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Voto de Strhoeimniano:
10
Cine negro. Thriller La meticulosa planificación de un atraco a una joyería, por parte de una banda de delincuentes, le sirve a Huston para ofrecer un relato lleno de intensidad, amén de un realista e insuperable estudio de los personajes y sus motivaciones. Sin lugar a dudas, una de los mejores películas del cine negro de todos los tiempos, con el gran Hayden y una seductora y sexy Marilyn Monroe. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecemos diciendo lo más tópico: “La jungla de asfalto” es una obra CUMBRE, fundacional del cine de género negro. Su sombra alargada se proyecta nitidamente en muchas de las obras posteriores (Pensemos en “Atraco Perfecto,” de Kubrick; “Grupo Salvaje,” de Peckinpah; “Rufufú,” de Monicelli; “Tarde de Perros,” de Lumet; o hasta “Nueve Reinas,” de Bielinski; como vemos su palpitar se deja sentir en muchos géneros) que siguieron a este relato de un fracaso. La película es una adaptación de la novela homónima de W.R. Burnet, autor de obras clásicas del género como: “El último refugio,” y también guionista habitual (los diálogos de “Scarface, el terror del hampa” son suyos) de la industria del cine y la televisión.
Como sabemos, la película narra el meticuloso atraco a una joyería por una banda de delincuentes. Un relato como este era una auténtica provocación, sobre todo si tenemos en cuenta que estaba en vigor, y vigoroso, el Código Hays, por lo que cualquier glorificación de unos marginales, como son estos pobres perdedores, era impensable; a esto sumamos que esta película es una producción de la conservadora y familiar “Metro-Goldwyn-Mayer,” por lo que Huston no lo tuvo nada fácil para realizar una película tan demoledora. En sus memorias, “A libro abierto,” cuenta como tuvo que sortear numerosos conflictos con la censura (hecho que reconoce que, aunque mejoró su película, no lo recomienda); y para eso, tenía que ser sutil como una caricia.
Lo primero a decir de esta película es que es una película negra, muy negra. Su pintura de la sociedad es sombría. Por ejemplo: la policía es igual de corrupta, o más, que los delincuentes, o como dice un personaje de la película: “Nunca te fíes de un policía... siempre puede volver al lado de la ley.” Como vemos, no se puede ser más cínico. Pero como obra maestra que es, Huston, consigue múltiples lecturas en torno a este atraco. La película se detiene bastante en la elaboración del atraco, en toda su planificación. A tal punto llega esta atención, que esta banda de “gansters” puede ser observada como una sociedad, una corporación (como Bankia o Novacaixagalicia mismo; si en vez de atracar a una joyería, Huston se decidiera por narrar cómo se atraca a un país), que está preparando el gran golpe, o el “gran negocio.” Ese paralelismo entre delincuentes y hombres de negocios es más que evidente a lo largo de la película, como muy bien ilustra el abogado Emmerich (Louis Calhern) cuando dice: “El delito no es más que uno de los aspectos de la lucha por la vida.” Otro aspecto de esta película son sus magníficos diálogos, de una agilidad maravillosa, que retratan perfectamente al personaje hasta situarlo dentro del arquetipo.
La galería de personajes que presenta esta película es conmovedora. De todos sabremos sus circunstancias, sus anhelos, sus secretos; pero están tan magníficamente interpretados que se hacen humanos a fuerza de ser puramente cinematográficos. Sería la primera película de nuestra Marilyn Monroe (por azares del destino esta legendaria actriz, de la que ya se percibe su grandeza y magia con esta breve intervención, también rodaría la última con Huston: “Vidas Rebeldes”); pero el reparto de esta película está GENIAL. Empezando por Sam Jaffe, del que Huston en sus memorias describe como uno de los mejores actores con los que ha trabajado, y la prueba del nueve de esta afirmación. es el personaje de Erwin "Doc" Riedenschneider, un ladrón de fama legendaria, recién salido de la cárcel, al que el actor dota de una humanidad extraordinaria (curioso su final, pues no lo podrá la codicia, sino la lujuria). Por este trabajo estuvo justamente nominado al Óscar. Su mirada llena de inteligencia y compasión, su dicción, su parca gestualidad, todo está en su punto y bien cocinado. Pero podemos coger uno a uno de los actores y actrices del reparto y no pararía de hacer elogios: S. Hayden, como ese matón harto ya del polvo de la ciudad, con la rabia permanente en su mirada por todo lo que le han arrebatado (era granjero y lo expropiaron), lo que hace que contemple el atraco como una reparación. Y qué decir de la espléndida Jean Hagen, esa novia que sabiendo que no tiene el amor de Hayden por esa rabia que habita en su corazón, pero que lo seguirá con una fidelidad canina hacia su redención. Y finalmente, Louis Calhern, que compone un abogado de fronteras difusas, con un fondo tan negro como el de la película. Por supuesto, el final hay que tomarlo como una concesión al Código Hays y a la MGM (Kubrick, en “Atraco Perfecto,” quizá la película más deudora de “La Jungla de Asfalto” compartiendo hasta incluso actor: S. Hayden, subrayó con un final tan absurdo este pago obligado por culpa de la moral que trataban de imponer la industria).
“La Jungla de Asfalto” queda como una muestra más del gran saber que tenía John Huston, y que dejó en este género otras citas ineludibles (“El Halcón Maltes,” “Tener y no tener,” “El honor de los Prizzi,”etc.). Por supuesto, es uno de las mejores muestras de ese universo tan querido por el autor: el de los fracasados, a los que retrata a la altura de los ojos, mostrando una dignidad que para sí quisieran los bien pensantes con los que se cierra la película.
En resumen: Disfruta de un cine en todo su esplendor, de uno de esos maestros que cimentó la leyenda de Hollywood y que con obras como esta y otras tiene un sitio en el Olimpo cinéfilo.
Strhoeimniano
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