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Los 8 más odiados (2015)

Los 8 más odiados
167 min.
7,3
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Sinopsis
Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido en cazarrecompensas de mala reputación, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado sureño que afirma ser el nuevo sheriff del pueblo. Como se aproxima una ventisca, los cuatro se refugian en la Mercería de Minnie, una parada para diligencias de un puerto de montaña. Cuando llegan al local se topan con cuatro rostros desconocidos: el mexicano Bob (Demian Bichir), Oswaldo Mobray (Tim Roth), verdugo de Red Rock, el vaquero Joe Gage (Michael Madsen) y el general confederado Sanford Smithers (Bruce Dern). Mientras la tormenta cae sobre la parada de montaña, los ocho viajeros descubren que tal vez no lleguen hasta Red Rock después de todo. (FILMAFFINITY)

- Duración versión digital de estreno mundial en cines: 167 minutos.
- Duración versión roadshow 70mm., de estreno limitado a determinadas salas: 187 minutos (incluyendo 3,48 mins. de obertura y 12 mins. de intermedio).
Género
Western Intriga Siglo XIX Escenario único
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Hateful Eight
Duración
167 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2015: Premios Oscar: Mejor banda sonora original (Ennio Morricone). 3 nominaciones
2015: Globos de Oro: Mejor banda sonora original
2015: Premios BAFTA: Mejor banda sonora
2015: National Board Review (NBR): Top 10, actriz sec. (Jason Leigh), guion original
2015: Critics Choice Awards: Mejor banda sonora
9
Vuelve a casa por Navidad
¿Vuelven los créditos amarillos? Sí
¿Vuelve el desarrollo por capítulos? Sí
¿Vuelven Pumpkin, Mr. Blonde, Especialista Mike, Hijo Nº1, Billy Crash y Samuel L. Jackson? Sí
¿Vuelve el mejor director de actores a sacar lo mejor de sus actores? Sí
¿Vuelve Quentin a sacársela con su prodigiosa factura técnica? Sí
¿Vuelven las escenas lentas con largos y aparentemente intrascendentes diálogos? Sí
¿Vuelven las tormentas de violencia explícita tras una insoportable tensión? Sí
¿Vuelve la tortura sexual de Pulp Fiction? Sí
¿Vuelve la BSO a ser un personaje más? Sí
¿Vuelven los cigarrillos Red Apple? Sí
¿Vuelve la n-word? Sí
¿Vuelven los huevos revueltos? Sí
¿Vuelven a caerse caramelos de colores? Sí
¿Vuelve el personaje de Christoph Waltz? Sí, como Tim Roth.
¿Vuelve Tarantino a hacer una de Tarantino? Sí
¿Volverán aquellos a los que no les gusta Tarantino a quejarse de que Tarantino ha vuelto a hacer una de Tarantino? No lo dudes.

Tarantino ya jugó al Quién es Quién en Reservoir Dogs. Estas navidades nos ha traído el Cluedo.
Qué genio es este hombre, le pese a quien le pese.

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508 de 704 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
ESTA VEZ TE HA SALIDO MAL EL ESTOFADO, QUENTIN
Ya sé que es de mala educación criticar el sabor de un plato cocinado, con cariño y buenos ingredientes, por un cocinero genial al que uno admira, pero -perdona que te lo diga, Quentin- por primera vez has estado tan perezoso, descuidado, vanidoso, torpe, egoísta, atolondrado… que has estropeado el famoso estofado de Minnie. Tiene un olor desagradable y un sabor rancio. No sé si habrá sido por un exceso de grasa, de casquería, de óxido... o por haber metido gato en vez de liebre, pero me has decepcionado.

Mientras avanzaba con la diligencia por aquella desolación nevada mi boca se hacía agua pensando en la conocida receta y casi me parecía oler ese estofado sabroso con todos sus ingredientes tan bien entremezclados. Pero no, Quentin, esta vez –y es comprensible después de tantos años- te has copiado con desgana, te has pasado lanzando cachos exagerados al caldero, hala, venga, sin pies ni cabeza… removiéndolos con la payasa soberbia y la gilipollez pelotuda de alguien engreído que lleva décadas recibiendo merecidos elogios.

Y como es de bien nacido ser agradecido, estoy en deuda contigo por todos los placeres anteriores que llevas ofreciendo a mi paladar, pero que consten un par de cosas: que no pienso volver a tragarme un estofado tan vulgar como este de los Ocho Indeseables, y que la morcilla de Samuel L. Jackson sobraba en el puchero (te la podías haber metido tú por donde te cupiese).

Y además eres consciente de ello, so caradura ¿o nos tomas por idiotas? Hay unas cuantas ocasiones en que a falta de liebre has echado gato en la cazuela y nos lo has servido con auténtica desfachatez: como no tenías ganas de trabajarte una situación que pudiese explicar por qué no había sido rematado Samuel L. Jackson ¡simplemente prescindes de esas escenas, das un salto, y nos lo presentas a salvo desangrándose en la cama y poniendo condiciones! Y cuando no sabes cómo hilvanar otros acontecimientos ¡simplemente pones una fraudulenta voz en off, inexplicable, para que nos suelte un rollito! Pero, Quentin, qué vergüenza, con esos guiones siempre tan estupendamente cocinados a los que nos has tenido acostumbrados. Comparar esta última tuya con la genial primera (Reservoir Dogs) es algo realmente desacertado.

Pero es que hay más grumos e incoherencias en el estofado, y cualquiera con buen gusto tarantiniano se entristece llevándose a la boca cucharadas sabrosas mezcladas con otras que dan ganas de escupir: trucos baratos, engaños arbitrarios, contradicciones atolondradas o anacronismos absurdos: no, Quentin, no tendrías que habernos estropeado el recuerdo de la aguda disertación de Tim Roth sobre la necesidad de una fría Justicia desapasionada, al revelarnos después que no es verdugo (que inconsistencia suponer esa reflexión en un simple bandido); no, Quentin, no tendrías que haber convertido en un dato esencial del que depende la credibilidad y la vida de un hombre, el supuesto odio de Minnie hacia los mejicanos, al revelarnos después en un flash-back que recibe y atiende al mejicano sin problema alguno; no puedes darle protagonismo a una historia de felación absolutamente impensable en el viril Far West del siglo XIX, simplemente para volver a recrear de un modo exagerado y forzado ese tu típico monólogo tocapelotas –magnífico en otras películas- que consigue llevar a un hombre a un estallido de ira, como ya demostraste en tu guión juvenil de Amor a quemarropa (con aquel monólogo de las abuelas sicilianas folladas por los moros)…

A diferencia de la mayoría, la parte que me ha llegado ha sido la del principio, la del primer cuarto de la película; y la parte que me ha decepcionado ha sido la de todo ese estofado artificioso, anacrónico, sanguinolento, incoherente y sin chispa que se ha ido cocinando hasta reventar en La Mercería de Minnie.

Kurt Russell como John Ruth ‘La Horca’ ha sido el mejor en todos los sentidos.

Faltan los sanguinarios ideales de los Bastardos o de Django, motivaciones para el crimen, emociones para la venganza, o fuerza de convicción en los ingeniosos diálogos. Sobran la casquería sin gracia, los chorros de sangre sobre las caras, esa mariconada delirante de la gélida mamada, muchos planos feos y repugnantes... Pero, en definitiva, se puede perdonar, Quentin, que por una vez tu inteligencia, como los sesos, hayan saltado por los aires, pero no se te puede perdonar igual que nos hayas HARTADO Y ABURRIDO; y no me refiero al principio (estupendo), sino a todo ese tramo final, tan huero, en el que te imaginabas divertido.
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