El menor de los males (2007)

Antonio Hernández, director capaz de lo mejor ("En la ciudad sin límites") y lo peor ("El Gran Marciano"; ¿se considera siquiera película?) presentó en el XX Festival de Cine de Málaga este thriller con tintes de comedia negra. Sus reclamos, una Verónica Echegui recién salida de su papel de la Juani y una Carmen Maura que venía de "Volver". Roberto Álvarez y Marta Belenguer completan el reparto de una cinta que también cuenta con elementos críticos, con lo que a primera vista podíamos hablar de una interesante propuesta.

Sin embargo, las cosas no siempre salen como a uno le gustaría, y Hernández confunde comedia negra con asquerosa frivolidad (véase la escena en la mesa del billar, no en sí misma, sino con los datos que los espectadores conocemos al verla). Un Roberto Hernández que no cambia de cara en toda la película (no da para más) contribuye a hacer de la propuesta un producto absurdo y carente de todo sentido.

Aspectos positivos: la historia (aunque mal contada) es un reflejo de la realidad que se nos oculta todos los días: políticos sedientos no sólo de poder que arruinan con sus caprichos las vidas de mucha gente. Respecto al trabajo actoral, Echegui no defrauda, se le augura una más que buena carrera en el cine español, y Maura correcta como casi siempre. Las intervenciones de Marta Belenguer, aunque secundarias, se cuentan entre lo mejor del filme.

Un filme cuyo guión no está del todo definido y su estructura nada solidificada en unos buenos cimientos. Hernández pretende mucho pero consigue poco. Y es que no este el menor de los males del que se habla, sino el mayor: un mal que engendran las altas esferas, sabedoras de su influencia y poder, indiferentes a cuanto daño causen, y a las cuales convendría que echaran un vistazo a esta fallida cinta. Quizás sean los únicos que deban.

Drama muy bien presentado, con unos personajes nutridos e interesantes correctamente interpretados, sin recurrir a la exageración desmedida, pero en cuyo desenlace pierde sentido y perspectiva.
El menor de los males cuenta con un guión estupendo: un político llega a la casa de campo de la familia con la intención de cortar la relación con su jovencísima amante... Allí se encuentra su hermana, para sorpresa de él. Los acontecimientos que allí ocurrirán, mezclando personalidades tan dispares sorprenderá a protagonistas y espectadores.
Las actuaciones la verdad es que son de lo mejor que se puede encontrar en nuestro panorama cinematográfico... pero todo ello queda mermado, y de manera escandalosa, por un desenlace atropellado con unos cuantos "sin sentidos"...
Tampoco digo que sea una maravilla, pero desde luego deslumbra la gran articulación que se hace de las historias de sus personajes...