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Voto de Quinto Sertorio:
2
6.0
11,816
Ciencia ficción. Drama. Romance
Cuando Danny y Karl, dos antiguos amigos de la universidad, se reencuentran en un juego de realidad virtual, sus partidas nocturnas tendrán consecuencias inesperadas. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2019
23 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Perplejo. Así me he quedado ante este guiño de la serie al colectivo LGBTI ¿o se están riendo del mismo?. Ante este episodio tengo la sensación que se ha retrocedido en torno a 30 o 40 años en el tratamiento argumental de dicho colectivo, con un episodio casposo, anticuado en su concepto de fondo, emparentado más con tratamientos superfluos y setenteros como en "Algo más que colegas"(J. Burrows, 1982) o "A la Caza" (W.Friedkin, 1980). En el fondo es como si el guionista hubiese decidido reescribir "Brokeback Mountain" (A.Lee, 2005) pero tras una noche de borrachera, si me permiten la exageración. Todos los tópicos posibles aparecen en este episodio, como desarrollo en el spoiler. O quizás el episodio va de los nuevos tipos de sexualidad en la sociedad occidental del siglo XXI. Pero en burdo.
No acierto a ver el objetivo, la moraleja, la relación con la tecnología, de este episodio. Ni la originalidad de la propuesta. Aparte que los personajes apenas están esbozados. Los tres protagonistas, eso sí, coinciden en que parecen adictos al sexo, real o virtual, y poca cosa más. Hay más profundidad intelectual en los personajes de "Dos rubias de pelo en pecho" (K.I. Wayans, 2004) - es una ironía- que en este episodio.
Triste debut de la quinta temporada de Black Mirror. Quizás se lo tienen muy creído.
No acierto a ver el objetivo, la moraleja, la relación con la tecnología, de este episodio. Ni la originalidad de la propuesta. Aparte que los personajes apenas están esbozados. Los tres protagonistas, eso sí, coinciden en que parecen adictos al sexo, real o virtual, y poca cosa más. Hay más profundidad intelectual en los personajes de "Dos rubias de pelo en pecho" (K.I. Wayans, 2004) - es una ironía- que en este episodio.
Triste debut de la quinta temporada de Black Mirror. Quizás se lo tienen muy creído.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se nos presentan a los personajes en cuestión: dos machotes afroamericanos que a los cinco minutos ya están fornicando con sus respectivas novias, uno contra una pared. Macho empotrador. Así no quedan dudas de su heterosexualidad. Solo falta que escupan al suelo o se aplasten una lata de cerveza vacía con la cabeza.
Sin embargo, cuando caen rendidos al sexo, el uno y el otro, que no al amor, con sus respectivos avatares digitales, esta dependencia sexual se traduce, en la vida real, en mirar al horizonte, estar triste y parecer ido. Y cuando sus respectivas parejas les requieren sexualmente, ellos exclaman "me duele la cabeza" "es el trabajo" ¿esto es cachondeo? Porque todos estos tópicos estamos hartos de verlos siempre con personajes femeninos. ¿no podían esforzarse algo más en el guión? ¿Mirar por la ventana al horizonte con cara de estreñido? ¿en serio?
¿Y si los personajes del videojuego son animales? ¿o pokemons? ¿practicarían la zoofilia virtual?
Y luego está el final. La mujer acepta esta relación digital a cambio de poder irse a tener sexo con desconocidos. ¡Toma ya crisis familiar! Lo único realmente cierto, para los protagonistas, es la necesidad de fornicar, eligiendo la manera de ser adúltero, eso sí, civilizadamente. Patética moraleja final.
Sin embargo, cuando caen rendidos al sexo, el uno y el otro, que no al amor, con sus respectivos avatares digitales, esta dependencia sexual se traduce, en la vida real, en mirar al horizonte, estar triste y parecer ido. Y cuando sus respectivas parejas les requieren sexualmente, ellos exclaman "me duele la cabeza" "es el trabajo" ¿esto es cachondeo? Porque todos estos tópicos estamos hartos de verlos siempre con personajes femeninos. ¿no podían esforzarse algo más en el guión? ¿Mirar por la ventana al horizonte con cara de estreñido? ¿en serio?
¿Y si los personajes del videojuego son animales? ¿o pokemons? ¿practicarían la zoofilia virtual?
Y luego está el final. La mujer acepta esta relación digital a cambio de poder irse a tener sexo con desconocidos. ¡Toma ya crisis familiar! Lo único realmente cierto, para los protagonistas, es la necesidad de fornicar, eligiendo la manera de ser adúltero, eso sí, civilizadamente. Patética moraleja final.