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Voto de Harry Lime:
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Intriga
Mientras se encuentran de "viaje turístico" en Copenhague, Boris Kusenov, su esposa e hija, de origen ruso, deciden buscar ayuda de la embajada estadounidense para exiliarse en este país. Sabido que Kusenov es un alto oficial ruso, los servicios de inteligencia le cobrarán, luego, el favor haciéndole confesar todo lo que sabe acerca de unos supuestos misiles de la Unión Soviética en Cuba y sobre el significado de la palabra Topaz en ... [+]
17 de agosto de 2008
62 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el rodaje de “Topaz” Hitchcock incidía de nuevo sobre la temática de la “guerra fría”. Su fracaso crítico/comercial se debió sobre todo a la coyuntura político-temporal, a unos más que discutibles argumentos extra cinematográficos y a la miopía de quienes, cegados por falsas apariencias, no supieron apreciar en tan soberbia lección de cine más que un panfleto anticomunista, lastrado por un guión, a su entender endeble, una dirección errática del maestro y un final confuso de inadecuada resolución.
Nada más lejos de la realidad. Como afirmaba Enrique Alberich, en su magnifico libro sobre Hitchcock,…”Topaz no es ningún panfleto, sino más bien un lamento, un lamento por los amores imposibles, por la felicidad nunca lograda y por el penoso sufrimiento que todo ello lleva consigo”. Hoy, “Topaz” emerge con la fuerza arrolladora de un Hitchcock que no había perdido ni un ápice de su vigor narrativo y que nos regalaba una joya incomprendida, a la que el árbol de los prejuicios no dejó ver la prodigiosa maestría técnica y la belleza formal de un bosque pleno de hallazgos de GRAN CINE.
Film de espionaje enmarcado en la crisis de los misiles de 1962: Tras la deserción de Boris Kusenov, un alto oficial de la KGB, a los EE.UU, este revelará la existencia de un pacto secreto para el envío de misiles soviéticos a Cuba, y la existencia de una red de espionaje, de nombre en clave “Topaz”, cuya misión es filtrar secretos de la OTAN a Rusia y en el que están involucrados altos cargos de la Inteligencia francesa. El agente de la CIA Michael Nordstrom (John Forsythe) pedirá ayuda a su amigo francés André Devereaux (Frederic Stafford) para que investigue los hechos sobornando a Luis Uribe, secretario del líder cubano Enrique Parra. Confirmada la información Devereaux viajará a Cuba. Con la ayuda de Juanita de Córdoba, -viuda de un héroe de la revolución que desencantada de la misma milita activamente en la oposición anticastrista-, y con la que mantiene una intensa historia de amor, amante asimismo de Enrique Parra, conseguirán una información de vital importancia por la que pagarán un alto y doloroso precio.
Con un guión, pura filigrana, siempre atento al detalle, -donde destaca la deslumbrante perfección del sobrecogedor episodio cubano-, el film pivota sobre dos grandes ejes: La subordinación de los sentimientos personales a la tiranía de los Estados, y el juego de engaño y traición de todos los protagonistas hacia algo o hacia alguien. La magistral dirección de Hitchcock, su soberbio trabajo con los actores, -todos impecables-, en un film sin estrellas, una precisa puesta en escena y la inspirada partitura de Maurice Jarre hacen de esta obra maestra uno de los films más complejos y brillantes de su autor.
Film imprescindible para paladares exquisitos, aún por descubrir.
Francesc Chico Jaimejuan
Barcelona, 18 de agosto de 2008
Nada más lejos de la realidad. Como afirmaba Enrique Alberich, en su magnifico libro sobre Hitchcock,…”Topaz no es ningún panfleto, sino más bien un lamento, un lamento por los amores imposibles, por la felicidad nunca lograda y por el penoso sufrimiento que todo ello lleva consigo”. Hoy, “Topaz” emerge con la fuerza arrolladora de un Hitchcock que no había perdido ni un ápice de su vigor narrativo y que nos regalaba una joya incomprendida, a la que el árbol de los prejuicios no dejó ver la prodigiosa maestría técnica y la belleza formal de un bosque pleno de hallazgos de GRAN CINE.
Film de espionaje enmarcado en la crisis de los misiles de 1962: Tras la deserción de Boris Kusenov, un alto oficial de la KGB, a los EE.UU, este revelará la existencia de un pacto secreto para el envío de misiles soviéticos a Cuba, y la existencia de una red de espionaje, de nombre en clave “Topaz”, cuya misión es filtrar secretos de la OTAN a Rusia y en el que están involucrados altos cargos de la Inteligencia francesa. El agente de la CIA Michael Nordstrom (John Forsythe) pedirá ayuda a su amigo francés André Devereaux (Frederic Stafford) para que investigue los hechos sobornando a Luis Uribe, secretario del líder cubano Enrique Parra. Confirmada la información Devereaux viajará a Cuba. Con la ayuda de Juanita de Córdoba, -viuda de un héroe de la revolución que desencantada de la misma milita activamente en la oposición anticastrista-, y con la que mantiene una intensa historia de amor, amante asimismo de Enrique Parra, conseguirán una información de vital importancia por la que pagarán un alto y doloroso precio.
Con un guión, pura filigrana, siempre atento al detalle, -donde destaca la deslumbrante perfección del sobrecogedor episodio cubano-, el film pivota sobre dos grandes ejes: La subordinación de los sentimientos personales a la tiranía de los Estados, y el juego de engaño y traición de todos los protagonistas hacia algo o hacia alguien. La magistral dirección de Hitchcock, su soberbio trabajo con los actores, -todos impecables-, en un film sin estrellas, una precisa puesta en escena y la inspirada partitura de Maurice Jarre hacen de esta obra maestra uno de los films más complejos y brillantes de su autor.
Film imprescindible para paladares exquisitos, aún por descubrir.
Francesc Chico Jaimejuan
Barcelona, 18 de agosto de 2008
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Imposible enumerar todas y cada una de las secuencias e imágenes sublimes que nos ofrece esta obra maestra del cine, pero seria injusto no hacer mención de aquellas especialmente inolvidables que han quedado grabadas en nuestro recuerdo para siempre.
• La perfectamente calculada y milimetrada secuencia de la huida de Boris Kusenov y su familia de Copenhague, maravillosamente coreografiada.
• La tensa secuencia en la que un colaborador de André Devereaux, después de sobornar a Luis Uribe, fotografía los documentos secretos del tratado entre la URSS y Cuba. La secuencia más hitchcocktiana y con más suspense del film.
• La secuencia de la tensa conversación -hay una mujer en Cuba, ¿no es cierto?- entre André Devereaux y su esposa Nicole en el momento de su marcha a Cuba, con esa imagen de la sombra de Nicole reflejada en la pared mientras sube las escaleras, en una escalofriante despedida sin palabras.
• La inolvidable muerte de Juanita de Córdoba -una bellísima Karin Dor- a manos de Enrique Parra, -soberbio John Vernon-, doblemente traicionado y engañado, como líder revolucionario y como amante enamorado.-¿Porqué?... porque habéis hecho de mi país una cárcel-. Resulta sencillamente imposible olvidar ese vestido violeta; ese travelling circular; esas palabras llenas de dolor; ese disparo piadoso que no es sino un supremo acto de amor; ese primer plano de un John Vernon de mirada perdida y ese impagable picado cenital con la caída al suelo de Juanita mientras su vestido se abre en forma de flor. Sencillamente sublime.
…y tantas otras de un film GRANDE, MUY GRANDE.
• La perfectamente calculada y milimetrada secuencia de la huida de Boris Kusenov y su familia de Copenhague, maravillosamente coreografiada.
• La tensa secuencia en la que un colaborador de André Devereaux, después de sobornar a Luis Uribe, fotografía los documentos secretos del tratado entre la URSS y Cuba. La secuencia más hitchcocktiana y con más suspense del film.
• La secuencia de la tensa conversación -hay una mujer en Cuba, ¿no es cierto?- entre André Devereaux y su esposa Nicole en el momento de su marcha a Cuba, con esa imagen de la sombra de Nicole reflejada en la pared mientras sube las escaleras, en una escalofriante despedida sin palabras.
• La inolvidable muerte de Juanita de Córdoba -una bellísima Karin Dor- a manos de Enrique Parra, -soberbio John Vernon-, doblemente traicionado y engañado, como líder revolucionario y como amante enamorado.-¿Porqué?... porque habéis hecho de mi país una cárcel-. Resulta sencillamente imposible olvidar ese vestido violeta; ese travelling circular; esas palabras llenas de dolor; ese disparo piadoso que no es sino un supremo acto de amor; ese primer plano de un John Vernon de mirada perdida y ese impagable picado cenital con la caída al suelo de Juanita mientras su vestido se abre en forma de flor. Sencillamente sublime.
…y tantas otras de un film GRANDE, MUY GRANDE.