Una película sin target, a la que le cuesta pillarle un poco la intención. Demasiado infantil para una película adulta, demasiado cafre para una película infantil. Probablemente los adolescentes encontrarán en ella más virtudes de lo que nuestras apagadas hormonas sean capaces.

Algo así como si Roger Rabbit tuviera un hijo con La Fiesta de la Salchicha, aunque sólo sea muy de refilón. Melissa McCarthy está un pelín sobreactuada pero acaba casando con el tono de la película. Desgraciadamente, uno imagina la película con todo actores de carne y hueso y no se sostiene, por lo que el reclamo de los muñecos está bien pero sólo desde la superficialidad.

Entretenida, pero estoy convencido de que se lo pasaron mejor haciéndola que nosotros viéndola.