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España España · Santa cruz de Tenerife
Voto de pakos:
10
Western Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros los ha asesinado a todos. (FILMAFFINITY)
2 de mayo de 2018
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un análisis exhaustivo de su comienzo podría resultar un tanto farragoso debido a la riqueza y complejidad de una hipnótica puesta en escena, que deviene una sinfonía compuesta de un raudal de imágenes y sonidos que cuestan no solo enumerarlos, sino extraer todas sus implicaciones y sugerencias. Tres matones esperan en las inmediaciones de una estación la llegada del tren. Uno, sentado en una silla mecedora echa una siestecita truncada por el papel de la máquina expendedora de billetes del tren y por una mosca inoportuna que surca sus mejillas y a la que trata de espantar en vano a base de soplidos. Otro matón de raza negra, sofocado y con una asombrosa calma, deja que un goteo providencial inunde su sombrero. El otro chasquea nerviosamente sus nudillos. Y en medio de esta espera, Leone nos hipnotiza con una sinfonía de sonidos, cada cual más sugerente: El taconeo de las botas en el suelo de madera, el viento, el rechinar de las aspas de los molinos, gorjeos de pájaros, el zumbido de una mosca, el goteo. el rechinar de los goznes de las puertas, escopetas que se cargan, una puerta que se cierra con estrépito, soplidos, el ruido de una silla mecedora, el chirriar de una tiza en la pizarra, el canto de un gallo ... y uno no terminaría de enumerar tantos sonidos que no solo crean una atmósfera de parsimoniosa pero a la vez tensa espera, sino que son esenciales para la puesta en escena en los momentos claves del arranque, como el estridente silbido del tren, que anuncia su llegada, el ruido de unos pasos presurosos en la huida de la mujer india, los crujidos de los nudillos de uno de los matones que reflejan su impaciencia, una escopeta que se arma con presteza para recibir a "Armónica" ( Bronson)... Para tal audacia de Leone, solo encuentro un parangón con los primeros compases de Sed de mal y con el inicio de La ventana indiscreta, dos arranques prodigiosos que darían para hablar mucho también.
Me imagino esta película proyectada ahora en pantalla grande y ya estoy viendo desfilar a la mayoría por los pasillos, en busca desesperada de la salida, echando un vistazo a los mensajes del móvil o palpando nerviosamente los bolsillos en busca de un pitillo. Es una pena, porque no saben lo que se pierden. Leone ,deliberadamente quiere que nos impacientemos, que nos sofoquemos con el calor, incordiarnos con esa mosca, que participemos en esa interminable espera, poner a prueba nuestra paciencia hasta límites insospechados y lo asombroso es que, muy lejos de irritarnos ya ha logrado el milagro , nos ha hipnotizado para siempre. Creo, en mi humilde opinión de simple aficionado al cine, que esta no solo es la obra maestra de Leone, sino también una de las películas más relevantes que se hayan filmado, sencillamente Cine, con mayúsculas
pakos
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