Yo creo que resulta evidente que el tipo al que el policía de la cara quemada pilla alardeando en el bar de la supuesta violación que cometió es verdaderamente el asesino y violador de Angela Hayes, la hija de la protagonista. Si no fuera así, no tendría sentido que se presentara en su tienda para asustarla cuando el sheriff muere. ¿Por qué entonces el nuevo sherrif negro le asegura al cara quemada que no tuvo nada que ver con el crimen y que incluso se encontraba fuera del país, en un lugar "clasificado como secreto"?

Pues si pensamos precisamente en la anterior conversación de Mildred con el cura hallamos la respuesta: el violador y asesino de Angela debía ser un miembro de la policía o el ejército al que todo el cuerpo (o unos cuantos, quienes sabían del crimen) decidió encubrir. El asesino se sentía protegido hasta entonces y una vez que el sheriff se suicida y las vallas publicitarias están airando el caso a nivel nacional, se preocupa por si ahora van a por él y decide amenazar a Mildred.

Unos se tapan a otros, unos miembros de "la pandilla" silencian o consienten las salvajadas de otros miembros, como por desgracia sucede en la realidad en casos de violencia policial, presuntas torturas, etc. Esa conversación con el cura está dando la clave del asunto, y queda reafirmada cuando el propio policía entrega la placa en ese momento, ante lo que está escuchando. Es bastante simbólico que lo haga en ese momento, cuando ya se ha redimido y ha colaborado para hacer justicia, pero frente a la insistencia del sheriff negro de que su acusado es inocente, debe de pensar: "Es mentira, estáis todos tan enmierdados que os entrego mi placa porque no quiero participar en una organización tan podrida como la vuestra".