Brujerías (1964)

Don Sharp alegró nuestra adolescencia con películas baratas y entretenidas, muchas de ellas bajo el ala protectora de la Hammer. No estoy hablando de grandes cintas, por supuesto, algunas eran francamente malas (Los piratas del diablo, Rasputín, Las novias de Fu-Manchú), sino de esos ejemplos de serie B que ya no se estilan. Witchcraft, inédita en España y recuperada en DVD, es una de las más interesantes. Llevado por el furor de la especulación inmobiliaria, un constructor ordena arrasar un camposanto para erigir espantosos apartamentos sobre él, con la mala pata de despertar a una bruja que espera su venganza desde hace 300 años. Como la familia del empresario fue la causante de su muerte, sus miembros van muriendo de uno en uno en extrañas circunstancias... Con una buena fotografía en B/N, una eficaz banda sonora de Carlo Martelli, y el concurso de un grupo de actores desconocidos, (salvo el inefable Lon Chaney Jr.), Sharp construye una intriga que va in crescendo hasta llegar al aquelarre final, demostrando que se puede rodar un buen film con cuatro chavos y un pellizco de imaginación. Y sin pretensiones...

Pobre Lon Chaney, la decadencia de su carrera, al igual que la de su físico, fue absoluta, solo comparable a la de Bela Lugossi, su compañero en los tiempo de los monstruos de la Universal.
En esta película, tiene un personaje sin la menor importancia, se nota a leguas que usan su nombre, pero no les interesaba el actor para nada, la historia vale poco, un montón de lugares clichés sobre sectas, brujería, y con el final típico de este tipo de películas por aquella época.