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España España · barcelona
Voto de avanti:
7
Comedia. Intriga Tras décadas enteras viviendo a la sombra de su famosísimo hermano Sherlock, el detective Sigerson Holmes (Gene Wilder) se enfrenta a un caso singular que lo arrastra por un disparatado laberinto de identidades falsas, documentos robados, códigos secretos... Y traseros al aire. Una farsa llena de pistas falsas con un conocido reparto en el que destacan Madeline Kahn en el papel de una seductora cantante, Marty Feldman como el asistente ... [+]
12 de junio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Referencia imprescindible en el mundo de la ficción desde que lo creara Arthur Conan Doyle, el carismático detective Sherlock Holmes, nos ha ofrecido multitud de versiones cinematográficas de sus andanzas, un personaje similar al también irreductible investigador Auguste Dupin creado anteriormente por Edgar Allan Poe. En ambos casos, la investigación elevada a ciencia dejó para la posteridad impagables páginas de misterio llevados por el sigilo, la observación, la lógica, y la deducción, consiguiendo siempre los resultados deseados; lo mismo que en el caso que nos ocupa, brindándonos momentos disparatados de verdadera locura interpretativa.

Lo cariñosamente absurdo en tan singulares personajes: Sigerson Holmes (Gene Wilder), Jenny Hill (Madeline Kahn) y Orville Sacker (Marty Feldman), es que adquieren la entidad suficiente como para ser creíbles en sus apariciones, convirtiéndolo en solvencia, y total entrega interpretativa en esta estupenda comedia con numerosas referencias al absurdo llevando esta realización a cotas interesantes de aceptación que en algunos momentos podría pasar por puro musical sin concesión alguna. Gene Wilder consigue fusionar dos películas en una: la comedia de situación detectivesca y el musical al más puro estilo de Broadway.

En El hermano más listo de Sherlock Holmes (1975) Wilder no solo logra enlazar una buena historia sino que además se rodea de un elenco absolutamente disparatado y perfecto en cada uno de sus roles, entre los cuales: el ambicioso Moriarty (Leo McKern) y su fiel Asistente (Roy Kinneck); un comedido Sherlock Holmes (Douglas Wilmer) y su inseparable amigo doctor Watson (Thorley Walters) y, desde luego el carismático, egocéntrico, torpe sensible y temeroso de todos: el gran Gambetti (Dom DeLuise) entorno al cual se desarrollan escenas de alto contenido...artístico.

Completado por un alocado elenco que hace del absurdo un aceptable momento cinematográfico, hubiese podido tomar otro cariz mucho más interesante si, dado el éxito que traían acumulado del rodaje anterior, Gene Wilder hubiese dado continuidad al blanco y negro encuadrando a tan singulares personajes. Una buena realización que podría haber conseguido cotas de máxima locura cinematográfica si Wilder hubiese absorbido (como sucede con el barrido inicial a la manera de El jovencito Frankenstein) algunas de las ideas que tanto éxito tuvo junto al maestro Mel Brooks.

Si en el Jovencito Frankenstein el color hubiese rebajado mucho los enteros del merecido resultado final, en la película que nos ocupa, el blanco y negro lo podría haber elevado a una categoría superior. Quizás, y llevados por la proximidad en el tiempo, Frankenstein y Sherlock de la mano de Brooks y Wilder, se enfrentan en un desnivelado combate gigantesco llevados por dos grandes de la ficción literaria, en la que Arthur Conan Doyle y Mary Shelley sin ningún género de duda son los ganadores junto a sus entrañables personajes con los que el maravilloso mundo del cine nos continuará ofreciendo nuevas reinterpretaciones por siempre jamás.
avanti
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