad.

Aunque las peleas no son tan espectaculares como suele ser el wuxia pian, y resultan confusas a ratos, la película es una auténtica lección de kung fu y un homenaje personal, pero falla en el pretencioso intento de concentrar filosofía milenaria y descripción didáctica en dos horas de metraje, que además contienen un poema visual. La narración es discontinua y farragosa.

En términos estéticos, el resultado es magistral, oscuro y seductor. La fotografía se hace una con la dirección artística o el diseño de producción, desde la escenografía y el vestuario hasta la coreografía y el ralentí, a través de una cuidadosa edición.

De no ser por la irrupción bélica de Japón en la historia de China, esta película sería un relato atemporal.

La cursilería solemne del final tiende al autosabotaje.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
Iván Rincón Espríu
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