Siempre decimos que la vida real a veces supera a la ficción, y eso ocurre con esta miniserie de 4 capítulos que cuenta unos hechos transcurridos en Belfast entre 1991 y 2011. aparentemente es otra historia de una aventura amorosa entre dos personas casadas, que deciden cargarse a sus conyuges para poder estar juntos. Pero va mucho más allá. A la buena interpretación de James Nesbitt , que ya el año pasado destacó en otra miniserie inglesa “The missing” se suma la de Genevieve O'Reilly como su pareja de baile.

Para entenderla hay que irse a la Irlanda del Norte en pleno IRA y en un ambiente religioso opresivo, donde es imposible escapar de la etiqueta de Católico o Protestante. Colin, un dentista de la fe Bautista que llama mucho la atención por como confunde sus deseos carnales con Dios, convence a otra mujer de que Dios quiere que estén juntos y que Dios quiere que sus parejas mueran porque sufren al saber que ellos las engañan. Pura hipocresía, en realidad busca el dinero del seguro, pero es increíble como el protagonista se engaña a si mismo. A eso sumar que Colin entiende el concepto familiar como un patriarcado. Se autoconvence de que no importa que esté engañando a su pareja mientras esté manteniendo el nivel de vida familiar.

Lo peor es que no entra mucho como fue la incompetencia policial que no supo ver esos crímenes Por lo demás muy buena.