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Voto de Beatlespock:
5
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64,924
Ciencia ficción. Aventuras
Treinta años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (hechos narrados en el Episodio VI: El retorno del Jedi), la galaxia está todavía en guerra. Una nueva República se ha constituido, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido de las cenizas del Imperio Galáctico. A los héroes de antaño, que luchan ahora en la Resistencia, se suman nuevos héroes: Poe Dameron, un piloto de ... [+]
1 de enero de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
TODA LA CRÍTICA EN EL SPOILER.
Tuve la mala suerte de escuchar por "accidente" un retacillo de la película y pasé una semana deseando pasarme al Lado Oscuro. La fuerza siguió siendo intensa en mí, más que nada, porque el cambio de color de azul a rojo de mi sable láser me salía por un ojo de la cara.
Tuve la mala suerte de escuchar por "accidente" un retacillo de la película y pasé una semana deseando pasarme al Lado Oscuro. La fuerza siguió siendo intensa en mí, más que nada, porque el cambio de color de azul a rojo de mi sable láser me salía por un ojo de la cara.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Star Wars, Episodio VII "El despertar de la fuerza" = Star Wars, Episodio IV "Una nueva esperanza".
Eso sí, esta vez sin ninguna historia que contar, con absolutamente todo confiado a la acción, viejas glorias y efectos especiales, para que no nos dé tiempo de pensar ni por un segundo que nos están tomando el pelo y que el mismo J.J. Abrams cogería a la Patrulla Canina y realizaría una película de 136 minutos llena de lucecitas, persecuciones, explosiones y tatachines por el estilo, convirtiendo a los perritos Chase y Marshall en Han Solo y Luke Skywalker, y a la alcaldesa Goodway en Leia Morgana. Pero es que este sinvergüenza de director hizo lo mismo con su segunda película de Star Trek, "Into darkness", una copia descarada de "La ira de Kahn", dirigida por Nicholas Mayer.
El mejor papel, sin dudarlo, el de Mark Hamill, que roba a todos la pantalla con un Luke Skywalker pletórico de matices y merecedor de un Óscar a la mejor interpretación masculina. Si en la Cacademia del Teatro Kodax no se lo conceden, cometerían una de las mayores injusticias de la historia del cine.
En fin, no soy capaz de suspender al Episodio VII como mi cabeza me recomienda, exclusivamente por Mr. Hamill y el no menos grande Harrison Ford, que sigue tratando al montón de chatarra más rápido de la galaxia como el culo, sin siquiera cuidar los bajos del vehículo. De Carrie Fisher, mejor no hablo. Soy muy seguidor del cantautor Paul Simon, y ni siquiera la visión de otrora de las ensaimadas o la ninfa de Jabba the Hutt puede borrar que esta señora casi se carga la carrera musical de uno de mis artistas preferidos.
Eso sí, esta vez sin ninguna historia que contar, con absolutamente todo confiado a la acción, viejas glorias y efectos especiales, para que no nos dé tiempo de pensar ni por un segundo que nos están tomando el pelo y que el mismo J.J. Abrams cogería a la Patrulla Canina y realizaría una película de 136 minutos llena de lucecitas, persecuciones, explosiones y tatachines por el estilo, convirtiendo a los perritos Chase y Marshall en Han Solo y Luke Skywalker, y a la alcaldesa Goodway en Leia Morgana. Pero es que este sinvergüenza de director hizo lo mismo con su segunda película de Star Trek, "Into darkness", una copia descarada de "La ira de Kahn", dirigida por Nicholas Mayer.
El mejor papel, sin dudarlo, el de Mark Hamill, que roba a todos la pantalla con un Luke Skywalker pletórico de matices y merecedor de un Óscar a la mejor interpretación masculina. Si en la Cacademia del Teatro Kodax no se lo conceden, cometerían una de las mayores injusticias de la historia del cine.
En fin, no soy capaz de suspender al Episodio VII como mi cabeza me recomienda, exclusivamente por Mr. Hamill y el no menos grande Harrison Ford, que sigue tratando al montón de chatarra más rápido de la galaxia como el culo, sin siquiera cuidar los bajos del vehículo. De Carrie Fisher, mejor no hablo. Soy muy seguidor del cantautor Paul Simon, y ni siquiera la visión de otrora de las ensaimadas o la ninfa de Jabba the Hutt puede borrar que esta señora casi se carga la carrera musical de uno de mis artistas preferidos.