Tercera y última película británica de Hitchcock, ya con 73 años. Desde 1950 no rodaba en Reino Unido y en esta el director se centró en mostrar un Londres poco o nada turístico, en una película que ante todo hace gala de una tensión insuperable. Sé que "Frenesí" no está del todo bien valorada pero yo al cine, entre otras cosas, le pido que me entretenga...Y desde luego aquí lo hace Alfred.

Protagonizada por Jon Finch, habitual del teatro, que pudo ser muchas cosas en el cine (por ejemplo, James Bond, que rechazó, y luego actuaría en diversas ocasiones en películas españolas) y que por sus excesos puede considerarse como un Oliver Reed menos escandaloso, quien aquí borda a un tipo poco fiable y ambiguo. Finch está bien acompañado por otro habitual del cine británico como Barry Foster ("La hija de Ryan") y por las interesantes presencias de Anna Massey y Billie Whitelaw.

Sexo, violencia, mucho humor negro, excelsa tensión marca de la casa y planos extremadamente cercanos, con algunas escenas realmente memorables en un clásico muy british que en el fondo evoca una Inglaterra que hace bastante tiempo ya no es así.