Cuando Martin Scorsese recibió los Oscar más importantes por la película “Infiltrados” muchos sabíamos que en al margen de la calidad de la película, que la tiene y mucha, en realidad era un ajuste de cuentas con un director al que Hollywood no había hecho justicia. Películas suyas maltratadas hay muchas, pero quizá es “Gangs of New York” el proyecto más ambicioso de la toda la carrera de Scorsese, el que ha sido más vilipendiado sin razón, sin embargo para algunos, entre los que me incluyo, es una obra singular y muy importante de la historia reciente del cine norteamericano.

“Gangs of New York” es una película con vocación didáctica, de esas que depende del nivel cultural del espectador lo que saque de ella. Es además punzante, y eso teniendo tan cerca el 11-S, era doblemente doloroso, muchos americanos lo que necesitaban en ese momento era ante todo un discurso simple y patriotero, y no que te metieran el dedo en el ojo como hace Scorsese.

Mientras gente como Coppola o Stone viven de las rentas, y hace tiempo que no son capaces de seguir ofreciendo buen cine, Scorsese sigue en cambio en plena forma. No conozco ningún tipo que lleve cuarenta años en la profesión – ni siquiera Woody Allen-, y que no haya perdido ni un ápice de clarividencia, rigor y calidad en sus películas. Scorsese representa eso, al corredor de fondo, al maratoniano, al que va a un ritmo de crucero sin mirar atrás, sino al futuro. Scorsese es además uno de los mejores críticos de cine que existen en el mundo, y un personaje con una cultura cinematográfica y literaria muy superior a la media. Y eso se nota, y mucho.

No me cabe ninguna duda que “Gangs of New York” es un peliculón (a pesar de Cameron Diaz), que va recuperando con los años un prestigio, como ya ocurre en Estados Unidos. Magnífica interpretación de Daniel Day-Lewis en un papel el de “Bill el carnicero”, que forma parte ya de la leyenda.

Un drama histórico que nos acerca y nos desmonta los orígenes épicos de las naciones, en Europa deberíamos de hacer algo parecido en un contexto de ombliguismo y nacionalismo exacerbado.