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Voto de deivi:
9
6.3
52,719
Thriller. Drama
Basada en la obra de Brian Burrough "Public Enemies: America's Greatest Crime Wave and the Birth of the FBI, 1933-43". Narra la historia de Melvin Purvis (Christian Bale), el agente del FBI que en los años treinta dirigió la búsqueda del legendario atracador de bancos John Dillinger (Johnny Depp) y su banda. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como bien comenta su flamante director el cine ha copiado a Dillinger al mismo tiempo que Dillinger lo hacía de sus estrellas, adueñándose de la estética y gustos del Hollywood Dorado, Clark Gable por ejemplo, (la escena en el Biograph Theater donde John asiste a la proyección de El enemigo público número 1 bastaría para justificar por si sola un film tan estimulante como Enemigos Públicos) el popular ladrón de bancos parecía portar de un glamour que lo retenía en un hueco anclado en un pasado atemporal de sueños y leyendas, circunstancias que lo convirtieron en aquel cowboy elegante y contestatario de una América en bancarrota (la Gran Depresión), y en los inicios de una nación cambiante que ante la desesperación miraba al futuro, los albores de un incipiente FBI en plena construcción, dándose de la mano en un choque de intereses que le convirtieron en singular marioneta del destino, criminal de una era (años 30) estilizada por Mann con la perfección acostumbrada.
Mann cumple la labor del veterano profesor universitario que imparte docencia con lucida maestría, sin conceder el más mínimo espacio a la improvisación, todo su trabajo queda sujeto a una obsesiva dedicación al detalle minucioso. Su cine, su arte, sugiere no tanto una seriedad excesiva como una mirada adulta, reposada en la madurez adquirida de un autor exigente, que sobredimensiona su talento natural en un recurso estilístico enormemente desarrollado. Sus personajes juegan al ratón y al gato siendo reflejos de sí mismos en el supuesto espejo irónico de la vida. La mayoría de su filmografía estaría repleta de cazadores y presas, que aunque rivales entre sí, no dejan de estar intercomunicados por una extraña dependencia. Lo eran Vincent Hanna (Al Pacino) y Neil McCauley (Robert De Niro), Will Graham (William Petersen) y Francis Dollarhyde (Tom Noonan) en Hunter, o Vincent (Tom Cruise) y Max (Jamie Foxx) en Collateral, y lo son ahora John Dillinger (Johnny Deep) y Melvin Purvis (Christian Bale), dos personajes con ecuánimes códigos de honor establecidos como pautas de conducta, en el caso de Purvis un excelente oficial, un buen policía, en el de Dillinger un experto ladrón, fiel a sus amigos y contrario a su tiempo, éticos comportamientos de némesis caballerescas, de una fe ciega en sus principios.
Mann interioriza en sus protagonistas las claves de unos héroes clásicos con mucho mas de tragedia griega que de epopeya romántica, sin por ello privar de aura a un Dillinger incrustado en un féretro épico de antihéroe nostálgico, la relación sentimental que mantiene con su chica (maravillosa Cotillard) viene a demostrar nuevamente la sensibilidad de Mann a la hora de tratar las historias amorosas, similar a la de Eady y Neil en Heat, o Crockett e Isabella en Corrupción en Miami.
Mann cumple la labor del veterano profesor universitario que imparte docencia con lucida maestría, sin conceder el más mínimo espacio a la improvisación, todo su trabajo queda sujeto a una obsesiva dedicación al detalle minucioso. Su cine, su arte, sugiere no tanto una seriedad excesiva como una mirada adulta, reposada en la madurez adquirida de un autor exigente, que sobredimensiona su talento natural en un recurso estilístico enormemente desarrollado. Sus personajes juegan al ratón y al gato siendo reflejos de sí mismos en el supuesto espejo irónico de la vida. La mayoría de su filmografía estaría repleta de cazadores y presas, que aunque rivales entre sí, no dejan de estar intercomunicados por una extraña dependencia. Lo eran Vincent Hanna (Al Pacino) y Neil McCauley (Robert De Niro), Will Graham (William Petersen) y Francis Dollarhyde (Tom Noonan) en Hunter, o Vincent (Tom Cruise) y Max (Jamie Foxx) en Collateral, y lo son ahora John Dillinger (Johnny Deep) y Melvin Purvis (Christian Bale), dos personajes con ecuánimes códigos de honor establecidos como pautas de conducta, en el caso de Purvis un excelente oficial, un buen policía, en el de Dillinger un experto ladrón, fiel a sus amigos y contrario a su tiempo, éticos comportamientos de némesis caballerescas, de una fe ciega en sus principios.
Mann interioriza en sus protagonistas las claves de unos héroes clásicos con mucho mas de tragedia griega que de epopeya romántica, sin por ello privar de aura a un Dillinger incrustado en un féretro épico de antihéroe nostálgico, la relación sentimental que mantiene con su chica (maravillosa Cotillard) viene a demostrar nuevamente la sensibilidad de Mann a la hora de tratar las historias amorosas, similar a la de Eady y Neil en Heat, o Crockett e Isabella en Corrupción en Miami.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Michael Mann, como profesional del medio, sabe dar a su película una estructura narrativa deliberadamente clásica, pero su representación, su apariencia externa resulta de los más hiperrealista, moderna, con un ágil manejo en las cámaras digitales de alta definición, colocando al espectador en primerísima línea de los acontecimientos, mezclando su estilo visual como un recurso emocional extra dentro del relato. Hay dedicación completa en los tiroteos a campo abierto, especialmente los nocturnos (otra debilidad Mann), duelos emocionales donde los balazos adoptan el disfraz de baile para coreografiar con humanismo unos elementos que den forma al impresionante sentido del espectáculo del que Mann obra ya en legado misericordioso, no solo en cada proyecto, sino en cada fotograma, plano, corte o encuadre, proporcionando un patrimonio cultural del mejor cine contemporáneo.
LO MEJOR: La intensa interpretación de Marion Cotillard como Billie Frechette, la ganadora del Oscar transmite sensualidad y ternura construyendo una de las mejores chicas de gánster que uno pudiera imaginar, dotando de un dramatismo estremecedor a su personaje la bella actriz acapara todos los aplausos con un plano final memorable, fijado para siempre en el recuerdo. La impronta formal de Michael Mann llevando hasta sus últimas consecuencias al género gansteril, exprimiendo el universo noir desde los ángulos de un objetivo inmersivo, involucrando a su público (soy fiel apóstol de su doctrina) y mostrando un enorme respeto por un cine inteligente, serio y apasionante.
LO PEOR: La actuación de Johnny Deep, que aunque correcta, no pasa por alto las limitaciones expresivas del actor, el cual parece tener solamente dos registros en su carrera, el histriónico de Piratas del Caribe o el cine de Burton y el comedido, excesivo en algunos casos, Descubriendo nunca jamás o Enemigos públicos sin ir más lejos.
LO MEJOR: La intensa interpretación de Marion Cotillard como Billie Frechette, la ganadora del Oscar transmite sensualidad y ternura construyendo una de las mejores chicas de gánster que uno pudiera imaginar, dotando de un dramatismo estremecedor a su personaje la bella actriz acapara todos los aplausos con un plano final memorable, fijado para siempre en el recuerdo. La impronta formal de Michael Mann llevando hasta sus últimas consecuencias al género gansteril, exprimiendo el universo noir desde los ángulos de un objetivo inmersivo, involucrando a su público (soy fiel apóstol de su doctrina) y mostrando un enorme respeto por un cine inteligente, serio y apasionante.
LO PEOR: La actuación de Johnny Deep, que aunque correcta, no pasa por alto las limitaciones expresivas del actor, el cual parece tener solamente dos registros en su carrera, el histriónico de Piratas del Caribe o el cine de Burton y el comedido, excesivo en algunos casos, Descubriendo nunca jamás o Enemigos públicos sin ir más lejos.