Documental que se realizó como homenaje al producirse el fallecimiento de Stanley Kubrick, narrado por el inaguantable (como persona, no como actor) Tom Cruise y realizado y dirigido por Jan Harlan de una forma que alterna entrevistas de personajes que le conocieron y trabajaron con él, junto con secuencias de todas sus películas. El documental está rodado de forma cronológica y aunque no aporta demasiado en cuanto a imaginación e innovación de técnicas de documental (a Kubrick no le gustaría demasiado), al menos algunos comentarios interesantes de personalidades del mundo del cine, que es lo más destacado caso de Spielberg, Scorsese, Allen, Nicholson o Pollack entre otros.

Es su conjunto no resulta excesivamente "pelotero", algo que me suele irritar en los documentales made in Holywood, incluso aparecen varias críticas a Kubrick como persona -ya sabemos que no era precisamente un angelito- como la de Peter Ustinov o Shelly Duvall.

Su historia es bastante conocida. Stanley Kubrick, de familia acomodada, bastante mal estudiante y aficionado a la fotografía por su padre, pudo desde joven trabajar para la revista "Look" y así hacerse poco a poco un hueco, y con tesón y algo de suerte, todo hay que decirlo, dedicarse al cine. Su dualidad está presente en todo el documental, su genialidad pero también su obsesión, su meticulosidad llevado al paroxismo en su trabajo hace que podamos definirle como un neurótico genial. La lástima que no se pudiera rodar la película que quiso hacer de "Napoleón" de la que estoy seguro hubiera sido un monumento al cine.

Interesante la visión de este documental de uno de los diez directores más importantes de todos los tiempos, aunque mucho mejor es ver sus películas, auténtico testimonio de su genio cinematográfico.