La última víctima (2005)

Típica desde el primer momento, "Cry Wolf" sabe mantener el interés dentro de su estúpido ambiente. El desarrollo de la historia es sin duda poco original: un grupo de adolescentes son acosados por "el malo", que naturalmente tiene que ir encapuchado para que nadie sepa su idéntidad. Así, la pandi de turno va de un sitio a otro, dando correrías, entrando en habitaciones cada vez más oscuras y culpándose unos a otros para despistar al espectador. En repetidas ocasiones (ya sea desde una ventana o incluso por la cámara del móvil) los chicos son avisados de que tienen un cuchillo rondándoles la espalda sin mucho tiempo para correr.

Viendo a cinta, especulamos constantemente sobre quién se esconde detrás de el lobo, y afortunadamente la cosa no es tan sumamente predecible como se nos hace ver. La recta final con tanto flash-back y subidones de música mas bien parece el trailer de la peli: la resume enterita.

Muy acertado también el uso de Internet (que ya no se escapan de ninguna peli de terror pubertaria) para difundir el bulo y también el tradicional teléfono móvil con el distorsionador de voz que tan buen resultado dió en Scream se sustituye por sesiones de chateo por las que los protas reciben las amenazas.

A pesar de no contar con ninguna cara conocida, los actores no son repelentes y no nos distraen con pésimas actuaciones, lo cual ya es mucho. Al menos hacen uso de su picaresca para recrear espontáneas reuniones juveniles. Cuenta también con la aparición de Jon Bon Jovi, en sus intentos de inmiscuirse en el mundillo del cine, que continua buscando cualquier subporducto en el que le dejen aparecer

Ya sabemos de que trata, pues cumple todas las premisas de este nuevo subgénero de terror sin mucho susto y bastante mareo por encontrar al asesino. Para pandillas de jóvenes y poco más, un producto de consumo rápido sin mucha parafernalia ni elaboración técnica.

Lo mejor: se hace corta.
Lo peor: que se busquen tanto unos a otros.

Bienvenidos al inmutable mundo de los asesinos de muchachos. Tenemos de todas clases y colores. Los hay que prefieren esconderse e ir matando uno a uno mientras los demás se desconciertan por la falta de gente, otros que atormentados por su infancia deciden arremeter contra todo ser vivo que se acerque al lago donde le gusta darse baños, tenemos familias antropófagas que adoran los solomillos de jugosa carne pueril, también alguno que ataca dentro de los sueños y los más modernos son pandillitas de jóvenes que confabulan para ir eliminando a los otros.

Como veis hay de todo y para gusto de todos, por lo que la capacidad de sorpresa es muy limitada para un perro viejo como yo del género más sombrío. Pues esta vez se propusieron aunar, ya no saben qué hacer los pobres guionistas, este sub género de terror con un thriller de investigación. En principio una idea potable para personas menos curtidas que no estén cansados de ver intentos de rizar el rizo un poco más para volver a hacer el "Scream" del siglo XXI.

Como siempre intentan vendernos algo como obvio para pasarse todo el tiempo intentando que deje de serlo. Esta vez lo hubieran conseguido si no fuera porque la respuesta final al filme era la única posibilidad de innovar algo por lo que el desenlace se transformó en algo axiomático como si pudiese ver el truco y la trampa al mismo tiempo. Se basa demasiado en el intento de rompernos con un final sorpresa en el que fracasa absolutamente.

Lo mejor es ver a un asesino que mata por amor y como arma usa la manipulación, cuya idea me parece bastante interesante desde el punto de vista teórico. Esperaré que alguien la use de una forma un poco más inteligente y en otro contexto.

Le pongo un humilde 3, por mantener tramposamente la tensión e intentar aportar algo nuevo.