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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
9
Drama Guerra de los Cien Años, siglos XIV y XV. En 1431, la joven Juana de Arco, después de haber conducido a las tropas francesas a la victoria, es arrestada y acusada de brujería. Ella declara haber recibido de Dios la misión de salvar a Francia, pero es procesada y condenada a morir en la hoguera. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2005
72 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
Intensísima película que destaca por la única actuación en cine de Falconetti. Poco se puede decir de esta interpretación que ya ha pasado a la historia y que, pese a que se prestaba, se aleja del histrionismo habitual del cine mudo para lograr un extraño equilibrio entre contención y tenue exageración casi hipnótica.

Pero mayor importancia aún tiene la realización de Dreyer que consigue la exaltación de la espiritualidad a través de la imagen y que imprime también tensión y nervio al proceso. Para ello emplea los conocidísimos primeros planos (gran fuerza visual de los rostros por la velocidad de los cortes, los ángulos de los encuadres, picados y contrapicados...), usa sabiamente la luz y el montaje (para manejar el ritmo de las secuencias) y algún travelling recorriendo las caras de los inquisidores consiguiendo gran expresividad.

Dreyer demuestra su categoría, por ejemplo, en determinadas partes del proceso ante el tribunal eclesiástico, en la demostración de los instrumentos de tortura... con una realización que recurre a la exageración para provocar y hacernos realmente partícipes de lo que estamos viendo, para mostrarnos con un ímpetu que pocas veces se ha repetido el interior de los personajes y lo que les rodea. En definitiva, un auténtico festín que emplea el rostro como puente hacia el alma.

Todo lo que vemos está basado en las actas del proceso, Dreyer desecha cualquier tono épico para adentrarse en el interior de los personajes y obtener una mayor autenticidad y cercanía configurándose la película como un auténtico drama psicológico de sorprendente crudeza. La ausencia de maquillaje, por ejemplo, nos demuestra el afán del director por obtener un mayor realismo y detalle de las imperfecciones de los rostros, rostros que nos llevarán al interior de los personajes (especialmente en el caso de Juana de Arco, claro, pero también en el resto).

Evidentemente fue una fracaso comercial, ha sido el tiempo el que la ha puesto en su lugar.
Bloomsday
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