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Voto de Strhoeimniano:
10
Comedia. Drama Al finalizar su jornada laboral Paul Hackett (Griffin Dunne), un solitario programador de una compañía de informática, se ve envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los peores barrios de Nueva York. Allí vivirá una interminable y alocada noche intentado regresar a su casa en el Upper East Side. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2005
33 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién dice que la aventura precise de horizontes exóticos y abiertos? Igual que existe la “vecina de al lado”, aunque no la conozcamos, también existe la “aventura de al lado” precisamente porque no la conocemos.
La aventura siempre necesita del reto que produce el desconocimiento; y para eso nadie tiene más papeletas que Griffin Dunne, un informático con una vida tan cuadriculada y monótona como la pantalla del ordenador que lo saluda todos las mañanas, y que vive en esa urbe desmesurada que es N.Y.
Bajo la “Sky Line” tan conocida, Scorsese nos sumerge en una negrura poblada de coloristas personajes siguiendo los intentos de este Ulises moderno por volver a una segura normalidad que no deja de alejarse a cada paso de la mano de personajes cada vez más extravagantes.
La fauna de Scorsese que acosa a este “pez fuera del agua” es de lo más variopinta y está magníficamente retratada por del director en dos o tres plumazos certeros que los hace reconocibles desde el primer momento.
¡Jo, qué noche!, es una comedia atormentada, preñada por un humor sutil teñido de esa negrura que domina el anochecer y que hace emerger a toda esa galería de estrafalarios que la luz del sol ahuyentaría.
En sí es una nueva recreación de las alocadas comedias de la década de los 30 / 40. El factor de soledad, desarraigo, que comparte toda la galería de personajes es dirigido hacia puntos de encuentro, como si los locos que el mundo reparte se unieran todos en una habitación, y esas son las pequeñas paradas a las que se tendrá que enfrentar un espléndido G. Dunne en una búsqueda del amor que no da conseguido. Así el humor es de difícil digestión, pues se te atraganta con la angustia que desprende toda la película.
El elenco está insuperable, encabezado por el propio Dunne (sientes el peso de su ansiedad) y con irresistibles encuentros con Teri Garr (magnífico su personaje de sesentera estancada en el tiempo, aunque no en la locura), o esa sirena varada (en todo tipo de neurosis) que es la causante inicial de las desventuras que sufrirá en esa noche de pesadilla, G. Dunne, o una Catherine O’Hara que mostrará su cara marcial y fascistoide antes de vérselas con Macaulay Culkin en “Solo en casa” (también podemos ver en un breve papel a la devoradora Linda Florentino, incluso un cameo del propio Scorsese “iluminando” a toda la fauna de un local).
¡Jo, qué noche!, es una comedia espléndida, con una visión extremada y pesimista del género humano (al final, son los ordenadores los únicos que nos tratarán con amabilidad, los únicos que nos darán “amor”), endiablada, con un espléndido montaje de la gran Thelma Schoonmaker que sabe escoltar la neurosis de la película, y un Scorsese tan inspirado como siempre que nos ofrece la mejor comedia de los años 80.
Strhoeimniano
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