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España España · Valladolid
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Documental Fernando Fernán Gómez nació el 28 de agosto de 1921 en Lima (Perú), durante una gira de su madre, la actriz Carola Fernán-Gómez, con la compañía teatral María Guerrero-Fernando Díaz de Mendoza. Todo el mundo conoce sus decisivas aportaciones como actor, escritor y director de cine. Sin embargo, sólo unos pocos privilegiados conocen hasta qué punto Fernando, sentado en una silla, es capaz de convertir una charla en algo más que una charla. (FILMAFFINITY) [+]
18 de febrero de 2010
44 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
Digan lo que digan ser famoso es un coñazo, es una necesidad intrínseca de los seres más débiles querer ser alguien, pero sería estúpido no reconocer que tiene algunas (pocas) cosas buenas. Lo mejor de ser famoso es que puedes decir muchas cosas y el público te aplaudirá, porque ya no importa lo que dices, sino desde donde lo dices.

Me quedo perplejo ante los efusivos comentarios de esta entrevista a Fernando Fernán-Gómez. Básicamente lo que nos cuenta es: Franquista hasta que cambió de chaqueta, alcohólico empedernido, machista redomado (llama a las mujeres gusanos o reconoce que la inteligencia en las chicas no le interesa), echa de menos más lujo, jamás ha contribuido a una causa noble o solidaria, admite que no ha leído una gran parte de su biblioteca, infiel a sus parejas, aprovechado en el sentido que nos dice que el cine español es muy malo y se ha enriquecido mientras con ello, y por si fuera poco y aunque sea ateo confiesa que le encantaría un paraíso como el del Corán con cien señoritas para hacer el amor y un jardín para vivir a cuerpo de rey.

Pues a pesar de que el propio Fernán-Gómez se empeñe en lo contrario, ha sido quizá el último gran intelectual del cine español, porque si existe un culpable de una entrevista tan zafia, hortera, carente por completo de inteligencia y estilo son los directores David Trueba y Luis Alegre, que son incapaces de llevar la entrevista a terrenos más elevados y que se ríen como niños imbéciles ante las ocurrencias del maestro. Por no hablar del sonido o de los encuadres de la entrevista que parece filmada con un móvil.

No mezclemos, una cosa es el personaje y otra el objeto a valorar, y “La silla de Fernando” queda muy lejos de lo que fue Fernando Fernán-Gómez.
vircenguetorix
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