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Juegos de placer (1997)

Juegos de placer
156 min.
7,3
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Sinopsis
A finales de los 70, Jack Horner, un director de cine porno que considera su trabajo una forma de arte descubre a Eddie Adams, un joven ingenuo que desea triunfar y que tiene unas características físicas muy adecuadas para ese tipo de cine. Eddie cambia su nombre por el de Dirk Diggler, se adapta inmediatamente a nuevo estilo de vida y pronto se convierte en una gran estrella del porno. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia dramática Cine dentro del cine Sexualidad y pornografía Años 70 Años 80 Drogas Historias cruzadas Nochevieja / Año nuevo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Boogie Nights
Duración
156 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1997: 3 nominaciones al Oscar: guion, actor sec. (Reynolds) y actriz sec. (Moore)
1997: Globos de Oro: Mejor actor de reparto (Burt Reynolds). 2 nominaciones
1997: 2 nominaciones Premios BAFTA: Mejor actor de reparto (Reynolds) y guión original
1997: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor secundario (Burt Reynolds)
1997: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actriz y actor sec. y Premio Nueva generación
9
Cine con mayúsculas
Llamadme flipado si queréis, pero para mí Boogie Nights representa el hito que todo cineasta debería ser capaz de alcanzar. Todo director debería conseguir que su película sea un espectáculo brillante a todos los niveles y que, a la vez que que derrocha personalidad, también consiga deslumbrar al espectador sin que se note demasiado si está siendo o no complaciente con él, que haga que lo complejo parezca sencillo, que sea coherente dentro de su locura, que sea capaz de los grandes gestos(*1) y de los pequeños detalles(*2), que su obra luzca una gran forma y un buen fondo, que consiga abarcar con la misma eficacia tanto la comedia como el drama. Una gran película te tiene que apabullar y hacerte sentir que estás viendo algo fuera de lo convencional. La vi hace un año y no me la quito de la cabeza.

Me entusiasmó desde el primer momento. Derrocha una vitalidad y un desparpajo arrolladores y se nota su plenitud a todos los niveles: una dirección fastuosa y de indudable calidad, un guión muy bien elaborado y completo, una encantadora galería de personajes entrañables y unas actuaciones notables hasta en actores de reconocida limitación. Podemos ver escenas divertidas(*3), alocadas(*4), sórdidas(*5), melancólicas(*6), todas ellas desprenden autenticidad, también escenas individuales(*7), corales(*8), grandes planos secuencia (el de la fiesta en la piscina y el primero de la discoteca son para enmarcar)... y PT Anderson pasa por todo eso sin que el conjunto desafine y el ritmo de la película no se resienta demasiado. No es una película coral, ni una desenfadada mirada interior al mundo del porno, ni tampoco una historia de ascenso y caída, es todo eso a la vez. Estética, profundidad, una gran banda sonora... si esta no es la obra de un cineasta superior, que baje Diox y lo vea.

No le pongo el 10 porque en ciertos momentos sufre algún que otro parón. Pero a lo mejor sí lo hago más adelante, por qué no, bien se lo tiene ganado.
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149 de 172 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Resumen de una época, resumen de un estilo
---- "When I close my eyes, I see this thing, a sign, I see this name in bright blue neon lights with a purple outline. And this name is so bright and so sharp that the sign - it just blows up because the name is so powerful... It says, 'Dirk Diggler'."

Cuando terminó de rodar "Sydney" (1996), Paul Thomas Anderson no perdió el tiempo. Se aseguró de volver a contar con John C. Reilly en un papel menor en cuanto a minutos en pantalla pero pese a todo más que digno, consiguió un poco de pasta extra y se lanzó a dirigir lo que desde su estreno es una de las mejores producciones americanas de los años '90, sólo un poco inferior a la sobresaliente Magnolia. Hija de su tiempo, influenciada enormemente por la obra de Martin Scorsese o Quentin Tarantino, recogiendo del primero el brío y la técnica, y del segundo los ágiles diálogos y el dominio del montaje, "Boogie Nights" narra la historia, desde su descubrimiento hasta su ascenso y caída, de una estrella del porno en la hipócrita América de los 70-80: Eddie Adams/Dirk Diggler.

"Boogie Nights" comienza de forma que deja claro hacia dónde va a dirigirse. Un elaborado plano secuencia que homenajea al que realizase Scorsese en "Uno de los nuestros" sirve para presentar a gran parte de los personajes que van a ir desarrollándose a lo largo de la historia. Lo que viene después no desmerece, pues no es más que una extensión de las ambiciones de Paul Thomas Anderson como creador. Capaz de dar vida a personajes excepcionales, darles una bofetada si lo requieren pero dejarles la puerta abierta hacia la redención, lo que aquí se nos narra no es únicamente cómo funcionaba la industria del porno, sino que a través de esto se plantea una idea más profunda, más importante: que en esta vida hay que perseguir los sueños, alzar la cabeza en las situaciones menos favorables. Respirar.

Con "Boogie Nights" me pasa exactamente lo mismo que con "Jackie Brown" de Tarantino. Ambas me parecen soberbias, ejercicios de estilo con entidad, calidad desbordante y un ritmo endiablado, pese a su larguísima duración. Pero aún así, por matices, detalles, inferiores a las obras mayores de sus realizadores ("Magnolia" y "Pulp Fiction", respectivamente). PTA rodó el film con menos de 30 años, pero ya era la obra de un virtuoso de la técnica, un maestro de la dirección de actores (todos, sin excepción, desde principales a secundarios, están brillantes) y un melómano empedernido, que construyó una de las bandas sonoras más sobresalientes que recuerdo. Sí, adoro "Boogie Nights".

Es ese tipo de película que no me aburre revisar, que si pillo empezada puedo seguir viéndola y disfrutándola, el tipo de trabajo que me apasiona y del que me sentiría orgulloso. Es "Pulp Fiction", es "Jackie Brown", es "Chunking Express" o "Casino", es "Uno de los nuestros" y "Magnolia". Es cine con mayúsculas y el bautismo de uno de los grandes realizadores de nuestro tiempo. Y para quien lo dude, después de "Boogie Nights" hizo "Magnolia". Sin palabras.
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71 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
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