Dollface (Serie de TV) (2019)

*Hay vida más allá de la pareja

La primera temporada de Dollface creada por Jordan Weiss comienza con una ruptura. En el primer minuto (literalmente) la protagonista pasa de estar en una relación de más de cinco años a estar soltera. Y no por decisión propia, su novio la deja sin que ella se lo espere. La soltería la pilla completamente desprevenida pero para Jules, que la dejen plantada no es el final de su historia, solo es el principio. Dispuesta a recuperar a su grupo de amigas, ese que descuidó por una relación amorosa, tendrá que volver a aprender cuáles son las reglas y los códigos que rigen la amistad femenina (sea lo que sea que signifique eso).

Además de por sus amigas, Jules está guiada en esta nueva etapa en su vida por una ensoñación en forma de mujer-gato, una especie de Pepito Grillo (pero con bigotes) que le hará reflexionar sobre los fallos que cometió en el pasado y las consecuencias negativas que ha tenido para ella haberse dedicado exclusivamente a su novio.

Dollface aprovecha bien estos toques de surrealismo para añadir más comedia a la trama a través de símbolos y metáforas. Que la maestra de ceremonias de las alucinaciones de Jules sea una criatura a medio camino entre un gato y una señora, por supuesto, no es casualidad y es interesante ver cómo la serie se sirve de la imagen de la pesadilla más conservadora y tradicional para una mujer (acabar siendo una señora mayor rodeada de gatos) para convertirla en una figura que ayuda e ilumina el camino de su protagonista para volver a contactar con su feminidad.

*¿Qué significa volver a encajar?

¿Pero qué requisitos hay que cumplir para ser merecedora de la amistad femenina? ¿Qué significa volver a encajar? ¿En qué molde hay que meterse? El problema es que la serie lo tiene demasiado claro y acaba siendo una sucesión de estereotipos de lo que es ser mujer hoy en día (como quedar a tomar el brunch los domingos como si se tratase de ir a misa, metáfora hecha por la serie, no me atribuyo el mérito), lo cual acaba limitando su potencial. La serie se ríe de lo absurdo que son todos esos clichés, pero tampoco ofrece alternativas.

A pesar de que el planteamiento y las ideas de la serie son en un principio muy interesantes su profundidad acaba siendo menor de lo esperado. Da la sensación de que Dollface desaprovecha la oportunidad de hacer algo más rompedor, aunque centrar los esfuerzos de su protagonista femenina en recuperar la relación con sus amigas y no en encontrar otra pareja es un punto demasiado positivo como para pasarlo por alto.

El estreno de su segunda temporada estaba previsto para noviembre de 2020 pero la COVID-19 arruinó también los planes de esta producción de Hulu disponible en España a través de la plataforma de HBO. Craig Erwich, el presidente de Hulu Originals, aseguró en mayo de este año que a pesar de los numerosos retrasos, seguían teniendo la intención de estrenarla. Será cuestión de esperar. Esperemos que la conexión que formó esta historia con su público haya sobrevivido, como la de Jules con sus amigas, al tiempo sin verse.

*Conclusión

Dollface es una comedia con tintes surrealistas sobre la amistad femenina. Se sirve de los clichés del género sobre la feminidad y los rituales de los grupos de amigas para poner en valor la importancia que tiene conservar y cuidar estas amistades aún cuando la sociedad nos empuja a centrarnos en encontrar pareja y construir nuestra vida alrededor de ella. El hecho de que la serie plantee la relación absorbente de Jules con su ex-pareja como una limitación y no como un objetivo la hace altamente disfrutable.

Escrito por Cristina Blanco González

Una serie que podría ser el reverso de “Man seeking woman”, pero que en lugar de centrarse en que su protagonista encuentre pareja después de su ruptura, lo hace en recuperar las amistades a las que no dedicó el tiempo suficiente mientras tenía pareja y a las que dejó de lado.

Tiene elementos bastante positivos, un buen reparto con bastante carisma en el que quizá se apoya demasiado la serie, y momentos de humor absurdo y surrealista para mostrar pequeños detalles cotidianos con bastante lucidez, sin embargo, aunque tiene buenos puntos, en general no encuentra el tono ni tiene un buen guion para que funcione en conjunto, y acaba derivando en estereotipos un tanto superficiales que la aproximan más a un grupo de cuatro amigas demasiado similar a “Sexo en Nueva York”.