Joshua (no hace falta que diga su apellido, bien sabida es la razón) vuelve a golpear duro en el corazón, en nuestra mente ajena a los hechos históricos de un país lejano, en nuestros ojos sobresaturados de imágenes abruptas e insípidas.

The Look of Silence sigue la estela de The Act of Killing. Podrían haber constituido una misma película fácilmente, exponiendo todas las caras del horror que nos muestra. Pero es sobre todo en su segunda mitad donde Joshua marca sus nuevos horizontes y expectativas de acercarse a una família cuyo hijo sigue teniendo la conciencia intranquila y está dispuesto a jugarse la vida para saber qué ocurrió en el pasado con su hermano asesinado al que nunca pudo conocer
Su protagonista, cuyo hermano como digo fue vícitma del genocidio de los 60, curiosamente se dedica a graduar la vista a la gente, lo cual no deja de resultar magnífico como metáfora para intentar hacer ver a sus compatriotas cuando los visita los horrores que causaron desde otra perspectiva - con otras lentes, si se prefiere - mediante diálogos y silencios, arrancando pequeños pedazos de esperanza que por desgracia terminan diluyéndose.

Aunque muchos encontraban cierta esperanza en The Act of Killing por el poder con el que la cámara de Joshua conseguía hacer consciente de su barbarie a uno de los líderes de los asesinatos, aquí dicha esperanza parece ser mucho menor. Muchos parecen llorar o arrepentirse de alguna forma, pero ninguno acepta realmente ninguna responsabilidad. Todo fue culpa de otras personas o de ciertas circunstancia ajenas que ellos no podían controlar.

Una de sus frases más chocantes, que por desgracia no recuerdo exactamente, venía a decir algo así (dicha por uno de los asesinos en el poder): "La política consiste en conseguir tu objetivo de la manera que sea".
Joshua no mueve la cámara, se juega el cuello al igual que su protagonista, recibe más quejas y amenazas que nunca por las conversaciones incómodas a las que están llegando con sus preguntas. La tensión incluso se palpa en alguna ocasión.

No sé si la nominarán o no este año. Poco importa, y poco le importará a Joshua mientras la historia de Indonesia siga siendo ignorada por los otros países.

No entiendo como una de las mejores parodia que se han hecho de las películas de gangsters no ha tenido más éxito. En fin, salen una gran cantidad de secundarios conocidos para los amantes de el cine y las series de mafia. Hugh Grant hace el papel de siempre, pero lo borda. Igual que los mafiosos que aparecen, con sus tópicos, sus frases y sus modales y métodos.
Desternillante para los que hayan visto películas de mafia y les guste el género y reírse de ello.
Incomprendida para los que no saben cómo es hacer negocios con la familia.

Me quito el sombrero ante Alexander Payne, que me ha demostrado una vez más por qué es uno de los mejores guionistas del momento.
El argumento engaña a primera vista. Uno piensa que va a ver otra peli adolescente tonta a más no poder, ya que la productora MTV no te hace pensar ni por un segundo en buen cine.
La historia no trata solamente sobre unas elecciones en un instituto americano. Payne va mucho más allá. No he leído la novela ni sé si es mejor o peor que la película, si más seria o más divertida, si más ácida y crítica o más suave y reservada. Pero sí sé una cosa, que Payne saca partido como siempre a unos pocos personajes para crear una magnífica historia que arremete contra todo el sistema estudiantil, electoral y sobre el modo y estilo de vida "made in USA".
El humor y sarcasmo de Payne y sus films son poco apreciados en EE.UU, de allí que él siga manteniéndose en lo alto del cine independiente con pelis más que admirables y que tenga más éxito en Europa que en América. Personalmente también admiro a Alexander Payne por su falta de timidez en sus obras a la hora de hablar sobre sexo o relaciones. Lo cierto es que para mi tiene una naturalidad para mostrarlo que me sorprende debido a los valores y tabúes que rigen la sociedad americana, cosa que demuestra que no es un director estadounidense típico vendido a Hollywood que necesita actores en camiseta y tías en bikini para rodar. Payne coge actores sin nada en especial que justamente resaltan por eso, por no ser los típicos guaperas y con medidas perfectas, sino por ser gente con caras, gestos y costumbres con los que podrías cruzarte perfectamente por la calle
Resumiendo, mírala sin esperar demasiado y acabarás sorprendiéndote. Si esperas una comedia adolescente de tetas y culos te has equivocado. Si esperas ver filosofía sobre realmente cómo de mal están los valores en algunos jóvenes y en la sociedad, quizás hayas encontrado un film que recordarás con cierto agrado.
Y no lo olvides: VOTA. Tú puedes marcar la diferencia y decir qué crítica es mejor o peor. Y te voy a dar un motivo para hacerlo: Que has tenido el aguante suficiente como para leerte todo este texto. Vota bien o mal, de verdad que me da igual. Vota sólo para que al menos pienses que esto te ha servido de algo o ha sido una pérdida de tiempo estúpida. Pero imagino que ya habrás visto la peli y tendrás tu respuesta.

Siempre resulta divertido y entretenido ver a Michael Caine haciendo de galán seductor, y aquí, por supuesto, consigue crear uno de sus personajes más carismáticos y geniales de su carrera. Lo misma opinión tengo del resto de actores secundarios que conforman el equipo del robo. Son más graciosos y divertidos que los de la nueva versión que se realizó en Hollywood.
La acción, aunque bastante inverosímil, no pierde interés y la música que la acompaña logran crear un ambiente alegre que consigue evadirnos y contagiarnos su espíritu.
Seguramente, de las mejores películas de acción británicas y con un final que no tiene desperdicio alguno.

Vivir el instinto significa entrar en lo desconocido, detrás y delante de la cámara. Este es un atrevido corto, ideado y rodado en Kenia a través de tres días, por el director Cary Fukunaga.
La actriz Haley Bennett interpreta una joven atrapada entre su pasado y su futuro. En esta primera visita al este de África, cruza caminos con Fares Fares, el ranger encargado de ser su guía. Ambos tienen algo en común, y cuando se conocen, una luz dentro de los dos empieza a parpadear. Ubicada en paisajes épicos, dos almas suaves descansan en el momento, dibujadas juntas en una conexión inquietante y perdida.

La historia de cómo se rodó este film es tan importante como la historia de tácita conexión humana. Cary eligió deliberadamente un estilo honesto y reactivo de trabajar a pesar de su amor por los cuidados y compuestos encuadres, porque Maiyet se basa en un principio de transparencia y colaboración.
Posteriormente a un puñado de conversaciones y un tratamiento de tres líneas, Cary viajó a África. Sin guión, sin ideas preconcebidas. Rodó durante tres días seguidos, improvisando y ensayando sobre el terreno y reacccionando ante el cambiante panorama en el acto.
Para un director acostumbrado a su propio perfeccionismo, esta fue una experiencia diferente de hacer cine. Cuando fue la hora de ver todas las grabaciones, Cary admite abiertamente que estaba nervioso. Pero al ver las imágenes, él sabía que el proyecto había funcionado, en sus propias palabras, "Tómate un respiro. Vale. Hay algo ahí".

Para la actriz Haley Bennett y muchos del equipo, esta fue su primera vez en Kenia. Mientras conducian entre distintas ubicaciones pasaron por el borde del Gran Valle del Rift y se pararon en el camino. Delante de ellos se encontraba el interminable panorama del este de África. Alguien notó que Haley tenía lágrimas en los ojos, superada por la belleza del paisaje. Este es el espíritu de Maiyet y la esencia de las películas de Cary. Si te atreves a buscar nuevos territorios y mirar más allá, puedes probar con algo real e inolvidable.

- Emma Lightfoot

(dejo los enlaces para los fragmentos y la historia en inglés aquí):
http://sleepwalkingintherift.com/cary

En conclusión, un corto que recuerda mucho al estilo de Terrence Malick por su poesia y fuerza visual. Hablan poco, y no hace falta saber mucho inglés para ver lo que intentan transmitir sus personajes.